Bram Rochwerg, MD, es investigador y profesor de medicina en la Facultad de Ciencias de Salud de la McMaster University y experto en cuidados intensivos.
¿Qué lecciones de la COVID‑19 pueden aplicarse a los pacientes con hipoxia aguda por otras causas?
Creo que es una pregunta excelente, porque el inmenso volumen de pacientes con insuficiencia respiratoria hipoxémica aguda que todos hemos tratado durante los últimos años es increíble. En los últimos años he visto a muchos más pacientes con el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) que en cualquier otra época de mi práctica en cuidados intensivos. Y creo que hay lecciones que pueden aplicarse a las personas con insuficiencia respiratoria o SDRA de diversa etiología.
La primera sería el hecho de que, esencialmente, la insuficiencia respiratoria hipoxémica aguda es causada por una inflamación del pulmón. Y creo que lo hemos reconocido durante la [pandemia de la] enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID‑19) y hemos investigado muchas terapias antinflamatorias como glucocorticoides, inhibidores del receptor de la interleucina‑6 (IL‑6), inhibidores de la cinasa Janus 2 (JAK‑2). Creo que el siguiente paso será verificar si estos fármacos antinflamatorios singulares pueden tener el mismo efecto en la insuficiencia respiratoria por otras causas —neumonía adquirida en la comunidad, quizá también otras neumonías víricas— y creo que hay algunos ensayos aleatorizados controlados que lo están verificando.
Otra lección sería —de acuerdo con la charla que di durante el 7.o McMaster International Review Course in Internal Medicine (MIRCIM)— el uso más extendido de las técnicas no invasivas de oxigenoterapia. Hemos visto cosas como el BiPAP con casco, que se empezaron a utilizar mucho más durante la pandemia. Hubo imágenes famosas de Italia de muchísimos pacientes hospitalizados que utilizaban el casco como método de administración de oxígeno. El beneficio es que tengamos un método extra además de la oxigenoterapia estándar, pero muchas veces los pacientes con BiPAP no necesariamente tienen que estar en la unidad de cuidados intensivos, y esto tiene implicaciones en el uso de los recursos disponibles. Así pues, creo que la comodidad de utilizar la cánula nasal de alto flujo, de BiPAP a través de distintas modalidades, es algo de lo que podemos aprender en cuanto a los pacientes con insuficiencia respiratoria, no necesariamente relacionada a la COVID‑19. En mi práctica ya he empezado a ampliar los límites de lo que podemos ofrecer con la oxigenación no invasiva, tal como hago con mis pacientes con COVID‑19.