Tratamiento de sobrepeso y obesidad en el manejo de la hipertensión

El Dr. Konstantinos Tsioufis (MD) es profesor de cardiología en la universidad Ethnikó kai Kapodistriakó Panepistímio Athinón, Grecia, y Director de la unidad de hipertensión de la Primera Clínica de Cardiología del hospital Geniko Nosokomeio Thessalonikis Ippokrateio. Ha sido Presidente de la European Society of Hypertension.

¿Cuál es el papel del tratamiento de sobrepeso y obesidad en el manejo actual de la hipertensión?

Quiero empezar diciendo que la obesidad y la hipertensión suelen coexistir con mucha frecuencia. En la mayoría de los casos, un paciente con obesidad e hipertensión tiene además diabetes mellitus. Al tratar a un paciente con hipertensión y obesidad, la finalidad principal es alcanzar la presión arterial objetivo. Los valores son los mismos que para la población general, es decir, <140 mm Hg para la presión arterial sistólica y <90 mm Hg para la presión arterial diastólica.

Sin embargo, cuando tratamos la hipertensión en un paciente con obesidad, lo importante es no solo alcanzar los objetivos de la presión arterial, sino también no empeorar el estado de obesidad ni el estado metabólico, que en la mayoría de los casos es desfavorable. Nuestra prioridad absoluta es recomendar la reducción del peso excesivo. Sabemos que no es una tarea fácil, pero es muy beneficiosa. Conocemos el análisis de la varianza de un estudio con pacientes con presión arterial normal alta. Los que perdieron ~3 kg tuvieron una incidencia de hipertensión del 20 %, en comparación con un 90 % entre personas que no lograron esa pérdida de peso.

Por otro lado, la medicación en la hipertensión es igual, sea con o sin obesidad asociada. Sin embargo, hay que evitar en particular los diuréticos o los β-bloqueantes, para prevenir el empeoramiento de los efectos metabólicos de estos fármacos. También contamos con nuevos fármacos, como los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) o los agonistas del receptor del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), que tienen además algún efecto beneficioso en la reducción de la presión arterial. Sin embargo, los principales beneficios de estos fármacos se relacionan con la reducción de hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y una mejor evolución cardiovascular. Hay que tener en cuenta que deben administrarse a los pacientes con obesidad e hipertensión asociadas a la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada.

Además, en el tratamiento de la hipertensión en los pacientes con obesidad también la cirugía bariátrica puede desempeñar algún papel, aunque hasta ahora no hay evidencia de que tenga un efecto neto, un efecto beneficioso absoluto sobre la presión arterial. Sin embargo, por supuesto, la cirugía bariátrica está indicada para mejorar el perfil metabólico y también la calidad de vida de estos pacientes.