Asma

DEFINICIÓN Y ETIOPATOGENIAArriba

El asma es una enfermedad heterogénea que suele caracterizarse por una inflamación crónica de las vías aéreas. Se define por la aparición de síntomas tales como: sibilancias, disnea, sensación de opresión torácica y tos —de presentación e intensidad variable—, así como obstrucción al flujo espiratorio de intensidad variable. La limitación del flujo aéreo está causada por la contracción de la musculatura lisa y por el edema de la mucosa bronquial, junto con la aparición de tapones de moco y con el paso de tiempo también por la remodelación de la pared bronquial. Tradicionalmente, el asma se divide según la etiología en: alérgica (inicio más frecuente en la infancia, a menudo se asocia con otras enfermedades atópicas, a veces existen antecedentes familiares de enfermedades atópicas, resultados generalmente positivos de pruebas cutáneas con alérgenos inhalados, con anticuerpos IgE alérgeno específicos en sangre, habitualmente con eosinofilia en el esputo inducido, y buena respuesta a los glucocorticoides inhalados) y no alérgica (normalmente en adultos, frecuentemente de curso progresivo, resultados negativos de pruebas cutáneas, no se detectan anticuerpos IgE alérgeno específicos en sangre, frecuentemente con peor respuesta a los glucocorticoides inhalados). Además, se distinguen otros 3 fenotipos del asma: de inicio tardío, asma con obstrucción bronquial persistente, y asma coexistente con obesidad.

En función del tipo de inflamación en las vías respiratorias (establecido sobre la base del tipo de células inflamatorias predominantes en el esputo inducido), se diferencian: asma eosinofílica, asma neutrofílica, y asma paucigranulocítica. Según la base molecular, se diferencia el asma asociada a la respuesta inmune tipo T2 (T2 high) y sin esta respuesta (T2 low).

En la práctica clínica diaria tiene un significado básico la clasificación del asma según el grado de control →más adelante.

En la patogenia del asma el papel más importante lo desempeña la subpoblación de linfocitos colaboradores, que producen un perfil característico de citoquinas (IL-4, IL-5, IL-13), que influyen en la producción de IgE por los linfocitos B, así como en el aumento, diferenciación y activación de eosinófilos y mastocitos. En el asma alérgica los mastocitos son activados por alérgenos, mediados por IgE. Una vez activados, liberan los mediadores responsables de la obstrucción bronquial (p. ej. histamina, cisteinil leucotrienos, prostaglandina D2). La patogenia del asma no alérgica no es completamente conocida. Se sospecha un proceso inmunológico inducido por una infección vírica o bacteriana. En casos de asma no alérgica eosinofílica un papel importante lo desempeñan los linfocitos Th2 y las citoquinas por ellos secretadas, así como las células linfoides naturales tipo 2 (ILC2), que producen un perfil de las citoquinas similar al de los linfocitos Th2.

El cuadro histopatológico del asma no alérgica es similar al del asma alérgica. La lesión del epitelio bronquial estimula los procesos de regeneración, cuyo resultado es la remodelación de la pared bronquial, que hace irreversible la obstrucción en casos especialmente graves, debido a cambios estructurales permanentes de la pared bronquial.

Factores que desencadenan ataques y exacerbaciones de asma o que causan su persistencia: alérgenos, infecciones respiratorias (sobre todo virales), contaminación del aire (incluyendo el humo de tabaco, aerosoles de uso doméstico, vapores de pinturas, etc.), ejercicio físico, emociones fuertes, cambios del tiempo, fármacos (β-bloqueantes, AINE), alimentos y aditivos alimentarios.

Factores que aumentan el riesgo de exacerbaciones del asma (independientemente de la presencia de síntomas): síntomas de asma no controlados (incluido el uso excesivo de agonistas β2 de acción corta; un uso mensual de >1 envase con 200 dosis se asocia a un aumento del riesgo de muerte), falta de uso de glucocorticoides inhalados (falta de adherencia al tratamiento prescrito, técnica de inhalación inadecuada), VEF1 baja (sobre todo si <60 % del valor de referencia, gran mejoría después de inhalar un broncodilatador), problemas psicológicos o socioeconómicos graves, exposición al humo del tabaco o a alérgenos (en personas alérgicas), enfermedades coexistentes (obesidad, rinosinusitis crónica, alergia alimentaria), eosinofilia en el esputo o sangre, embarazo, ≥1 exacerbación grave de asma en los últimos 12 meses, antecedente de intubación o de ingreso para tratamiento del asma en la unidad de cuidados intensivos, FENO aumentado (en enfermos tratados con glucocorticoides inhalados).

Factores de riesgo de persistencia de la obstrucción bronquial: falta del uso de glucocorticoides inhalados, exposición al humo de tabaco o a otras sustancias nocivas (también en el lugar de trabajo), VEF1 inicial baja, producción crónica y excesiva de moco en las vías respiratorias, eosinofilia en el esputo o en la sangre, parto prematuro, bajo peso al nacer, mayor ganancia ponderal en la infancia.

CUADRO CLÍNICO E HISTORIA NATURALArriba

1. Síntomas: disnea paroxística, sobre todo espiratoria (ocasionalmente se acompaña de sensación de opresión torácica), que se resuelve espontáneamente o con el tratamiento; sibilancias; tos paroxística seca (que puede acompañar a la disnea o puede ser el único síntoma [la llamada variante de asma con tos]; la tos aislada en adultos raramente es síntoma de asma). En enfermos con asma alérgica coexisten síntomas de otras enfermedades alérgicas, con mayor frecuencia la rinitis alérgica. Los síntomas y signos son de intensidad variable. Pueden presentarse solo en episodios de crisis y exacerbaciones del asma.

2. Signos: sibilancias dispersas bilaterales (sobre todo espiratorias) y roncus, espiración prolongada (de vez en cuando los signos son audibles solamente durante la espiración forzada); durante las exacerbaciones se observa un aumento de trabajo de los músculos respiratorios accesorios con tiraje intercostal y taquipnea. En las exacerbaciones muy graves los fenómenos auscultatorios pueden no estar presentes (el denominado tórax silencioso).

3. Historia natural: el asma puede manifestarse a cualquier edad. Cuando aparece en adultos con más frecuencia es de origen no alérgico y tiene un curso más grave. El asma cursa con exacerbaciones que se desarrollan de forma brusca (en minutos u horas) o gradualmente (en muchas horas o días), pudiendo llegar a causar la muerte en casos no tratados. El asma no controlada, de años de evolución, conduce a una obstrucción progresiva e irreversible.

DIAGNÓSTICOArriba

Exploraciones complementarias

1. Espirometría: en la mayoría de los enfermos el resultado de la espirometría basal es normal. En el asma es característica la obstrucción, sobre todo de intensidad variable (cambios significativos entre las sucesivas pruebas o en respuesta al tratamiento). En la prueba broncodilatadora se observa mejora significativa del VEF1 y/o del CVF (>12 % y 200 ml) y con frecuencia resolución de la obstrucción (puede ser irreversible en asma grave o con remodelación de los bronquios), así como hiperreactividad bronquial en la prueba de provocación con metacolina o histamina (debe considerarse en enfermos con síntomas típicos del asma, pero con un resultado correcto de la espirometría; un resultado positivo a veces también se observa en enfermos con otras enfermedades bronquiales o con rinitis alérgica, mientras que un resultado negativo con mucha probabilidad descarta el asma [en enfermos no tratados con glucocorticoides]). En situaciones especiales, el diagnóstico puede confirmarse a través de pruebas de provocación específicas con alérgeno, ácido acetilsalicílico, factores presentes en el ambiente laboral o con ejercicio físico.

2. Flujo espiratorio máximo (PEF): variabilidad característica diaria media (de 2 semanas) de PEF ([PEFmáx – PEFmín]/PEFmedio) >10 %. Son mediciones usadas para confirmar el diagnóstico, controlar la enfermedad (considerar en casos graves o con baja percepción de los síntomas) e identificar los factores que provocan síntomas (p. ej. factores laborales).

3. Radiografía de tórax: en general es normal, en las exacerbaciones pueden aparecer signos de hiperinsuflación pulmonar y de las complicaciones de la exacerbación (p. ej. neumotórax).

4. Oximetría de pulso y gasometría arterial: se deben realizar para valorar la gravedad y controlar el curso de las exacerbaciones →más adelante.

5. Pruebas que detectan la alergia IgE dependiente: pruebas cutáneas, concentración de IgE total y específica: pueden revelar el alérgeno responsable de la alergia en enfermos con asma alérgica (tener en cuenta los datos de la anamnesis).

6. Examen del esputo inducido dirigido a la detección de eosinófilos: en los centros que tienen experiencia puede ser utilizado para modificar el tratamiento de los enfermos con asma moderada o grave.

7. Determinación de la concentración del óxido nítrico en el aire espirado (FENO): se incrementa en casos no tratados de asma con inflamación eosinofílica. En enfermos no tratados con anterioridad, el FENO aumentado (>50 ppb) se relaciona con una buena respuesta al tratamiento con glucocorticoides inhalados, pero los valores menores no permiten identificar a los enfermos en los que se puede renunciar a la administración de glucocorticoides inhalados.

Criterios diagnósticos

El diagnóstico de asma (según GINA) requiere confirmación de los síntomas de la enfermedad, así como de la obstrucción de los bronquios en las pruebas funcionales →tabla 3.9-1.

Confirmación del diagnóstico en enfermos que ya reciben tratamiento

1) si los síntomas y la obstrucción bronquial tienen una intensidad variable típica, el diagnóstico es correcto

2) si los síntomas son variables, pero no hay variabilidad del grado de obstrucción → repetir la prueba broncodilatadora después de suspender el broncodilatador o en presencia de síntomas:

a) resultado normal → considerar diagnósticos alternativos

b) VEF1 >70 % del valor de referencia → realizar una prueba de provocación y en caso de obtener un resultado negativo disminuir las dosis del glucocorticoide inhalado en un 25-50 % o suspender LABA y repetir la valoración en 2-4 semanas

c) VEF1<70 % del valor de referencia → aumentar la intensidad del tratamiento (dosis del fármaco controlador →tabla 3.9-2) y repetir la valoración después de 3 meses

3) si los síntomas son leves y la función pulmonar es normal → repetir la prueba broncodilatadora después de suspender el broncodilatador o en presencia de síntomas

a) resultado normal → considerar diagnósticos alternativos

b) disminuir las dosis del fármaco controlador: si aparecen los síntomas y la función pulmonar empeora → diagnosticar asma; si esto no ocurre → considerar la suspensión del fármaco controlador y una estrecha observación del paciente ≥12 meses

4) si persiste la disnea y una obstrucción bronquial permanente → aumentar la intensidad del tratamiento durante 3 meses y repetir la valoración. En caso de ausencia de mejoría volver al tratamiento anterior y derivar al enfermo a un especialista para continuar el diagnóstico (considerar la coexistencia de asma y EPOC).

Diagnóstico diferencial

EPOC, disfunción de las cuerdas vocales, hiperventilación con ataques de pánico, insuficiencia cardíaca, bronquiectasias, fibrosis quística, infecciones respiratorias. Con menor frecuencia: tumor o cuerpo extraño en las vías respiratorias, estenosis traqueal después de traqueotomía, bronquiolitis obliterante, síndromes hipereosinofílicos, aspergilosis broncopulmonar alérgica, granulomatosis eosinofílica con vasculitis, traqueobroncomalacia. Otras causas de tos crónica →Tos y de disnea paroxística →Disnea.

TRATAMIENTOArriba

Tratamiento crónico

El asma no puede curarse por completo, pero un tratamiento adecuado en general permite alcanzar el control de la enfermedad.

Objetivos del tratamiento:

1) conseguir y mantener el control de los síntomas y una actividad diaria normal (incluyendo la capacidad de realizar actividad física)

2) minimizar el riesgo de exacerbaciones, evitar el deterioro de la función pulmonar y de los efectos indeseables del tratamiento.

La evaluación de la enfermedad, que es fundamental a la hora de tomar decisiones sobre el tratamiento, incluye

1) el control de los síntomas → según la evaluación durante las últimas 4 semanas se distingue

a) asma bien controlada: los síntomas aparecen durante el día, ≤2 × semana, sin despertares nocturnos causados por el asma, la necesidad de utilizar el tratamiento sintomático se presenta ≤2 × semana (no incluye el tratamiento preventivo antes de un esfuerzo físico) y sin limitación de las actividades de la vida diaria a causa del asma

b) asma parcialmente controlada: se cumplen 2 o 3 criterios de los anteriormente mencionados

c) asma no controlada: se cumple ≤1 de los criterios anteriormente mencionados.

Para evaluar los síntomas se puede utilizar el Cuestionario de Control del Asma (ACQ) o el Test de Control del Asma. No evaluar el grado de la gravedad de la enfermedad sobre la base de la intensidad de los síntomas antes de iniciar el tratamiento, sino pasados algunos meses con el tratamiento, cuando se establezca el nivel de intensidad (→fig. 3.9-1), necesario para obtener y mantener el control del asma

a) asma leve: controlada con el tratamiento de grado 1 o 2

b) asma moderada: controlada con el tratamiento de grado 3

c) asma grave: es necesario el tratamiento de grado 4 o 5, o el asma sigue sin controlarse a pesar del tratamiento (→Formas especiales del asma)

2) los factores de riesgo de las exacerbaciones y la persistencia de obstrucción bronquial →más arriba

3) la función pulmonar

4) los factores relacionados con el tratamiento (técnica de inhalación, seguimiento de las recomendaciones médicas, efectos adversos del tratamiento)

5) la valoración de la actitud del paciente ante la enfermedad y de sus expectativas

6) la evaluación de la presencia e intensidad de enfermedades concomitantes (rinitis, reflujo gastroesofágico, obesidad, apnea obstructiva del sueño, trastornos de ansiedad y depresivos).

Repetir la evaluación periódicamente y adaptar el tratamiento al estado actual del enfermo.

Es de gran importancia el trabajo en colaboración con el enfermo para que pueda participar en el proceso de tratamiento y en el seguimiento de las recomendaciones médicas, así como la educación de los enfermos, que debe incluir información sobre el diagnóstico y la esencia de la enfermedad, los métodos de tratamiento disponibles (incluida la división entre los fármacos que controlan el curso de la enfermedad y aquellos que se usan como tratamiento a demanda), las técnicas de aplicación de los fármacos inhalados, posibles efectos secundarios de tratamiento, los métodos de reducir la exposición a los factores que desencadenan las crisis asmáticas, la monitorización del control de la enfermedad, los métodos de manejo en caso de empeorar el control de asma y de exacerbaciones de la enfermedad (incluida la información sobre cuándo es necesario solicitar la consulta médica). En la primera visita el enfermo debería recibir los materiales impresos con toda la información mencionada.

Todos los pacientes con asma, especialmente grave, deberían recibir por escrito (elaborado en colaboración con el enfermo) un plan de manejo que incluya las normas de tratamiento crónico y de manejo en caso de exacerbaciones. Verificar sistemáticamente el conocimiento del enfermo sobre el asma, la técnica de inhalación de los fármacos, el cumplimiento de las recomendaciones médicas, así como actualizar el plan de manejo por escrito. Al escoger los objetivos y el tratamiento hay que considerar las preferencias del enfermo.

Tratamiento farmacológico

1. Reglas generales del uso de fármacos. Se utilizan

1) Fármacos que controlan el curso de la enfermedad, administrados de forma regular (fijos, a diario): glucocorticoides inhalados, agonistas β2 inhalados de acción larga (LABA), anticolinérgicos de acción prolongada (bromuro de tiotropio) y fármacos antileucotrienos.

2) Fármacos sintomáticos, administrados según demanda: agonistas β2 inhalados de acción rápida (de acción corta y formoterol [de acción rápida y prolongada]), fármacos anticolinérgicos inhalados de acción corta. En el tratamiento crónico se debe elegir la administración según demanda de una dosis baja del glucocorticoide inhalado y formoterol (también en enfermos que toman este fármaco de manera regular), en los demás enfermos utilizar como fármaco a demanda un agonista β2 inhalado. Los agonistas β2 inhalados de acción corta no deben utilizarse en monoterapia.

3) Métodos adicionales de tratamiento utilizados en enfermos con asma grave: fármacos biológicos, glucocorticoides orales, termoplastia bronquial.

La mayoría de los fármacos básicos se utiliza en inhaladores: lo más importante es educar al paciente sobre la técnica correcta de inhalación y verificar que lo hacen correctamente en cada ocasión.

La elección del fármaco depende de la intensidad de los síntomas, de la probabilidad de que el enfermo cumplirá con las recomendaciones, así como de sus preferenciasfig. 3.9-1.

Se distinguen 5 grados de tratamiento, que reflejan su intensidad, y 2 vías de farmacoterapia, en los que el tratamiento de base consiste en:

1) la administración de un preparado que contiene un glucocorticoide inhalado y formoterol, administrado solamente a demanda o tanto con regularidad, como a demanda (según las guías GINA es la opción preferente en la mayoría de los enfermos)

2) la administración regular de un glucocorticoide inhalado (en monoterapia o con otros fármacos, con mayor frecuencia LABA): en esta vía el tratamiento únicamente a demanda se utiliza solo en el grado 1, y el enfermo debe tomar un glucocorticoide inhalado cada vez que recibe un SABA a demanda. 

En enfermos hasta ahora no tratados, la intensidad del tratamiento inicial depende de la intensidad de los síntomas:

1) enfermos con síntomas raros (<2 × mes) → se prefiere un tratamiento a demanda del preparado que contiene un glucocorticoide inhalado a dosis baja y formoterol (de un inhalador); la alternativa es la administración de glucocorticoide inhalado cada vez que se toma un SABA a demanda

2) los síntomas aparecen >2 × mes, pero <2 × d → iniciar el tratamiento a partir del paso 2

3) los síntomas del asma se presentan durante la mayoría de los días, o bien los síntomas nocturnos despiertan al enfermo ≥1 × semana → iniciar a partir del paso 3

4) los síntomas son muy graves, o la función pulmonar (evaluada con espirometría) está considerablemente deteriorada → iniciar a partir del paso 4.

En enfermos con síntomas muy intensificados también puede utilizarse un tratamiento a corto plazo con glucocorticoide inhalado (como en las exacerbaciones del asma). En cada etapa del tratamiento administrar fármacos a demanda.

Casi todos los fármacos controladores producen mejoría del estado clínico en un par de días (1-2 semanas en el caso de glucocorticoides inhalados) y el efecto pleno después de 3-4 meses (en caso de asma grave todavía más tarde). La frecuencia de las visitas depende de la gravedad inicial de la enfermedad y la colaboración del paciente. Visita de control en general pasados 1-3 meses desde la primera visita, a continuación cada 3 meses, y después de una exacerbación en las 2 semanas posteriores.

Los enfermos en los que no se ha conseguido el control del asma —a pesar del tratamiento de paso 3— deben examinarse en búsqueda de otras enfermedades o causas de asma grave (→Situaciones especiales).

Si se consigue mantener el control del asma durante ≥3 mesesconsiderar disminuir la intensidad del tratamiento, en función del tratamiento que ha proporcionado el control de la enfermedad (no reducir la intensidad de tratamiento en el curso de infecciones respiratorias, durante viajes ni durante el embarazo). Actuación recomendada

1) En los enfermos que utilizan un glucocorticoide inhalado en monoterapia o con un LABA → reducir la dosis del glucocorticoide en el 50 % o modificar la dosificación a 1 × d (en pacientes que utilizan glucocorticoides inhalados a dosis pequeñas [en monoterapia o con un LABA]). En los enfermos que utilizan un glucocorticoide con un LABA el abandono del LABA se asocia a un mayor riesgo de exacerbación.

2) En los enfermos que utilizan, de forma regular y como tratamiento a demanda, un fármaco que contiene un glucocorticoide inhalado y el formoterol → cambiar a un preparado con una dosis de glucocorticoide inhalado reducida en el 50 %.

3) En los enfermos en los que es necesario utilizar glucocorticoides orales → disminuir gradualmente la dosis del glucocorticoide oral, luego administrar el medicamento cada 2 días (una valoración del porcentaje de eosinófilos en el esputo inducido ayuda a ajustar la dosis de glucocorticoide oral).

Si no se ha conseguido obtener el control del asma a pesar del tratamiento de paso 3 → de nuevo realizar un diagnóstico dirigido hacia otras enfermedades o causas del asma resistente al tratamiento.

2. Fármacos controladores del curso de la enfermedad

1) Glucocorticoides inhalados: fármacos de elección y los más eficaces controladores del curso del asma (preparados y dosificación →tabla 3.9-2).

En enfermos con asma moderada o grave, los preparados que contienen un glucocorticoide inhalado a dosis baja y formoterol pueden utilizarse tanto regularmente como a demanda. En enfermos con asma leve pueden utilizarse únicamente a demanda.

En caso de que se intensifiquen los síntomas del asma o disminuya el PEF, un enfermo entrenado (que tiene un plan de actuación escrito) puede aumentar de forma autónoma la dosis del glucocorticoide inhalado en 2-4 veces por 7-14 días.

Efectos adversos locales: candidiasis orofaríngea, disfonía, tos por irritación. Prevención: enjuagues bucales realizados después de inhalar el fármaco (en caso de MDI se debe utilizar la cámara espaciadora), o administración de un glucocorticoide inhalado en forma de profármaco (ciclesonida). Un uso prolongado de dosis altas puede producir efectos adversos generales →Síndrome de Cushing.

2) LABA →tabla 3.9-2. Nunca utilizar sin un glucocorticoide inhalado. Para estar seguro de que el paciente nunca usará un LABA solo, se puede prescribir un inhalador que asocie un LABA con un glucocorticoide (es más cómodo para el enfermo y facilita la adherencia al tratamiento). Los preparados combinados que contienen formoterol (agonista β2 de acción rápida y prolongada) y una baja dosis de glucocorticoide inhalado (budesonida o beclometasona) pueden utilizarse tanto de manera regular (como tratamiento controlador), como a demanda (dosis diaria máx. de formoterol 72 µg en caso de utilizar un preparado combinado con budesonida y 48 µg en caso de utilizar un preparado con beclometasona). Los efectos adversos más frecuentes son: taquicardia, fasciculaciones musculares, e hipopotasemia, que aparecen con menos frecuencia que en el caso de los agonistas β2 de acción corta.

3) Anticolinérgicos de acción prolongada: como fármaco adicional en enfermos que requieren un tratamiento de asma de pasos 4 o 5. Se utiliza el tiotropio (en solución inhalada tipo soft mist inhaler [SMI] →tabla 3.9-2) 5 µg 1 × d o fármacos combinados de 3 fármacos: glucocorticoide inhalado, LABA i LAMA.

4) Fármacos antileucotrienos: montelukast a dosis de 10 mg 1 × d VO. Informar al enfermo que debe retirar el fármaco y contactar con el médico en el caso de que se presenten trastornos mentales.

No se deben administrar metilxantinas en forma de liberación prolongada (p. ej. teofilina), debido a su baja eficacia en el asma y al riesgo elevado de efectos adversos graves →Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

3. Fármacos utilizados a demanda (sintomáticos)

1) Agonistas β2 inhalados de acción rápida y corta (SABA: fenoterol, salbutamoltabla 3.9-2). Se deben utilizar solamente para controlar los síntomas del asma o para prevenir el broncoespasmo inducido por esfuerzo físico. Producen una resolución rápida de los síntomas, con un inicio de la acción a los pocos minutos y un efecto máximo después de ~15 min, su efecto se mantiene durante 4-6 h.

2) Bromuro de ipratropiotabla 3.9-2: se debe utilizar en enfermos que no toleran agonistas β2 o en exacerbaciones como fármaco adicional.

4. Métodos de tratamiento utilizados en enfermos con asma grave

1) Glucocorticoides orales: prednisona, prednisolona, metilprednisolona. Administrar para controlar las exacerbaciones del asma. Considerar el tratamiento crónico en los casos más graves del asma no controlada y en los enfermos con exacerbaciones frecuentes a pesar del tratamiento de grado 4, debido a los efectos adversos →Síndrome de Cushing. Tomar la decisión junto con el enfermo, que debería ser informado tanto sobre el riesgo de no tomar la medicación, como de los graves efectos no deseados de la terapia. Administrar glucocorticoides VO 1 × d por la mañana, continuando la administración de los glucocorticoides inhalados. La dosis administrada de manera crónica no debería sobrepasar los 7,5 mg/d en conversión a prednisolona. Un tratamiento crónico con glucocorticoides VO requiere la prevención de osteoporosis →Osteoporosis. Todos los enfermos que requieren el tratamiento de grado 5 deben derivarse al centro especializado.

2) Fármacos biológicos

a) Anticuerpo monoclonal anti-IgE (omalizumab): utilizado en asma alérgica grave no controlada, a dosis de 150-600 mg VSc (dependiendo de la concentración inicial de IgE en suero y de la masa corporal), 1-4 inyecciones cada 2-4 semanas. Se debe valorar la eficacia después de 4-6 meses.

b) Anticuerpo monoclonal anti-IL-5: en el asma grave, no controlada, a pesar de un tratamiento del grado 4, y con eosinofilia (reslizumab 3 mg/kg iv. 1 × 4 semanas, o mepolizumab 100 mg VSc 1 × 4 semanas).

c) Anticuerpo monoclonal antirreceptor de la IL-5 (benralizumab): se utiliza en enfermos con asma con eosinofilia, con enfermedad no controlada a pesar de un tratamiento de grado 4 o 5 (30 mg VSc cada 4 semanas, pasados 3 meses cada 8 semanas).

d) Anticuerpo monoclonal antirreceptor de la IL-4 (dupilumab): se utiliza en enfermos con asma con eosinofilia, no controlada a pesar de la administración de glucocorticoides inhalados a dosis altas con LABA o que requieren la administración de glucocorticoides orales (1.ª dosis 400 o 600 mg, a continuación 200 o 300 mg cada 2 semanas).

3) Termoplastia bronquial: método utilizado en ensayos clínicos en los enfermos más graves. Consiste en la destrucción de los músculos de las paredes bronquiales mediante ablación —realizada durante la broncoscopia—, aplicando para ello corrientes eléctricas de alta frecuencia.

5. Inmunoterapia alergénica específica: considerar la inmunoterapia específica sublingual con alérgenos (SLIT) en adultos con rinitis alérgica concomitante, alergia a los ácaros del polvo, con VEF1 >70 % del valor de referencia y exacerbaciones a pesar del tratamiento con glucocorticoides inhalados. La inmunoterapia subcutánea puede reducir los síntomas del asma y el uso de fármacos, pero su administración se relaciona con un riesgo de efectos adversos (incluido el shock anafiláctico) y con inconvenientes para el enfermo (tratamiento prolongado, necesidad de someterse a la observación después de recibir la vacuna). Utilizar vacunas que contengan solamente el alérgeno responsable de los síntomas.

Métodos no farmacológicos

1. Aconsejar a todos los enfermos realizar una actividad física sistemática. Informar sobre el riesgo de aparición de los síntomas tras un esfuerzo físico, así como sobre los métodos para su prevención.

2. Durante cada visita recomendar a los enfermos fumadores el abandono del hábito tabáquico. Ofrecer acceso a programas de apoyo o a farmacoterapia. Es necesario también evitar una exposición pasiva al humo de tabaco.

3. En todos los enfermos que trabajan realizar una anamnesis detallada en cuanto a la exposición relacionada con el trabajo y su influencia en los síntomas de la enfermedad.

4. Las técnicas de respiración controlada pueden constituir un complemento muy útil del tratamiento.

5. Recomendar a los enfermos una alimentación rica en frutas y verduras, y en los enfermos con obesidad utilizar métodos de reducción de peso.

6. En enfermos adultos que padecen un asma de tipo alérgico no se ha confirmado la eficacia de los métodos en los que se disminuye la exposición a alérgenos presentes en los interiores. En los enfermos alérgicos al polen se puede recomendar quedarse en casa y evitar la ventilación de las viviendas en los períodos en los que la concentración de polen en el aire sea más alta.

7. Identificar a los enfermos en los que el estrés emocional dificulta el tratamiento del asma, y ayudarlos en la elección de métodos de manejo adecuados (técnicas de relajación, técnicas de respiración controlada, ayuda psicológica). Dirigir a los enfermos con síntomas de ansiedad/depresión a un psicólogo o a un psiquiatra.

8. Recomendar a los enfermos con asma, sobre todo de grado moderado o grave, la vacunación anual contra la gripe.

Tratamiento de la exacerbación

1. La actuación dependerá sobre todo de la gravedad de la exacerbación (valoración →fig. 3.9-2).

Si el enfermo sabe evaluar de forma autónoma la intensidad de los síntomas, modificar el tratamiento (según el plan de acción escrito) y la exacerbación no es grave, se debe

1) aumentar la frecuencia de inhalación del fármaco utilizado a demanda

2) intensificar el tratamiento controlador

a) si usa solo un glucocorticoide inhalado → aumentar la dosis por 2-4 veces (considerar aumentarla hasta obtener una dosis alta: máx. 2000 mg/d de beclometasona o una dosis equivalente de otro glucocorticoide inhalado)

b) si usa un glucocorticoide inhalado con formoterol, tanto como tratamiento controlador como según demanda → no modificar la dosificación básica del fármaco y limitarse a administrar dosis adicionales según demanda (dosis máx. diaria de formoterol es de 72 µg en caso de usar un preparado combinado con budesonida y de 48 µg en caso de usar un preparado con beclometasona)

c) si usa un glucocorticoide inhalado a dosis bajas con formoterol como tratamiento controlador y SABA como fármaco a demanda → aumentar 4 veces la dosis del fármaco controlador (no sobrepasar la dosis máx. diaria de formoterol →más arriba)

d) si usa un glucocorticoide inhalado a dosis baja con salmeterol como tratamiento controlador y SABA como fármaco según demanda → utilizar inhalador con dosis más altas del glucocorticoide inhalado y del salmeterol o administrar dosis adicionales del glucocorticoide inhalado desde un inhalador separado.

Si no se produce mejoría en 48 h tras intensificar este tratamiento o la exacerbación es grave (p. ej. PEF <60 % del valor de referencia o del valor máximo para el enfermo), el enfermo debe empezar a usar glucocorticoides VO (→más adelante) y consultar a un médico.

2. Objetivos del tratamiento. Lo más rápidamente posible

1) eliminar la obstrucción bronquial: a través de las inhalaciones de agonistas β2 de acción rápida

2) eliminar la hipoxemia: a través del tratamiento con oxígeno

3) disminuir el estado inflamatorio y prevenir las recidivas de las exacerbaciones: a través de la administración precoz de glucocorticoides sistémicos.

3. Observación del tratamiento. Se debe valorar de forma continua o frecuente

1) La intensidad de los síntomas y la reacción al tratamiento empleado.

2) La función pulmonar (PEF o VEF1; si es posible hay que realizar la determinación antes del inicio del tratamiento pero sin retrasarlo, luego repetir esta medición de forma seriada); en enfermos en estado grave no realizar las pruebas de función pulmonar. Repetir la determinación del PEF después de 1 h de tratamiento; en caso de empeoramiento evaluar la necesidad del tratamiento en la UCI.

3) Frecuencia respiratoria.

4) Frecuencia cardíaca.

5) SpO2 (oximetría de pulso) en el ataque con riesgo vital o si SpO2 <90 % → gasometría.

6) Radiografía de tórax: no realizar de forma rutinaria; está indicada en enfermos con sospecha de complicaciones (neumotórax, neumonía) y en el diagnóstico diferencial (p. ej. de insuficiencia cardíaca).

Requieren una observación estricta los enfermos con riesgo alto de mortalidad por asma, es decir aquellos que:

1) han tenido exacerbación de asma con riesgo vital y han requerido ventilación mecánica

2) en el último año estuvieron hospitalizados o necesitaron una intervención médica urgente por motivo del asma

3) utilizan o recientemente han dejado de utilizar glucocorticoides VO

4) no utilizan actualmente glucocorticoides inhalados

5) necesitan inhalaciones frecuentes de agonistas β2 según demanda

6) padecen un trastorno mental, tienen antecedentes de problemas psicosociales o no siguen las recomendaciones.

Tratamiento farmacológico

1. Salbutamol inhalado (preparados →tabla 3.9-2)

1) De pMDI con espaciador: inicialmente 4-10 dosis de 100 µg cada 20 min durante 1 h (hasta 20 dosis en exacerbaciones graves); luego 4-10 dosis cada 3 o 4 h en exacerbaciones leves, 6-10 dosis cada 1-2 h en exacerbaciones moderadas. Las exacerbaciones graves a veces requieren más dosis. Si el enfermo reacciona bien al tratamiento y los síntomas no reaparecen durante unas horas, las dosis adicionales no son necesarias.

2) De nebulizador (idealmente impulsado por oxígeno): puede ser más fácil en exacerbaciones graves, sobre todo al principio del tratamiento; 2,5-5,0 mg cada 15-20 min. En caso de exacerbación grave administrar una nebulización continua 10 mg/h.

De modo excepcional, en enfermos que no pueden tomar fármacos inhalados → salbutamol iv. Dosificación: 4 µg/kg en 10 min, luego en perfusión continua 0,1-0,2 µg/kg/min, bajo control de frecuencia cardíaca; o VSc 0,5 mg.

2. Administrar oxígeno lo antes posible a todos los enfermos con un ataque de asma grave a través de una cánula nasal o de una mascarilla →Oxigenoterapia para obtener una SpO2 93-95 % (PaO2 ≥60 mm Hg).

3. Utilizar glucocorticoides sistémicos en el tratamiento de todas las exacerbaciones del asma (excepto las más leves), en general se mantienen durante 5-7 días. Si es posible, el fármaco se debe administrar dentro de la primera hora tras el diagnóstico de la exacerbación. Los efectos clínicos son visibles después de 4-6 h. La administración VO es tan eficaz como la iv., bajo la condición de que el enfermo pueda tomar comprimidos y no los vomite (si eso ocurre, administrar la dosis equivalente de glucocorticoides iv.). Si el tratamiento con glucocorticoides VO dura <3 semanas, no hay que reducir la dosis gradualmente, pero de forma precoz añadir el glucocorticoide inhalado. Dosificación: VO 30-50 mg de prednisona,prednisolona,metilprednisolona hasta una mejoría satisfactoria; iv. metilprednisolona, dosificación como más arriba, o hidrocortisona (dosis inicial 100-200 mg, posteriormente 50-100 mg cada 6 h).

4. Otros fármacos

1) Bromuro de ipratropio (preparados →tabla 3.9-2) junto con un SABA en un paciente ambulatorio con exacerbación asmática grave y en todos los pacientes en el departamento de emergencias u hospitalizados con exacerbación moderada o grave. Dosificación.

a) MDI: 4-8 dosis (de 20 µg), repetir cada 15-20 min, en exacerbación grave hasta 20 dosis en 10-20 min

b) nebulizador: 0,25-0,5 mg, repetir cada 15-20 min o nebulización continua (junto con salbutamol).

2) Sulfato de magnesio iv.:  considerar su uso en exacerbación grave, cuando los fármacos anteriormente mencionados no logran el efecto deseado. Dosificación: 1,0-2,0 g durante 20 min. La nebulización de salbutamol con una solución isotónica del sulfato de magnesio es más eficaz que con NaCl al 0,9 %.

3) Antibióticos solamente en caso de una infección respiratoria bacteriana.

4) No administrar derivados de teofilina.

Tratamiento de la insuficiencia respiratoria →Insuficiencia respiratoria aguda.

Actuación después de exacerbación

1. Criterios que deben cumplirse antes del alta hospitalaria tras un tratamiento inicial en el servicio de urgencias

1) reducción de la intensidad de los síntomas: el enfermo no requiere dosis adicionales de SABA, la disnea no le dificulta el decúbito

2) función pulmonar (PEF o VEF1) >60 % del valor de referencia/valor máx.; si es de un 40-60 % del valor de referencia/valor máx. → evaluar los factores de riesgo de exacerbación grave y la disponibilidad de los cuidados a domicilio

3) SpO2 correcta.

2. Antes del alta hospitalaria:

1) confirmar si existen factores de riesgo que puedan haber causado la exacerbación y, en caso de necesidad, recomendar un manejo adecuado

2) verificar si el enfermo sabe manejar el inhalador y si sabe cómo administrar los medicamentos

3) evaluar y, en caso de necesidad, modificar el plan de manejo en el asma

4) aumentar la dosis del glucocorticoide inhalado (en general para 2-4 semanas), y empezar a utilizar un glucocorticoide inhalado en enfermos no tratados de forma regular hasta ahora

5) establecer la fecha de la cita de control (en general después de 2-7 días).

OBSERVACIÓNArriba

La evaluación de la enfermedad (como antes del inicio de tratamiento →más arriba) y de los resultados del tratamiento se debe repetir en cada visita médica. La función pulmonar (mediante prueba espirométrica broncodilatadora) debe evaluarse antes de iniciar el tratamiento, pasados 3-6 meses de tratamiento antinflamatorio, después periódicamente (≥1 × 2 años, con mayor frecuencia en enfermos con exacerbaciones recurrentes y con factores de riesgo de obstrucción establecida) y en caso de necesidad. Prestar atención a las preocupaciones y dudas del paciente. En los enfermos con asma grave o con baja percepción de los síntomas recomendar la monitorización del PEF. Puede resultar útil apuntar la presencia y las exacerbaciones de los síntomas, la necesidad del uso del tratamiento a demanda y la confirmación del uso de fármacos de uso regular (puede ser en un programa en un dispositivo electrónico personal).

SITUACIONES ESPECIALESArriba

Embarazo

1. Durante el embarazo puede empeorar o mejorar el control del asma. El asma mal controlada y la hipoxemia del feto suponen un mayor peligro para el feto que los efectos adversos de los fármacos. La educación de la paciente es muy importante.

2. Las reglas del tratamiento crónico y del tratamiento de las exacerbaciones son similares a las reglas generales vigentes. Los fármacos preferidos son los glucocorticoides inhalados (en caso necesario también orales) y agonistas β2 inhalados de acción corta (los datos acerca de la seguridad de LABA son limitados).

3. Si durante las 48 h precedentes al parto la paciente se administró una dosis total alta de agonistas β2, se ha de controlar la glucemia del neonato durante las primeras 24 h de vida.

4. Las mujeres que durante >2 semanas antes del parto habían estado recibiendo prednisona a dosis >7,5 mg/d, durante el parto deberían recibir hidrocortisona iv. a dosis de 100 mg cada 6-8 h.

5. Durante el período de lactancia se pueden usar todos los fármacos antiasmáticos.

Cirugías

1. Antes de la cirugía se debe realizar una prueba de la función pulmonar, idealmente con la antelación adecuada para intensificar el tratamiento de asma (p. ej. tratamiento corto con glucocorticoides VO) en caso de necesidad.

2. Los enfermos sometidos a cirugía que asocien un gran estrés quirúrgico (no incluye procedimientos pequeños y cirugías con anestesia local) y que durante ≥3 semanas en los últimos 6 meses tomaron glucocorticoides sistémicos a dosis equivalente a ≥20 mg/d de prednisona, deberían recibir hidrocortisona iv. 50-100 mg cada 8 h (la primera dosis antes de la cirugía) en el período perioperatorio (hasta 24 h después de la cirugía).

3. Recordar la posibilidad de alergia a anestésicos.

Asma en enfermos de edad avanzada

A pesar de tener una función pulmonar más deteriorada, los enfermos tienen una peor percepción de los síntomas. Los principios del tratamiento no se diferencian de los utilizados en enfermos más jóvenes. Prestar una atención especial a:

1) la técnica correcta de uso de los inhaladores (incluidas las eventuales alteraciones de la capacidad física y/o de las funciones cognitivas)

2) los factores económicos o los temores a posibles efectos adversos, lo que dificulta la adquisición y toma de los fármacos

3) el listado completo de los fármacos tomados por el enfermo (para verificar la eventual relación con el empeoramiento del control del asma y la valoración de las interacciones de los medicamentos)

4) la aplicación de esquemas de tratamiento simples (evitar el uso de diferentes tipos de inhaladores)

5) los intentos de abandonar el hábito tabáquico.

Actuación durante la pandemia de COVID-19

Asegurar al enfermo que no debe retirar los fármacos tomados, sobre todo los glucocorticoides inhalados. Los principios del tratamiento crónico no han cambiado durante la pandemia de COVID-19. En enfermos con sospecha o confirmación de infección por COVID-19, dentro de lo posible, se debe evitar el uso de la nebulización y la realización de espirometría.

Formas especiales del asma

1. Asma difícil de tratar y asma grave. El asma difícil de tratar es el asma que no se controla con un tratamiento de pasos 4 o 5, o que requiere dicho tratamiento para preservar un buen control de los síntomas y reducir el riesgo de exacerbaciones. El asma grave (subcategoría de asma difícil de tratar) es un asma que sigue sin controlarse a pesar del tratamiento optimizado de máxima intensidad con dosis altas de glucocorticoides inhalados con LABA, y a pesar de que estén controlados los factores concomitantes que puedan agravar la enfermedad, o que se intensifica tras la reducción de dosis altas de fármacos.

El manejo abarca

1) la confirmación del diagnóstico (→Diagnóstico diferencial): pueden ser útiles p. ej. las pruebas

a) de imagen (radiografía de tórax, TC de alta resolución, TC de senos paranasales, ecocardiografía)

b) de laboratorio (hemograma de sangre, proteína C-reactiva, IgG, IgA. IgM, IgE, anticuerpos precipitantes contra Aspergillus, anticuerpos contra la citoplasma de neutrófilos, NT-proBNP)

c) dirigidas hacia las enfermedades alérgicas (pruebas cutáneas, IgE específica en suero)

d) funcionales del aparato respiratorio (TLCO)

e) broncoscopia (en enfermos seleccionados)

2) la evaluación de los factores que deterioran el curso de la enfermedad

a) cumplimiento de las recomendaciones médicas (incluidas las técnicas de uso del inhalador)

b) enfermedades concomitantes (rinosinusitis nasal, reflujo gastroesofágico, obesidad y apnea obstructiva del sueño)

c) factores de riesgo modificables y factores desencadenantes de los síntomas (tabaquismo, exposición ambiental, contacto con alérgenos [β-bloqueantes, AINE])

d) abuso de SABA

e) efectos adversos de fármacos

f) ansiedad, empeoramiento del estado de ánimo, problemas sociales

g) otros factores que dificultan el control del asma (→Definición y etiopatogenia)

3) la optimización del tratamiento

a) educación del enfermo y elaboración de un plan de actuación en asma

b) optimización del tratamiento farmacológico (valorar añadir fármacos adicionales, como p. ej. LABA, tiotropio, ARLT, si no han sido utilizados hasta el momento)

c) minimización de la exposición a los factores de riesgo modificables (recomendar firmemente el abandono completo del hábito tabáquico a los fumadores [puede considerarse la determinación de la concentración de la cotinina en orina o saliva] y la evitación de la exposición pasiva al humo de tabaco)

d) valoración de los métodos no farmacológicos adicionales (p. ej. actividad física, reducción de peso corporal, vacunación contra la gripe, técnicas de limpieza del moco de las vías aéreas)

e) tratamiento adecuado de enfermedades concomitantes

f) valoración de intentos del tratamiento con dosis altas de glucocorticoides inhalados, si no se han administrado antes.

Diagnosticar asma grave, si:

1) a los 3-6 meses de la optimización del tratamiento, el asma sigue sin controlar, o

2) con los intentos de reducir la intensidad de tratamiento (en primer lugar se reduce la dosis de glucocorticoide oral o este se retira, y a continuación se retiran todos los fármacos adicionales), se pierde el control del asma. En este caso, se debe restablecer el tratamiento anterior.

Actuación posterior:

1) repetir los pasos descritos más arriba

2) valorar la introducción del manejo multidisciplinar

3) evaluar la presencia de inflamación de tipo 2 ("residual"), resistente al tratamiento, durante el uso de dosis altas de glucocorticoide inhalado, o de la dosis más baja posible de glucocorticoide oral. Esta inflamación está presente, si se cumple ≥1 de los siguientes criterios:

a) recuento de eosinófilos en la sangre periférica ≥150/µl

b) recuento de eosinófilos en el esputo ≥2 %

c) FENO ≥20 ppb

d) rasgos clínicos del empeoramiento del asma tras contacto con un alérgeno.

Si el enfermo no cumple con los criterios de inflamación de tipo 2

1) considerar un diagnóstico adicional: examen del esputo inducido, TC de alta resolución, broncoscopia

2) optimizar el tratamiento adicional (evaluar la introducción de un anticolinérgico de acción prolongada, un antibiótico macrólido, glucocorticoide inhalado a dosis bajas, y retirar fármacos que no causan mejoría)

3) evaluar la termoplastia bronquial.

Si el enfermo cumple con los criterios de inflamación de tipo 2:

1) evaluar de manera objetiva el cumplimiento de las recomendaciones, p. ej. a partir de la información sobre la compra de fármacos prescritos, o mediante inhalador con contador de dosis electrónico, o determinando la concentración sanguínea de prednisona

2) valorar el aumento de dosis de glucocorticoides, por 3-6 meses a modo de prueba

3) valorar el tratamiento biológico; utilizar durante 4 meses, y a continuación evaluar la respuesta. Si la eficacia es incierta, se debe prolongar el período de prueba unos 6-12 meses. En caso de falta de respuesta al tratamiento biológico, hay que suspenderlo y eventualmente valorar la administración de otro fármaco biológico.

No utilizar nebulizadores para administrar fármacos de manera rutinaria. En centros con experiencia en la evaluación del recuento de eosinófilos en esputo, este método es útil a la hora de ajustar el tratamiento.

2. Asma premenstrual: progresión de los síntomas y reducción del PEF 2-5 días antes de la menstruación que mejora con el inicio de la menstruación. Puede ser útil el uso de antileucotrienos y anticonceptivos orales.

3. La enfermedad respiratoria exacerbada por la aspirina (EREA; en inglés NSAID-Exacerbated Respiratory Disease, NERD) es un tipo característico de asma que aparece en un 5-10 % de los adultos asmáticos. Empieza con una rinorrea intensa, lleva a la sinusitis y luego al asma. Son frecuentes los pólipos nasales y la eosinofilia. Se caracteriza por aparición de ataques de asma, frecuentemente acompañados de rinorrea, irritación conjuntival y eritrodermia de cabeza y cuello que duran desde más de diez minutos hasta unas horas después de la toma del ácido acetilsalicílico o de otro AINE (los enfermos pueden tomar paracetamol [en dosis única <1 g], salicilamida, celecoxib). A pesar de evitar el uso de AAS y otros AINE, el asma se mantiene y con frecuencia tiene un curso grave. El único método objetivo para establecer este diagnóstico es la prueba de provocación con AAS que se realiza solamente en un centro especializado en el que también se puede realizar la desensibilización. Una administración constante de AAS de varios meses de duración (después de la desensibilización) disminuye los síntomas sinonasales y mejora el control del asma.

4. Asma relacionada con el trabajoAsma relacionada con el trabajo.

5. Broncoespasmo provocado por esfuerzo físico (denominado asma por ejercicio). El broncoespasmo aparece a consecuencia de la hiperreactividad bronquial, generalmente 5-10 min después de terminar el ejercicio físico y cede espontáneamente en 30-45 min (frecuentemente en enfermos sin un buen control del asma). El diagnóstico se confirma si se produce la disminución del VEF1 ≥10 % durante la prueba de ejercicio o un test de reemplazo (prueba de hiperventilación, prueba de provocación bronquial con solución de NaCl al 4,5 % o con manitol). Se debe recomendar al enfermo el uso de un agonista β2 inhalado de acción rápida (salbutamol o fenoterol) 15 min antes del ejercicio. En personas en las que a pesar de eso el ejercicio sigue provocando síntomas y en personas que todos los días tienen que tomar el agonista β2 de acción corta → recomendar el uso de un glucocorticoide inhalado de forma regular (eventualmente + LABA) y/o un fármaco antileucotrieno o antihistamínico (en enfermos con alergia). La frecuencia de aparición y el aumento del broncoespasmo inducido por ejercicio disminuyen con el entrenamiento y un calentamiento adecuado. Las personas que realizan ejercicios a temperaturas bajas pueden utilizar mascarillas que calientan el aire inspirado.

6. Coexistencia del asma y de la EPOCEnfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

TABLAS Y FIGURASArriba

Tabla 3.9-1. Criterios diagnósticos del asma en adultos, adolescentes y niños de 6-11 años

El asma es una enfermedad heterogénea que habitualmente se caracteriza por una inflamación crónica de las vías aéreas. Cursa con síntomas tales como sibilancias, disnea, sensación de opresión torácica, y con tos de frecuencia e intensidad variable en función de la mayor o menor dificultad del flujo espiratorio del aire a su paso por las vías respiratorias.

Rasgo diagnóstico

Criterios de diagnóstico de asma

1. Presencia de síntomas variables del sistema respiratorio

Sibilancias, disnea, opresión torácica y tos. La manera de describir estos síntomas puede ser distinta dependiendo del origen y edad, p. ej. los niños pueden describir disnea como "respiración difícil"

– Habitualmente >1 tipo de síntomas de las vías respiratorias (en adultos, la tos como único síntoma raramente está causado por el asma)

 – La presencia y la intensidad de los síntomas varía con el tiempo

 – Los síntomas frecuentemente se intensifican por la noche o al despertar

 – Los síntomas se desencadenan habitualmente por un esfuerzo físico, la risa, alérgenos, aire frío

 – Con frecuencia los síntomas aparecen o se intensifican en el contexto de infecciones víricas

2. Confirmación del grado de variabilidad del flujo espiratorio por las vías respiratorias

Confirmación de la existencia de una variabilidad excesiva de la función pulmonarª (≥1 de las pruebas mencionadas más adelante)

El diagnóstico es más seguro cuanto más variabilidad haya y cuanto con más frecuencia se diagnostique

y obstrucción bronquial confirmadaª

≥1 vez durante el proceso diagnóstico, en caso de confirmar disminución de VEF1, es necesario confirmar la disminución de VEF1/CVF (normal: >0,75-0,80 en adultos y >0,90 en niños)

Resultado positivo de la prueba broncodilatadoraª (la probabilidad de obtener un resultado positivo es mayor si el paciente abandona los broncodilatadores antes de la prueba: SABA ≥4 h antes, LABA ≥15 h antes)

Adultos: aumento de VEF1 en >12 % y >200 ml en comparación con el valor inicial, 10-15 min después de la inhalación de 200-400 µg de salbutamol (el diagnóstico es más fiable si la mejoría de VEF1 es >15 % y >400 ml)

Niños: aumento de VEF1 de >12 % del valor de referencia

Variabilidad excesiva de PEF en las mediciones realizadas 2 × d durante 2 semanasª

Adultos: variabilidad diaria media de PEF >10 %b

Niños: variabilidad diaria media de PEF >13 %b

Mejoría importante de la función pulmonar, pasadas 4 semanas del tratamiento antinflamatorio

Adultos: aumento del VEF1 en >12 % y >200 ml en comparación con el valor inicial (o PEF en >20 %c), pasadas 4 semanas de inicio de tratamiento sin evidenciar infección de las vías respiratorias durante este período

Resultado positivo de la prueba de provocación bronquiala

Adultos: disminución del VEF1 en >10 % y >200 ml en comparación con el valor inicial

Niños: disminución del VEF1 en >12 % del valor de referencia o PEF en >15 %

Resultado positivo de la prueba inhalatoria de provocación bronquial (habitualmente se realiza solo en adultos)

Disminución del VEF1 en ≥20 % en comparación con el valor inicial después de la inhalación de la dosis estándar de metacolina o histamina o ≥15 % en la prueba de hiperventilación estándar, con el uso de solución hipertónica de NaCl o de manitol

Fluctuación excesiva de la función pulmonar durante las siguientes visitasª (diagnóstico menos probable)

Adultos: variabilidad del VEF1 >12 % y >200 ml en mediciones efectuadas durante las visitas consecutivas, sin evidenciar infección de vías respiratorias durante este período

Niños: variabilidad del VEF1 >12 % o variabilidad del PEF >15 %c en mediciones efectuadas durante las visitas consecutivas (también en las exploraciones que se hacen durante la infección de las vías respiratorias)

a Estas exploraciones se pueden repetir en el momento en el que el paciente está sintomático o en la madrugada.

b La variabilidad diaria del PEF se calcula sobre la base de las mediciones PEF 2 × d (el valor máximo de las 24 h reducido en el valor mínimo de las 24 h y dividido por el valor medio de las 24 h) e indica el valor medio de mediciones de la semana.

c Para mediciones del PEF se debería utilizar el mismo medidor de flujo espiratorio máximo, ya que los resultados de las mediciones con medidores diferentes pueden variar hasta en un 20 %. La reversibilidad de la obstrucción (mejoría después de la inhalación del fármaco broncodilatador) puede anularse durante una exacerbación grave de asma y durante una infección viral de las vías respiratorias. Si el resultado de la prueba broncodilatadora durante la primera visita es negativo, la conducta posterior dependerá de la disponibilidad de otras exploraciones y de la necesidad de tratamiento. Si es necesario empezar el tratamiento de forma urgente, es posible realizarlo y planificar las pruebas diagnósticas en las próximas semanas. Hay que considerar otras enfermedades que puedan parecerse al asma (→texto) y confirmar el diagnóstico del asma lo antes posible.

VEF1 — volumen espiratorio forzado en el primer segundo, LABA — agonistas β2 de acción prolongada, PEF — cúspide del flujo espiratorio máximo (el valor máximo de las 3 mediciones), SABA — agonistas β2 de acción corta. Diagnóstico de asma en enfermos ya tratados →texto.

Traducido con el acuerdo de: Global Strategy for Asthma Management and Prevention, © Global Initiative for Asthma (GINA) 2015. Todos los derechos reservados.

Disponible en: http://www.ginasthma.org

Tabla 3.9-2. Fármacos inhalados utilizados en el tratamiento del asma en adultos

Fármaco

Forma

Dosificación

Agonistas β2 inhalados de acción corta (SABA)

Fenoterol (bromhidrato)

MDI 100 µg

Según demanda: 1-2 dosis

Salbutamol

MDI 100 µg

DPI 100 y 200 µg

Solución para nebulización 1 y 2 mg/ml

Según demanda: 1-2 dosis

2,5-5,0 mg durante 10 min (hasta 40 mg/d en exacerbación grave)

Agonistas β2 inhalados de acción prolongada (LABA)

Formoterol (fumarato dihidrato)

MDI 12 μg

DPI 4,5, 9 y 12 μg

1-2 dosis 2 × d (máx. 54 µg/d)

Salmeterol

MDI 25 µg


DPI 50 µg

1-2 dosis 2 × d (máx. 200 μg/d)

Glucocorticoides inhalados

Beclometasona

Disponible solamente en forma de preparados combinados

50-100 μg 2 × d (dosis baja)

>100-200 μg 2 × d (dosis media)

>200 μg 2 × d (dosis alta)

Budesonida

MDI 200 μg

DPI 100, 200 y 400 μg

Susp. para nebulización 0,125, 0,25 y 0,5 mg/ml

100-200 μg 2 × d (dosis baja)

>200-400 μg 2 × d (dosis media)

>400 μg 2 × d (dosis alta)

Ciclesonida

MDI 80 y 160 µg

80-160 μg 1 × d (dosis baja)

>160-320 μg 1 × d (dosis media)

>320 μg 1 × d (dosis alta)

Fluticasona (propionato)

MDI 50, 125 y 250 µg

DPI 50, 100, 125, 250 y 500 μg

Susp. para nebulización 0,25 y 1 mg/ml

50-125 μg 2 × d (dosis baja)

>125-250 μg 2 × d (dosis media)

>250 μg 2 × d (dosis alta)

Fluticasona (furoato)

Disponible solamente en forma de preparados combinados

100 μg 1 × d (dosis baja-media)

200 μg 1 × d (dosis alta)

Mometasona

DPI 400 µg

110-220 µg/d (dosis baja)

>220-440 µg/d (dosis media)
>440 µg/d (dosis alta)

Preparados combinados LABA + glucocorticoides en un inhalador

Formoterol + budesonida

DPI 4,5 µg/80 µg, 4,5 µg/160 µg, 9 µg/320 µg

MDI 4,5 μg/160 μg

1-2 dosis 2 × d

Salmeterol + fluticasona (propionato)

MDI 25 μg/50, 125 o 250 μg

DPI 50 μg/100, 250 o 500 μg

1-2 dosis 2 × d

Formoterol + beclometasona

MDI 6 μg/100 μg, 6 μg/200 μg

DPI 6 µg/100 µg

1-2 dosis 2 × d

Vilanterol + fluticasona (furoato)

DPI 22 μg/92 μg y 22 μg/184 μg

1 dosis 1 × d

Fármacos anticolinérgicos de acción corta (SAMA)

Ipratropio

MDI 20 µg

Solución para nebulización (0,25 mg/ml)

En exacerbaciones →texto

Fármacos anticolinérgicos de acción prolongada (LAMA)

Tiotropio

SMI 2,5 µg

2 dosis 1 × d

Preparados combinados SAMA + SABA en un inhalador

Ipratropio + fenoterol

MDI 20 μg/50 μg

En exacerbaciones →texto

Preparados combinados LABA + LAMA + glucocorticoides en un inhalador

Formoterol + glicopirronio + beclometasona

MDI 6 µg/12,5 µg/100 µg

2 dosis 2 × d

Fig. 3.9-1. Tratamiento de control del asma crónica en adultos (según la GINA 2021, modificado)

Fig. 3.9-2. Algoritmo de actuación en exacerbaciones del asma, en función de la gravedad (según las guías de la GINA, modificado)