La Dra. Irene Sarosiek es profesora titular de medicina y directora de Investigación sobre la Neuroestimulación de la Motilidad Gastrointestinal en el Texas Tech University Health Sciences Center (TTUHSC) en El Paso, Texas, Estados Unidos.
Si tuviera que mencionar los 3 avances recientes más importantes en el tratamiento de los trastornos de la motilidad gastrointestinal, ¿cuáles serían?
Irene Sarosiek (MD): Hola, bienvenidos de nuevo. Soy Dra. Irene Sarosiek y me han planteado la pregunta que ya sabéis: qué pienso sobre los mayores avances en el manejo de los problemas gastrointestinales (GI) ahora mismo.
La verdad es que me puse a pensarlo muy seriamente, ya que bueno, es el ámbito clínico general de la gastroparesia. Este es un problema funcional, y como todo el mundo sabe, es mucho más complicado tratar una enfermedad que no ves con tus propios ojos. No puedes simplemente examinar y diagnosticar porque hay una úlcera, un tumor, una lesión, hemorragia. No hay nada, básicamente no ves nada. Esto es muy subjetivo, y es muy complicado clasificar a estos pacientes correctamente, pero un aspecto en el que creo que hemos avanzado y que me gustaría mencionar es el hecho de que hemos empezado a determinar muy bien, después de 20 o 25 años de observaciones, que muchas otras enfermedades imitan la misma presentación clínica. Por lo tanto, es muy difícil encauzar bien el manejo del paciente, acelerar los procesos diagnósticos reconociendo bien la enfermedad, y tratarla.
A lo que me refiero principalmente —y me alegro de que se hayan dado estos avances— es a establecer el SVC, es decir, el síndrome de vómitos cíclicos, una enfermedad que afecta a personas jóvenes que, clínicamente, parecen tener gastroparesia, pero en realidad hay unos cuantos indicios en su presentación que sugieren que no la tienen. Probablemente habrá una ponencia sobre este tema en el MIRCIM del año que viene. Espero que hablemos más sobre ello, ya que cada vez más personas presentan este trastorno, hay indicios que se pueden reconocer y los pacientes pueden recibir el diagnóstico antes.
En mi dolorosa experiencia, hemos estudiado muchos fármacos para tratar a pacientes con gastroparesia en los últimos años, durante muchos años, y no hemos sido capaces de sacar casi nada en claro. La razón es que la respuesta fisiológica al tratamiento de los pacientes es muy subjetiva. Se basa mayormente en la percepción, su enfoque individual y sus sentimientos, se ajusta a lo que sienten. Por lo tanto, no hemos conseguido que se aprobaran muchos fármacos que se estaban investigando; no han visto la luz al final del túnel y no se han aprobado para usarse en estos pacientes. Ese es un problema mío. Es un problema para muchos de nosotros, quienes no podemos proporcionar estas opciones.
Pero algo de lo que estoy contenta es que tenemos una tecnología muy buena. Hemos cambiado muchas cosas en las estrategias de diagnóstico. Ahora podemos usar cápsulas inalámbricas de motilidad, SmartPill u otras cápsulas de motilidad. MoPill también se está utilizando, y tenemos pruebas de diagnóstico como la gammagrafía dinámica de antro, que es muy precisa, y la tecnología FLIP para medir la presión y la distensión del píloro. En ese sentido vamos en buen camino y estoy orgullosa.
Probablemente el mayor avance en los últimos 3 o 4 años ha sido llegar hasta el fondo de la causa de la gastroparesia, que se encuentra a nivel celular. La respuesta inmunitaria, los micrófagos, las células de Cajal, la fibrosis: estamos analizando la presentación, lo que solo se ve bajo el microscopio. Todavía no hemos llegado a la meta, la verdad es que cada paso que damos da lugar a muchas preguntas, cambiamos nuestra perspectiva y vamos dando vueltas, y vueltas hasta llegar al fondo de la cuestión. Y eso es algo muy difícil.
Teniendo en cuenta el pasado y lo que todavía está por venir, lo que espero para el futuro es contar con las células madre, que ya están en el horizonte. Llegaremos a un nivel en el que podremos generar los nervios, las conexiones del sistema nervioso entérico y la actividad estimuladora de músculos, todas las conexiones eléctricas entre estos sistemas. Será una forma fantástica de ayudar a estos pacientes, porque si están agotados por el entumecimiento causado por la diabetes, por ejemplo, podrán funcionar y recuperarán su calidad de vida. Pueden salvarse, mejorar todos sus aspectos y las comorbilidades, y cualquier complicación que pudiera derivar de su enfermedad quedará descartada para el futuro.
En este punto estoy ahora. Espero que mucha gente más, y muchos médicos de las generaciones jóvenes, sobre todo nuestros estudiantes... Cuando les enseño, les digo que sigan con el mismo entusiasmo y que se lleven consigo esta visión para ayudar a esos pacientes que, sinceramente, a nadie le apetece tratar. Es muy complicado tratar enfermedades funcionales en nuestros sistemas. Por lo tanto, cuento con vosotros. Ahora que se acerca el final de mi carrera profesional, me emocionaría mucho ver a gente que siga nuestros pasos y ayude a estos pacientes desesperados, incapacitados, muy enfermos pero tan amables. Gracias.