Prevención de las enfermedades cardiovasculares

La prevención de las enfermedades cardiovasculares (ECV) se basa en la valoración/detección y modificación/eliminación de los factores de riesgo cardiovascular.

Factores de riesgo cardiovascular modificables: nutrición inadecuada, tabaquismo, escasa actividad física, presión arterial elevada, niveles elevados de colesterol LDL plasmático (C-LDL), niveles elevados de triglicéridos (TG), estado prediabético o diabetes, sobrepeso u obesidad.

Factores de riesgo cardiovascular no modificables: edad (hombres ≥45 años, mujeres ≥55 años), sexo (riesgo mayor en varones que en mujeres premenopáusicas), antecedentes familiares de cardiopatía isquémica (ECI) o de enfermedades ateroescleróticas de otras arterias de aparición precoz (hombres <55 años, mujeres <60 años).

Otro factor de riesgo adicional de importancia clínica es la concentración de lipoproteína (a) [Lp(a)]. Su determinación debe valorarse:

1) por lo menos una vez en la vida en los adultos para identificar los casos con niveles muy elevados de origen congénito (>180 mg/dl [430 nmol/l]), ya que puede conferir el mismo riesgo de ECV que la hipercolesterolemia familiar heterocigota

2) en personas seleccionadas con antecedentes familiares de ECV precoz

3) para evaluar con más detalle el riesgo cardiovascular que —evaluado de manera estándar— está en el límite entre intermedio y alto.

Valoración del riesgo cardiovascular

Valorar el riesgo cardiovascular cada 5 años en personas con riesgo aumentado, p. ej. en relación con ECV precoz en la familia, hiperlipidemia familiar, presencia de alguno de los principales factores de riesgo (tabaquismo, presión arterial elevada, diabetes mellitus o concentración aumentada de lípidos plasmáticos) o de comorbilidades. Se realizará con más frecuencia en los casos con riesgo cardiovascular límite para iniciar una intervención específica.

Para valorar el riesgo de muerte por causas cardiovasculares en un período de 10 años en personas sin factores de riesgo (es decir, enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus, edad >40 años, enfermedad renal crónica o un factor de riesgo muy intensificado) no clasificadas a la categoría de riesgo alto o muy alto, en Europa se utilizan las tablas SCORE, que consideran factores como sexo, edad, presión arterial sistólica, concentración de colesterol total y tabaquismo.

PERSPECTIVA LATINOAMERICANA

En Chile se utiliza el algoritmo de estimación del riesgo cardiovascular (→fig. 2.3-1) y las tablas de Framingham para la estimación de riesgo coronario a 10 años adaptadas a la población chilena (→fig. 2.3-2), recomendadas por el Ministerio de Salud de Chile en el Consenso 2014 sobre prevención de enfermedades cardiovasculares.

En Argentina el Consenso SAC de Prevención Cardiovascular 2016 sugiere indistintamente el uso de las tablas SCORE, Framingham y de la OMS.

En México se utiliza la escala de riesgo cardiovascular sobre la base del estudio Framingham.

Objetivos de la prevención

1. No fumar.

2. Cumplir las recomendaciones de alimentación saludable.

3. Realizar actividad física: ≥150 min/semana de ejercicio aeróbico de intensidad moderada o 75 min/semana de ejercicio aeróbico de intensidad alta, o una combinación de ejercicios de intensidad variada. Para conseguir beneficios adicionales, la actividad se debe aumentar gradualmente hasta los 300 min/semana y 150 min/semana, respectivamente. Las sesiones deben dividirse entre varios días a la semana (óptimamente todos los días). En personas

1) >35 años

a) con riesgo bajo o moderado: considerar permitirles realizar cualquier tipo de deporte recreativo sin continuar con la valoración del sistema cardiovascular

b) con estilo de vida sedentario o con riesgo alto o muy alto: antes de iniciar un programa de ejercicio intenso, o practicar deportes de competición se debe considerar la realización de evaluación clínica que incluya una prueba de esfuerzo máximo

c) sin ECV diagnosticada, pero con riesgo cardiovascular alto o muy alto que quieren realizar ejercicios de intensidad alta o muy alta: se puede considerar evaluar el riesgo mediante una prueba de imagen funcional, angio-TC de arterias coronarias o ecografía de arterias carótidas o femorales

2) ≥65 años con buena capacidad física y sin limitaciones de movimiento: recomendar ejercicios aeróbicos de intensidad moderada durante ≥150 min/semana; mientras que en personas sedentarias, antes de iniciar cualquier actividad física de intensidad alta, se debe valorar la evaluación clínica completa, incluida prueba de esfuerzo máximo. Se recomienda que las personas mayores susceptibles a las caídas realicen ejercicios de fuerza para mejorar el equilibrio y la coordinación durante ≥2 días/semana (8-10 ejercicios, 10-15 repeticiones).

4. Reducir el peso corporal: mantener el IMC en el rango de 20-25 kg/m2 y el perímetro abdominal <94 cm (hombres) o <80 cm (mujeres). Si el perímetro abdominal es >102 cm en hombres y >88 cm en mujeres, hay que indicar una reducción del peso corporal.

5. Disminuir la presión arterial, si es ≥140/90 mm Hg (también en pacientes diabéticos); si el tratamiento hipotensor es bien tolerado, se debe intentar alcanzar la presión arterial de 120-129/70-79 mm Hg, y en personas ≥65 años una presión sistólica de 130-139 mm Hg.

6. Niveles de C-LDL y C-no-HDL, dependiendo de la categoría de riesgo →fig. 2.3-1.

7. Porcentaje de HbA1c en diabéticos tipo 2 <7 % (<53 mmol/mol).

FIGURASArriba

Fig. 2.3-1. Estimación del riesgo cardiovascular

Fig. 2.3-2. Tablas de Framingham para la estimación de riesgo coronario a 10 años adaptadas a la población chilena