Roman Jaeschke: Buenas tardes. Bienvenidos a otra edición del McMaster Perspective. Tenemos el placer de entrevistar hoy al Dr. Mark Crowther, Jefe del Departamento de Medicina de Laboratorio de la McMaster University, quien en los últimos años ha participado en la creación de diferentes guías de práctica clínica en hematología y principalmente en tromboembolismo. La entrevista va a realizarse a distancia, entonces, yo voy a preguntar al Dr. Crowther desde aquí y él va a responder en otro sitio. Dr. Crowther, la primera pregunta es la siguiente: “Estamos a principios del año 2016, ¿podría compartir con nosotros sus observaciones acerca del desarrollo y de las cuestiones que llamaron la atención de los médicos en hematología y tromboembolismo en el año 2015?”
Mark Crowther: El año 2015 fue bastante transcendental en varios aspectos, tanto del tromboembolismo, como de la hematología. En el tromboembolismo avanzamos con la evidencia de que los nuevos anticoagulantes orales, como rivaroxabán, apixabán, dabigatrán, edoxabán, etc., son de verdad bastante revolucionarios en cuanto a su habilidad de tratar a los pacientes con tromboembolismo o con riesgo de tromboembolismo. De hecho, creo que la evidencia disponible confirma que estos fármacos son mucho más fáciles de usar que los agentes tradicionales, tales como la warfarina, y son más seguros con respecto al riesgo de hemorragia mayor y de muerte. Desde luego, estamos a la busca de evidencias que nos permitan usarlos en grupos seleccionados, tales como pacientes con cáncer, con trombocitopenia inducida por heparina, o en pacientes con el síndrome de anticuerpos antifosfolípidos. Todavía no tenemos esta evidencia, pero se están realizando muchos estudios en los que se abarca esta cuestión.
En el campo de hematología, en el año pasado se exploró toda una serie de nuevos tratamientos revolucionarios. Probablemente la evidencia más importante es la anunciada recientemente durante la reunión anual de la American Society of Hematology. El eltrombopag, que es un fármaco usado en el tratamiento de la púrpura trombocitopénica idiopática, es en realidad casi curativo en la rara enfermedad llamada anemia aplástica, que afecta a personas jóvenes. Probablemente a los 5 minutos de la presentación en la reunión de la American Society of Hematology se convirtió en la práctica estándar.
Otra área que ahora suscita mucho interés son las terapias altamente enfocadas, específicas para enfermedades tales como el mieloma múltiple y la leucemia linfocítica crónica (LCC). Ahora hay toda una serie de medicamentos disponibles y la verdad es que estos fármacos pueden ser curativos para estas enfermedades, tradicionalmente consideradas incurables.
Creo que a lo largo del año 2016 observaremos cómo estas prácticas entran en la práctica clínica diaria. El problema, por supuesto, va a ser cómo pagar estos fármacos. Las nuevas terapias hematológicas van a ser muy caras y probablemente van a estar disponibles solo en centros individuales. Sin embargo, en mi opinión, existe la ventaja de poder curar el mieloma de una sola vez y de este modo evitar terapias a largo plazo, que hoy en día requieren muchos años, e implican el uso de muchos tipos de quimioterapia.