John Kolbe, MD, PhD, es pulmonólogo del Auckland City Hospital, profesor de medicina y director del Departamento de Medicina de la University of Auckland, Nueva Zelanda.
¿Deberíamos realizar exploraciones complementarias en un paciente "típico" con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y bronquiectasia leve detectada de forma incidental por tomografía computarizada (TC)?
Hay, sin duda, algunos pacientes con EPOC y bronquiectasia genuina, y en el manejo de esos pacientes, se debe tratar tanto la EPOC como la bronquiectasia. Sin embargo, como se puede ver en la literatura, hasta un 60 % de los pacientes con EPOC y un porcentaje alto de los pacientes con asma crónica tiene bronquiectasia. Estos datos se basan en los hallazgos detectados en la tomografía computarizada de alta resolución.
Se diagnostica la bronquiectasia cuando se observa un bronquio dilatado en relación al tamaño de la rama correspondiente de la arteria pulmonar. Este es el llamado índice broncoarterial (ing. BA ratio), y es de >1. Ahora, como acabo de insinuar, en la bronquiectasia, el índice aumenta porque el diámetro de la vía respiratoria aumenta.
En teoría, el índice broncoarterial puede estar incrementado si el tamaño de la vía respiratoria es normal, pero el calibre de la rama de la arteria pulmonar está reducido. Existe un número de estudios muy sofisticados de TC que demuestran que esto ocurre, que hay pacientes en los que el diámetro del bronquio es normal, pero el de la arteria pulmonar está reducido. La probabilidad de que esto ocurra es inversamente proporcional al volumen de espiración forzada en el primer segundo (VEF1), así que es más probable que se produzca en personas con obstrucción grave del flujo del aire. Se considera que esto se debe a una vasoconstricción hipóxica regional.
Así que esto explica por lo menos algunas de las bronquiectasias notificadas en EPOC. Estos pacientes frecuentemente tienen bronquiectasias cilíndricas de paredes finas que afectan los segmentos basales de los lóbulos inferiores. Muchas veces esto no tiene importancia clínica alguna, por lo que, probablemente, se puede ignorar.