Felix Knauf, MD, es profesor de nefrología en la Charité – Universitätsmedizin Berlin, Alemania, y profesor ayudante en la Yale University.
¿Qué prueba de imagen —la ecografía o la tomografía computarizada (TC), si ambas están disponibles— debe realizarse en primer lugar en un paciente con cólico nefrítico?
Tanto la ecografía como la TC se realizan para diagnosticar cálculos renales. Me gustaría señalar que hay diferencias en función de la región o del país donde se practica, incluso si las dos modalidades están disponibles. De mi propia experiencia puedo decir que en América del Norte, por ejemplo, se realizan más tomografías incluso si la ecografía está disponible como prueba de primera línea. Pero en Europa se realiza con frecuencia la ecografía.
Hubo un estudio clínico presentado en el New England Journal of Medicine en 2015, que investigó las diferencias entre la ecografía y la TC con respecto a los resultados concluyentes, como complicaciones asociadas a cálculos renales. No se demostró ninguna diferencia, por lo que se puede realizar tanto la ecografía como la TC.
Obviamente, la TC hay exposición a la radiación, inexistente la ecografía. No obstante, nuevos procedimientos de TC, como el protocolo de baja dosis de radiación para el estudio de cálculos, ofrecen niveles de radiación muy bajos. También me gustaría subrayar que la mayoría de los urólogos solicita una TC porque las imágenes tienen una resolución más alta y permiten localizar el cálculo para tomar la decisión sobre la potencial intervención.
Pero volviendo a la respuesta simple a la pregunta, si las dos modalidades están disponibles, creo que la ecografía es la opción correcta para averiguar rápidamente la presencia de un cálculo. No obstante, en la mayoría de los casos, la TC es necesaria para localizar el cálculo de manera exacta y, gracias a la alta resolución, ayuda al urólogo a tomar decisión sobre la posible intervención.