James Douketis, MD, es profesor de medicina y ostenta la cátedra David Braley-Nancy Gordon en Enfermedades Tromboembólicas en la McMaster University.
Salud de la mujer: ¿cómo conciliar la enfermedad tromboembólica venosa (ETV), la necesidad de anticoagulación prolongada, menorragia y anemia por déficit de hierro?
Es una pregunta muy importante, visto que la trombosis es frecuente en las mujeres de edad reproductiva. Y cuando administramos anticoagulantes a estas mujeres, muchas veces se agravan las menstruaciones típicas y aumenta el sangrado, lo cual puede llevar a la anemia por déficit de hierro.
¿Cómo abordar esta situación para minimizar este problema? Primero, hay anticoagulantes con mucha menos probabilidad de causar o exacerbar el sangrado menstrual. Se ha demostrado que los anticoagulantes orales directos (ACOD) administrado 1 vez al día, como rivaroxabán, parecen incrementar el sangrado en comparación con anticoagulantes administrados 2 veces al día como apixabán. Así que es una de las cosas que podemos hacer.
Si una mujer sigue sangrando y esto no se debe a causas quirúrgicas, mioma uterino, por ejemplo, o fibroma, podemos administrar terapia hormonal de forma segura para controlar el sangrado. Pueden ser tanto anticonceptivos tipo estrógeno/progestina, como un dispositivo intrauterino que segrega solo progesterona. Estos son los métodos hormonales para controlar el sangrado. Obviamente, si [las pacientes] reciben estrógeno, tienen que seguir tomando un anticoagulante para protegerse de la trombosis recurrente.
Finalmente, por supuesto, en caso de déficit de hierro se puede suplementar el tratamiento con ferroterapia parenteral u oral.
Una cosa que yo evitaría, excepto en situaciones de urgencia, es el uso de ácido tranexámico. Es un fármaco que se usa para prevenir y controlar el sagrado, pero puede tener un efecto protrombótico y generalmente queremos evitarlo en pacientes con una trombosis aguda reciente.