Antecedentes
La OMS ha elaborado estas orientaciones provisionales para responder a la necesidad de contar con recomendaciones sobre cómo cuidar de los pacientes con COVID-19 que presentan síntomas leves,a así como sobre las medidas de salud pública relativas al manejo de sus contactos.
Este documento se ha adaptado a partir de las orientaciones provisionales relativas a la infección por el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) publicadas en junio de 20181, tomando también en consideración las directrices basadas en la evidencia publicadas por la OMS, incluidas las recogidas en la publicación titulada Infection prevention and control of epidemic- and pandemicprone acute respiratory diseases in health care2, además de la información actual sobre la COVID-19.
Estas orientaciones breves, que han sido actualizadas teniendo en cuenta la información más reciente, sirven de guía para los profesionales de la salud pública y de prevención y control de las infecciones, los gestores de los servicios de salud y los trabajadores sanitarios que se ocupen de cuestiones relativas a la atención en el domicilio a pacientes sospechosos de haber contraído la COVID-19 que presenten síntomas leves, y también a los encargados de gestionar a sus contactos. Las orientaciones se basan en los datos recogidos sobre la COVID-19 y en la viabilidad de aplicar medidas de prevención y control de las infecciones en los domicilios. A efectos del presente documento, se considerarán cuidadores los progenitores, los cónyuges y cualquier otro familiar o amigo que carezca de formación sanitaria.
Las definiciones de casos de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en el ser humano pueden consultarse, en inglés, en el documento Global Surveillance for human infection with coronavirus disease (COVID-19). En cuanto a las orientaciones sobre la prevención y el control de las infecciones en los centros de salud, pueden consultarse en el documento Prevención y control de infecciones durante la atención sanitaria de casos en los que se sospecha una infección por el nuevo coronavirus.
Dónde atender a las personas con COVID-19
La OMS recomienda aislar y atender en un centro de salud a los casos de COVID-19 confirmada en el laboratorio y someter a pruebas de detección a todas las personas que presenten una infección respiratoria aguda severa que haga sospechar que la han contraído. Estas pruebas se deben realizar en el primer punto de contacto con el sistema de salud, y, de acuerdo con la gravedad de los síntomas, se deberá iniciar un tratamiento de urgencia. La OMS ha actualizado las directrices de tratamiento de los pacientes con infecciones respiratorias agudas asociadas a la COVID-19, incluyendo orientaciones para los grupos poblacionales vulnerables (por ejemplo, los adultos mayores, las embarazadas y los niños). La OMS recalca que, si no se puede aislar a todos los casos en los centros de salud, se debe priorizar a aquellos que puedan tener peor pronóstico, como las personas que sufren enfermedades graves y críticas y los que, a pesar de presentar enfermedades leves, puedan tener peor evolución (los mayores de 60 años y las personas con otras afecciones, como enfermedades cardiovasculares y pulmonares crónicas, diabetes o cáncer).
En el caso de que sea imposible aislar a todos los casos leves en los centros de salud, puede ser necesario aislar a los que presenten síntomas leves y no tengan factores de riesgo en instalaciones no convencionales como hoteles, gimnasios y centros deportivos, que se habilitarán con ese fin, hasta que sus síntomas desaparezcan y den negativo en las pruebas de detección del virus que causa la COVID-19. Como alternativa, se podrá atender a estos pacientes en su domicilio.
Atención en el domicilio a las personas sospechosas de ser casos de COVID-19 que presenten síntomas leves
Es posible que las personas que presenten síntomas leves no puedan ser hospitalizadas debido a la sobrecarga del sistema sanitario, y que tampoco sea necesario ingresarlos salvo que se tema que su estado de salud pueda empeorar rápidamente.3 Se puede considerar la posibilidad de manejar a estos pacientes en su domicilio, siempre que sus familiares puedan atenderles y hacer un seguimiento de su evolución. Asimismo, la atención domiciliaria es una opción cuando no sea posible ingresar al paciente o no puedan ofrecerse todas las garantías de seguridad (debido a las limitaciones de capacidad o a la imposibilidad de cubrir la demanda asistencial).
Si se da alguna de estas circunstancias, puede atenderse en el domicilio a los pacientes que tengan síntomas leves1 y no padezcan enfermedades crónicas subyacentes, como cardiopatías o neumopatías, insuficiencia renal o trastornos asociados a inmunosupresión, que acentúen el riesgo de complicaciones. La decisión debe tomarse con un criterio clínico meticuloso y fundamentarse en la evaluación de la seguridad del entorno doméstico del paciente.b
En los casos en que se atienda al paciente en su domicilio, un profesional de la salud cualificado, donde y cuando sea posible, debe comprobar que las condiciones del lugar sean adecuadas y que el paciente y sus familiares sean capaces de cumplir las precauciones recomendadas como parte del aislamiento domiciliario (por ejemplo, la higiene de las manos, respiratoria y del entorno, y las limitaciones al movimiento desde la casa y en torno a ella) y de resolver incidentes que puedan poner en riesgo la seguridad (por ejemplo, la ingestión accidental de gel hidroalcohólico para la higiene de las manos o el riesgo de incendio por ignición de este gel).
Si es posible, habrá que mantener un canal de comunicación abierto con un profesional sanitario o un profesional de salud pública (o con ambos) durante el tiempo que dure la atención al paciente en el domicilio, es decir, hasta que los síntomas hayan desaparecido por completo. Es necesario disponer de información más completa sobre la COVID-19 y acerca de sus vías de transmisión para determinar el tiempo que se deben mantener las precauciones relativas al aislamiento en el domicilio.
Además, será preciso educar al paciente y a las personas que convivan en el mismo domicilio sobre higiene personal, sobre las medidas básicas de prevención y control de las infecciones, sobre la manera más segura de cuidar a la persona de quien se sospecha que ha contraído la COVID-19 y acerca de la prevención del contagio a las personas que conviven con ella. Es necesario brindar permanentemente apoyo e información al paciente y a las personas que viven en su hogar, y mantener la vigilancia durante toda la atención en el domicilio. Las personas que vivan en este, por su parte, deberán seguir las recomendaciones siguientes:
- Instalar al paciente en una habitación individual y bien ventilada (es decir, con las ventanas abiertas y con una puerta abierta).
- Limitar los movimientos del paciente dentro del domicilio y reducir al mínimo los espacios compartidos (por ejemplo, cocina y baño), garantizando en todo caso que estén bien ventilados (dejando las ventanas abiertas).
- Los demás habitantes del hogar deben instalarse en una habitación distinta; si ello no es posible, deben mantener una distancia mínima de un metro con el enfermo (por ejemplo, durmiendo en camas separadas).c
- Limitar el número de cuidadores. De ser posible, de la atención del paciente se debe ocupar una persona que goce de buena salud y que no presente enfermedades crónicas o que afecten a su respuesta inmunitaria3 . No se debe permitir la entrada de visitantes hasta que el paciente no se haya recuperado por completo y no presente signos o síntomas de COVID-19.
- Aplicar las medidas de higiene de manos después de cualquier tipo de contacto con los enfermos o con su entorno inmediato4, al igual que antes y después de preparar alimentos, antes de comer, después de usar el baño y siempre que se advierta suciedad en las manos. Si no hay suciedad visible en las manos, también puede usarse un gel hidroalcohólico. Cuando haya suciedad visible, habrá que lavárselas con agua y jabón.
- Para secarse las manos después de lavárselas con agua y jabón, es preferible usar toallitas de papel desechables. De no haberlas, se utilizarán toallas de tela limpias, que se deberán cambiar a menudo.
- A fin de contener las secreciones respiratorias del paciente se le debe proporcionar una mascarilla clínicad para que la lleve puesta todo el tiempo que sea posible. Esta mascarilla se debe reemplazar a diario. Los pacientes que no soporten llevar mascarilla deben cumplir rigurosamente las precauciones de higiene respiratoria, es decir, cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo de papel desechable. Cualquier material utilizado para cubrirse la nariz o la boca se debe desechar o limpiar correctamente tras su uso (por ejemplo, los pañuelos se deben lavar con agua y jabón o detergente convencionales).
- Cuando se encuentren en la misma estancia que el paciente, los cuidadores deberán utilizar una mascarilla médica que cubra la boca y la nariz. La mascarilla no debe tocarse ni manipularse durante su uso. Si se moja o se mancha con secreciones, deberá sustituirse inmediatamente por una mascarilla seca nueva. Para quitarse la mascarilla se utilizará una técnica adecuada que evite tocar su parte frontal. Inmediatamente después de ello se debe desechar la mascarilla y aplicar medidas de higiene de manos.
- Ha de evitarse el contacto directo con los fluidos corporales —sobre todo las secreciones orales y respiratorias— y con las heces. Para efectuar cualquier maniobra en la boca o las vías respiratorias del paciente y para manipular las heces, la orina y otros desechos se deben utilizar guantes desechables y mascarilla. Antes y después de quitarse los guantes y la mascarilla se aplicarán medidas de higiene de manos.
- No se deben reutilizar las mascarillas ni los guantes.
- Las sábanas, toallas, platos y cubiertos utilizados por el paciente no deben compartirse con otras personas. No es necesario desechar estos artículos, pero sí lavarlos con agua y jabón después de su uso.
- En la estancia del enfermo es necesario limpiar y desinfectar diariamente las superficies de uso cotidiano con las que exista contacto frecuente (como la mesilla de noche, la estructura de la cama y otros muebles). Tras una limpieza inicial con jabón o detergente doméstico ordinarios, y una vez aclarado el producto, se aplicará un desinfectante doméstico de tipo habitual que contenga un 0,1% de hipoclorito sódico (equivalente a 1000 ppm).
- Las superficies del cuarto de baño y el retrete deben limpiarse y desinfectarse al menos una vez al día. Tras una limpieza inicial con jabón o detergente doméstico ordinarios, y una vez aclarado el producto, se aplicará un desinfectante doméstico de tipo habitual que contenga un 0,1% de hipoclorito sódico.
- La ropa, las sábanas y las toallas sucias del paciente deben colocarse en una bolsa para colada y lavarse a mano con agua y jabón de colada ordinario, o a máquina a 60–90 °C (140–194 °F) con detergente ordinario, y dejarse secar por completo. No debe sacudirse la ropa sucia, y hay que evitar que la piel y la ropa entren en contacto con los artículos contaminados.
- Para la limpieza de superficies y la manipulación de ropa, sábanas o toallas manchadas con fluidos corporales se deben utilizar guantes y ropa de protección (por ejemplo, delantales de plástico). Según el contexto pueden emplearse guantes de limpieza domésticos o guantes desechables. En el primer caso, después de su uso los guantes deben lavarse con agua y jabón y descontaminarse con una solución de hipoclorito sódico al 0,1%. Los guantes desechables (por ejemplo, de nitrilo o látex) deben desecharse después de su uso. Antes y después de quitarse los guantes se deben aplicar medidas de higiene de manos.
- Los guantes, las mascarillas y otros desechos generados durante la atención domiciliaria deben colocarse en un recipiente con tapa situado en la habitación del paciente antes de desecharse como residuos infecciosos.e Las autoridades sanitarias locales deben encargarse de eliminarlos
- Se deben evitar otros tipos de exposición a objetos contaminados del entorno inmediato del paciente (por ejemplo, no se deben compartir cepillos de dientes, cigarrillos, platos y cubiertos, bebidas, toallas, esponjas ni ropa de cama).
- Cuando los profesionales sanitarios presten cuidados domiciliarios, deberán evaluar el riesgo para seleccionar el equipo de protección individual idóneo y mantener las precauciones recomendadas en relación con la transmisión por gotas y por contacto.
- El aislamiento para ser atendidos en su domicilio de los casos leves confirmados en el laboratorio se debe mantener hasta que se hayan obtenido dos resultados negativos en pruebas de PCR con muestras recogidas con una diferencia de, al menos 24 horas. La OMS recomienda que, si no se pueden realizar estas pruebas, los pacientes con COVID-19 confirmada permanezcan aislados durante las dos semanas posteriores a la fecha en que dejen de presentar síntomas.
Gestión de los contactos
Las personas (incluidos los cuidadores y los profesionales sanitarios) expuestas a presuntos afectados por la COVID-19 se consideran contactos, y se les deberá indicar que vigilen de cerca su estado de salud en los 14 días siguientes a la última fecha de contacto posible.
Se consideran contactos aquellas personas en las que, entre los dos días anteriores y los 14 días posteriores al inicio de los síntomas del paciente, se dé o se haya dado alguna de las situaciones siguientes:5
- mantener contacto cara a cara durante más de 15 minutos con una persona con COVID-19, a una distancia inferior a un metro;
- prestar atención directa a los pacientes con COVID-19 sin usar el equipo de protección personal adecuado;
- permanecer en el mismo lugar que un paciente con COVID-19, en un punto cercano a él; por ejemplo, por compartir el lugar de trabajo, un aula, el hogar o la misma reunión, con independencia de la duración del contacto;
- viajar en estrecha proximidad con un paciente con COVID-19 (es decir, a menos de un metro de distancia de él) en cualquier tipo de transporte;
- otras situaciones que se puedan detectar en las evaluaciones de riesgos realizadas a nivel local.
Se deberá establecer un canal de comunicación entre los cuidadores y los profesionales sanitarios durante todo el periodo de observación. Además, el personal sanitario deberá controlar periódicamente el estado de salud de los contactos —bien por teléfono o, idealmente y si resulta factible, mediante visitas diarias— para que puedan realizarse pruebas diagnósticas específicas en caso necesario.
El profesional sanitario deberá explicar de antemano a los contactos cuándo y dónde solicitar atención sanitaria si enferman, qué medio de transporte es el más adecuado, cuándo y por dónde deben entrar al centro médico señalado y qué precauciones de prevención y control de la infección deben seguir.
Cuando un contacto presente síntomas deberán tomarse las siguientes medidas:
- Avisar al centro sanitario en cuestión de la próxima llegada de un contacto sintomático.
- Durante el desplazamiento hasta el centro sanitario, el contacto deberá llevar una mascarilla médica.
- Si es posible, el contacto deberá evitar el uso del transporte público; se puede llamar a una ambulancia o transportar al contacto en un vehículo privado, con todas las ventanillas abiertas si fuera posible.
- Se deberá indicar al contacto sintomático que aplique medidas de higiene respiratoria y de manos y que permanezca lo más alejado posible de otras personas (al menos un metro) durante el transporte y en el interior del centro sanitario.
- Cualquier superficie que se manche con secreciones o fluidos corporales durante el transporte deberá limpiarse con jabón o detergente y a continuación desinfectarse utilizando lejía doméstica ordinaria diluida hasta una concentración del 0,5%.
Notas
a Los síntomas leves pueden ser los característicos de las infecciones víricas de las vías respiratorias altas no complicadas, como fiebre, cansancio, tos (seca o productiva), anorexia, malestar general, dolor muscular, disnea, congestión nasal o dolor de cabeza. En casos raros, los pacientes pueden presentar diarrea, náuseas y vómitos.
b Para evaluar las condiciones del entorno en el domicilio, se puede utilizar la lista ilustrativa que figuran en el anexo C de la referencia2
c Puede hacerse una excepción en el caso de las madres lactantes. Teniendo en cuenta los beneficios de la lactancia y la escasa probabilidad de contagio de otros virus respiratorios a través de la
leche materna, se puede seguir dando el pecho, si bien se aconseja ponerse una mascarilla cuando esté cerca del lactante y que lavarse muy bien las manos antes de tocarlo; también deberá observar las demás medidas de higiene que se describen en el presente documento.
d Las mascarillas clínicas son mascarillas quirúrgicas, o mascarillas para procedimientos, planas o plisadas (algunas tienen forma de taza); se atan a la cabeza con cintas.
e Las autoridades sanitarias locales deben adoptar medidas destinadas a garantizar que estos residuos se depositen en un vertedero sanitario y no en vertederos incontrolados a cielo abierto.
Agradicimientos
La versión original de las orientaciones para la prevención y el control de las infecciones relacionadas con el MERS-CoV (1) se elaboró en colaboración con la Red Mundial de Prevención y Control de Infecciones de la OMS y con otros expertos internacionales. La OMS expresa su agradecimiento a las personas que han intervenido en la elaboración de los documentos de prevención y control del MERS-CoV.
La OMS agradece la revisión realizada por las siguientes personas: Abdullah M. Assiri, Director General de Control de Infecciones del Ministerio de Salud de Arabia Saudita; Michael Bell, Director Adjunto de la División de Promoción de la Calidad de la Atención Médica, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Atlanta (Estados Unidos de América); Gail Carson, Centro de Apoyo Mundial del ISARIC, Directora de Desarrollo de Redes, Consultora en Enfermedades Infecciosas y Consultora Honoraria del Organismo de Salud Pública de Inglaterra (Reino Unido); John M. Conly, Departamento de Medicina, Microbiología, Inmunología y Enfermedades Infecciosas, Instituto Calvin, Phoebe y Joan Snyder de Enfermedades Crónicas, Facultad de Medicina, Universidad de Calgary, Calgary (Canadá); Barry Cookson, División de Infecciones e Inmunidad, University College London (Reino Unido); Babacar NDoye, Miembro de la Junta de la Red de Lucha contra las Infecciones, Dakar (Senegal); Kathleen Dunn, Directora de la Sección de Infecciones Asociadas a la Atención Médica y de Prevención y Control de Infecciones, Centro de Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles, Organismo de Salud Pública del Canadá; Dale Fisher, Comité Directivo de la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos; Fernanda Lessa, epidemióloga, División de Promoción de la Calidad de la Atención de Salud, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Atlanta (Estados Unidos de América); Moi Lin Ling, Director del Departamento de Lucha contra las Infecciones del Hospital General de Singapur (Singapur) y Presidente de la Sociedad de Lucha contra las Infecciones de Asia y el Pacífico; Didier Pittet, Director del Programa de Lucha contra las Infecciones y del Centro Colaborador de la OMS para la Seguridad del Paciente, Hospitales de la Universidad de Ginebra y Facultad de Medicina, Ginebra (Suiza); Fernando Otaiza O'Ryan, Jefe del Programa nacional de control de infecciones asociadas a la atención en salud, Ministerio de Salud, Santiago (Chile); Diamantis Plachouras, Unidad de Apoyo a la Vigilancia y la Respuesta, Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, Solna (Suecia); Wing Hong Seto, Departamento de Medicina Comunitaria, Escuela de Salud Pública, Universidad de Hong Kong (China), Región Administrativa Especial de Hong Kong; Nandini Shetty, microbióloga consultora, Servicios de Microbiología de Referencia, Organismo de Protección de la Salud, Colindale (Reino Unido); Rachel M. Smith, División de Promoción de la Calidad de la Atención de la Salud, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Atlanta (Estados Unidos de América).
También damos las gracias a las siguientes personas que trabajan en la OMS: Benedetta Allegranzi, Gertrude Avortri, April Baller, Ana Paula Coutinho, Nino Dal Dayanghirang, Christine Francis, Pierre Clave Kariyo, Maria Clara Padoveze, Joao Paulo Toledo, Nahoko Shindo, Valeska Stempliuk y Maria Van Kerkhove.
Bibliografía:
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Otras referencias
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