El Dr. Mark Crowther es profesor y jefe del Departamento de Medicina, y presidente de Leo Pharma en el Área de Investigación sobre Tromboembolismo de la McMaster University.
¿Cómo abordar el diagnóstico diferencial de la hiperferritinemia?
Mark Crowther (MD, MSc): La hiperferritinemia es muy, muy frecuente. La mejor manera de abordar su diagnóstico es realizando una anamnesis muy completa y una exploración física del paciente, durante las cuales hay que buscar alguna prueba bien de sobrecarga de hierro —sería un hallazgo rarísimo, pero ocasionalmente posible de encontrar—, o bien de otras causas de la elevación del nivel de ferritina, cosa más importante aún.
Si tenemos a un paciente obeso con antecedentes importantes de alcoholismo y un agrandamiento palpable del hígado, esto es un indicador muy bueno de que su nivel de ferritina estará falsamente elevado.
Si el paciente es un hombre de 62 años con antecedentes de por vida de bronceado, artritis atípica en las manos y diabetes mellitus tipo 2, esto es muy indicativo de la presencia de una sobrecarga de hierro. Muy pocas veces podemos encontrar un paciente así, pero tales personas sí existen.
He atendido a 2 pacientes que acudieron a la consulta y tenían una sobrecarga de hierro clínicamente aparente. Pero hay otros factores útiles que también se pueden extraer de los antecedentes. Por ejemplo, la hemocromatosis es parcialmente un problema genético, por lo que si tenemos a una mujer joven que presenta unos valores de ferritina de 500 µg/l y una saturación de transferrina equivalente al 60 %, pero su padre falleció a causa de diabetes mellitus tipo 2 a los 58 años, tenemos que considerar la posibilidad de que la paciente padezca hemocromatosis, lo que implicaría que la muerte del padre se produjo por complicaciones no diagnosticadas de esta enfermedad.