Shira Zelber‑Sagi, PhD, RD, es profesora y directora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Haifa, Israel.
¿Cuándo se debería derivar a un paciente con esteatosis hepática para la biopsia de hígado necesaria para diagnosticar la esteatohepatitis no alcohólica (NASH)?
En muchos casos la biopsia de hígado no es necesaria porque ahora disponemos de pruebas no invasivas bien validadas. Para diagnosticar la esteatosis disponemos de la ecografía abdominal y del parámetro de atenuación controlada (CAP). Para el diagnóstico de fibrosis avanzada, tenemos el FibroScan, que es un buen método de imagen, bien validado y no invasivo en absoluto. Tenemos algunos marcadores, como el score FIB‑4.
El único problema es que para diagnosticar la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) no disponemos de métodos no invasivos y necesitamos biopsia de hígado. Pero en la mayoría de los casos no tenemos que saber si el paciente en realidad tiene NASH.
La razón principal por la que podemos querer saberlo es para ensayos clínicos o medicaciones futuras. De momento, no hay fármacos contra la esteatosis hepática no alcohólica (NAFLD), pero en el futuro, cuando haya medicamentos que traten NASH, podemos querer efectuar biopsia de hígado para diagnosticar NASH en estos pacientes. Estas son las únicas razones en las que yo he podido pensar.
Cuando un médico decide derivar al paciente a la biopsia de hígado, será porque no está seguro del diagnóstico. Si hay incertidumbre en cuanto al diagnóstico de NAFLD y se piensa que puede haber una enfermedad subyacente, se puede indicar una biopsia, realizar pruebas hacia hemocromatosis, por ejemplo, o hacia la hepatitis autoinmune. Si no se está seguro, se derivará a la biopsia de hígado. O si se quiere incluir al paciente en un ensayo clínico de un fármaco contra la NAFLD, entonces se debe hacer biopsia de hígado.