Sensibilidad, trastornos

Patogenia y causas

Los trastornos de la sensibilidad pueden manifestarse como fenómenos negativos (disminución o ausencia de una o más modalidades de sensibilidad) y/o fenómenos positivos (sensaciones anómalas en forma de parestesias, como hormigueo o entumecimiento, o bien en forma de hipersensibilidad a los estímulos sensitivos, ya sea como dolor o hiperestesia).

Causas: procesos patológicos que dañan los receptores periféricos localizados en varios tejidos y órganos, las fibras sensitivas de los nervios periféricos, las vías ascendentes de la médula espinal y del tronco encefálico, o el tálamo y los centros corticales del lóbulo parietal.

Causas de los trastornos particulares de la sensibilidad en función de la localización de la lesión del sistema nervioso →tabla 1.38-1.

Las parestesias breves y transitorias no indican lesiones del sistema nervioso. Causas de parestesias en función de la distribución →tabla 1.38-2.

Diagnóstico

1. Anamnesis y exploración física: determinar el tipo, la gravedad, las circunstancias de aparición y la localización de los trastornos de sensibilidad. Examinar la sensibilidad al tacto tocando el cuerpo con un papel fino o un bastoncillo de algodón, la sensibilidad al dolor con alfiler y la sensibilidad a la temperatura usando tubos de ensayo con agua fría y caliente (del grifo). Se debe examinar la sensibilidad, comparando las partes simétricas del cuerpo, determinando de la manera más exacta posible los límites de las alteraciones de la sensibilidad estableciendo una relación con el área de inervación de cada nervio periférico y de cada dermatoma →fig. 1.38-1.

2. Exploraciones complementarias: pruebas de imagen (TC, RMN) del cerebro y/o de la médula espinal y estudios electrofisiológicos (conducción nerviosa sensitiva, potenciales sensoriales evocados), dependiendo del lugar donde se sospeche que está la lesión.

TABLAS Y FIGURASArriba

Tabla 1.38-1. Síntomas y causas de los trastornos de la sensibilidad en función del lugar de la lesión

Lugar de la lesión

Tipo de trastornos

Causas

Nervio periférico

Dolor y parestesias en el área inervada por el nervio dado, posteriormente déficits en todas las modalidades de sensibilidad

Mononeuropatías (traumatismo o compresión)

Raíz nerviosa

Dolor agravado por el aumento de presión intracraneal (p. ej. al toser, al defecar), parestesias en la distribución de la raíz dada, posteriormente déficits en todas las modalidades de sensibilidad

Ciática o radiculopatía cervical (hernia discal), neoplasias, polirradiculoneuropatía desmielinizante inflamatoria aguda, osteoartrosis vertebral avanzada

Lesión transversal de la médula espinal

Pérdida bilateral de todas las modalidades de sensibilidad por debajo de la lesión (habitualmente asociada a pérdida de la función motora y del control vesical)

Traumatismo, tumor, inflamación o isquemia de la médula espinal o hemorragia intramedular

Lesión hemimedular

Alteración de la sensibilidad por debajo de la lesión: de la sensibilidad propioceptiva y táctil discriminativa (y de la función motora) del mismo lado y de la sensibilidad al dolor y a la temperatura del lado opuesto

Tumor extramedular, traumatismo, esclerosis múltiple

Lesión intramedular

Alteración de sensibilidad disociada: pérdida de la sensibilidad a la temperatura y al dolor con preservación completa de la propiocepción y de la sensibilidad táctil

Tumor intramedular, siringomielia, hemorragia intramedular postraumática, trombosis de la arteria espinal anterior

Cordones posteriores de la médula espinal

Abolición de la sensibilidad propioceptiva, ataxia del cordón posterior, reducción del tono muscular y abolición de los reflejos propioceptivos

Degeneración de los cordones posteriores de la médula espinal (en déficit de vitamina B12), tabes dorsal (neurosífilis), a veces en diabetes

Tálamo

Dolor intenso, muy molesto, paroxístico o persistente localizado en la mitad del cuerpo, que no remite con fármacos, trastorno sensitivo hemicorporal, sobre todo posicional

ACV isquémico o hemorrágico, neoplasias, traumatismo

Corteza de los lóbulos parietales

Dificultad para evaluar la fuerza y lugar del estímulo aplicado, agrafestesia (incapacidad de reconocer números o letras trazadas sobre la piel), pérdida de discriminación (capacidad de reconocer dos estímulos aplicados simultáneamente), fenómeno de extinción (es decir, incapacidad de percibir una de las sensaciones sensitivas al tocar simultáneamente dos puntos localizados en los lugares correspondientes de ambos lados del cuerpo) astereognosia (incapacidad de identificar objetos colocados en la mano sin ayuda de la vista)

ACV isquémico o hemorrágico, neoplasias

Tabla 1.38-2. Causas de parestesias en función de la distribución

Mitad de la cara

Vasoconstricción durante la fase de aura en la migraña, crisis epiléptica parcial simple, accidente isquémico transitorio (frecuentemente con hemiparesia)

Toda la cara

Tetania, hiperventilación

Uno de los miembros superiores

Parestesias de los dedos, que pueden deberse a la lesión del nervio mediano (p. ej. en síndrome del túnel carpiano), cubital o radial; crisis epiléptica, isquemia del hemisferio cerebral

Ambos miembros superiores

Neuropatía, esclerosis múltiple, siringomielia

Tronco

Signo de Lhermitte, característico de la esclerosis múltiple: espontáneo o provocado por flexión rápida del cuello (sensación de descarga eléctrica que se irradia a lo largo de la columna vertebral)

Miembros inferiores

Con frecuencia es el síntoma inicial de la polineuropatía, también degeneración de los cordones posteriores de la médula espinal, esclerosis múltiple, síndrome de piernas inquietas

Hemicorporal (miembro superior e inferior del mismo lado)

ACV isquémico o hemorrágico, crisis epiléptica parcial simple

Fig. 1.38-1. Inervación segmentaria de la piel y distribución cutánea de los nervios