El Dr. Per Sjøgren es profesor de medicina paliativa en el Departamento de Oncología de Rigshospitalet, Universidad de Copenhague, Dinamarca, y miembro del International Scientific Expert Panel (ISEP) de Cicely Saunders International.
Si tuviera que mencionar los 3 avances recientes más importantes en el manejo del dolor de cáncer con opioides, ¿cuáles serían?
Per Sjøgren (MD): Primero, la aparición de unas guías basadas en revisiones sistemáticas es un gran paso adelante, y es obligatorio ir actualizando las guías de continuo. Sin embargo, teniendo en cuenta que los opioides son fármacos muy antiguos, es verdaderamente sorprendente que una parte tan sustancial del manejo con opioides en la práctica clínica diaria no esté basada en evidencia sólida. Al contrario, la evidencia con frecuencia es débil.
En segundo lugar, a la luz de los ensayos aleatorizados recientes sobre los cuidados paliativos complejos, es decepcionante ver que el manejo del dolor en los pacientes con cáncer avanzado no es muy exitoso. Los resultados principales de estos estudios muestran una mejoría general de calidad de vida, pero rara vez del control de los síntomas, incluido el control del dolor. Por lo tanto, es imperativo implementar unas guías de manejo del dolor y los opioides basadas en datos científicos y en un consenso internacional. Asimismo, han de adaptarse a las necesidades locales. Los próximos estudios sobre los programas de manejo del dolor de cáncer, que se están realizando a nivel local en numerosos países, demuestran que las estrategias meticulosas de manejo y seguimiento en entornos locales, basadas en una ensenañza y una formación activas, pueden incrementar el rendimiento de los profesionales sanitarios y ofrecer resultados excelentes.
En tercer lugar, creo que en el futuro deberíamos centrarnos en la exposición a largo plazo a los opioides, no solo en los pacientes con cáncer, sino que aquellos con dolor crónico por otra causa. Tenemos que centrarnos en la adicción, la dependencia física, el desarrollo de la tolerancia, la hiperalgesia inducida por opioides, la disfunción cognitiva y la supresión de los sistemas inmunitario y reproductor. Esto puede mejorar el uso efectivo de los opioides. Claramente, estas son áreas nuevas que deberían fomentar una agenda de investigación, totalmente justificada, sobre las cuestiones asociadas al uso prolongado de los opioides.