Margaret J. Larché es profesora de medicina en el Departamento de Reumatología de la McMaster University y directora del Canadian Scleroderma Research Group (CSRG).
¿Qué tipo de manejo debe considerarse en los pacientes con el fenómeno de Raynaud si el tratamiento con calcioantagonistas ha resultado ineficaz?
Si se han usado los calcioantagonistas —en función de la gravedad del [fenómeno de] Raynaud y de la presencia de complicaciones—, aumentaría la dosis de los calcioantagonistas hasta la dosis máxima tolerada.
Si no se toleran las dosis moderadas, como de 60 mg [en presentación] de liberación prolongada al día, pasaría a un inhibidor de la fosfodiesterasa, como el sildenafilo o tadalafilo. De nuevo, empezaría con dosis bajas e iría aumentando. Se podría empezar, por ejemplo, con 20 mg de sildenafilo al día y aumentar la dosis hasta 20 mg 3 × d o 50 mg 2 × d. Tenemos suerte porque el fármaco está disponible en Canadá.
Antes con frecuencia utilizábamos varios fármacos, incluidos los antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA‑II), los α‑bloqueantes, y luego a veces usábamos nitrato en forma de parche, como en angina. Solía referirme a tal situación "miniangina de los dedos", así que el tratamiento fue un parche de nitrato, igual que se usa en angina.
Por último, en caso necesario, pasaría a terapias iv., como las prostaciclinas. Es una terapia que requiere un manejo hospitalario: con ingreso hospitalario o, por lo menos, una visita ambulatoria. Luego podemos pasar a ciertos procedimientos quirúrgicos, como la simpatectomía, en la que los anestesistas o cirujanos bloquean el tronco simpático, o en caso de gangrena puede ser necesario recurrir a la amputación, con fines analgésicos, para aliviar el dolor.