Desafíos actuales en el tratamiento antihipertensivo en ancianos

17.02.2017
Current challenges in antihypertensive treatment in the elderly
Konstantinos P. Imprialos, Chrysoula Boutari, Konstantinos Stavropoulos, Michael Doumas, Vasilios G. Athyros, Asterios I. Karagiannis

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Artículo completo, publicado en Polish Archives of Internal Medicine, está disponible de forma gratuita en inglés aquí.

Resumen

La hipertensión arterial afecta a más del 25 % de la población general, y su prevalencia aumenta con la edad. El endurecimiento de las paredes de las arterias se produce con el envejecimiento y se traduce en un patrón de aumento de la presión sistólica y de disminución de la presión arterial diastólica (PA). En la población mayor, la presión sanguínea se ha relacionado con un aumento del riesgo cardiovascular. Los ensayos en esta población han mostrado un gran beneficio tanto en la morbilidad como en la mortalidad con la reducción de los niveles de presión sanguínea sistólica por debajo de 150 mm Hg. La mayoría de las guías clínicas coinciden en una reducción de la presión sanguínea por debajo de 150/90 mm Hg en pacientes mayores con hipertensión. Sin embargo, todavía no hay acuerdo sobre si la reducción adicional de presión sanguínea puede proporcionar resultados adicionales beneficiosos.

La publicación reciente del ensayo SPRINT ha demostrado que la reducción de la presión sanguínea sistólica hasta los valores de 120-125 mm Hg en pacientes >75 años se asoció a un aumento de la supervivencia. Se espera asimismo que estos resultados influyan en las futuras recomendaciones. Por otro lado, los datos limitados que están disponibles sobre los pacientes ≥80 años y pacientes frágiles ingresados en las residencias de ancianos causan dudas sobre el uso de estrategias más agresivas de control de presión sanguínea en estos subgrupos. Por lo tanto, estos deberían tratarse de manera más conservadora.

Entre las diversas clases de fármacos antihipertensivos, diuréticos, bloqueadores de los canales de calcio, inhibidores de la enzima covertidora de la angiotensina y bloqueantes del receptor de angiotensina, demostraron su beneficio en pacientes mayores y se consideran de elección en el manejo de pacientes mayores con hipertensión. Dada la coexistencia de otras comorbilidades y de la polifarmacia, los médicos deberían tener más cuidado al iniciar el tratamiento o aumentar la dosis, para evitar potenciales efectos adversos o interacción con otros fármacos o enfermedades.