Ya al comienzo de la pandemia, se observó en China que algunos enfermos de COVID-19 presentaban coagulación intravascular diseminada. Estas observaciones se presentaron en marzo en el webinario (seminario online) patrocinado por la Sociedad China de Cardiología y por el Colegio Estadounidense de Cardiología.
Las observaciones iniciales señalan que el aumento en la concentración del dímero D estuvo ligado a un mayor riesgo de mortalidad en los enfermos con COVID-19 en Wuhan, China. Por lo tanto, cabe preguntarse lo siguiente: ¿todos los pacientes hospitalizados con COVID-19 deben recibir una prevención anticoagulante? En caso afirmativo, ¿en qué dosis? La experiencia adquirida p. ej. en Italia sugiere que en efecto, se deben tomar esas medidas, y que probablemente las dosis han de ser mayores a las estándar.
A estas alturas, es complicado elaborar recomendaciones sólidas sobre la prevención y el tratamiento de la ETV. Sin embargo, hay dos documentos destacados que exponen una evaluación inicial y recomendaciones en cuanto a la prevención y el tratamiento de la ETV en los pacientes con COVID-19.
La Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia ha publicado sus recomendaciones. De acuerdo con el documento, en todos los pacientes hospitalizados por COVID-19, incluso en aquellos que no llegan a ingresar en la UCI, se debe administrar heparina de bajo peso molecular (HBPM) a modo de profilaxis. La excepción son los pacientes con contraindicaciones (hemorragia activa y recuento plaquetario <25 × 109/l).
Las recomendaciones británicas "Consejos prácticos sobre la prevención de la trombosis y protocolo en los casos de coagulopatía y coagulación intravascular diseminada en los pacientes infectados por el virus SARS-CoV-2" también presentan observaciones sobre la prevención de la ETV.
En ellas, se afirma p. ej. que:
1. Los pacientes infectados por el virus SARS-CoV-2 pueden estar expuestos a un mayor riesgo de desarrollar una ETV asociada a la hospitalización, en especial los pacientes inmovilizados de la UCI.
2. En la actualidad no está claro si los enfermos hospitalizados por COVID-19 presentan un mayor riesgo de desarrollar ETV que otros pacientes con una infección en la región del tórax y valores elevados del dímero D.
3. El aumento de la concentración del dímero D se incluye en el sistema de puntuación como un elemento de identificación de las personas con riesgo elevado de ETV y muerte.
4. No se sabe cuál es la profilaxis anticoagulante óptima en los pacientes con COVID-19.
5. Debido a las posibles interacciones entre los antivirales administrados y los anticoagulantes orales directos, y teniendo en cuenta lo difícil que es mantener el INR en valores estables en los pacientes que reciben antagonistas de la vitamina K, en su caso se debe considerar sustituir estos fármacos por HBPM o heparina no fraccionada. Adicionalmente, se puede considerar la aplicación de métodos de profilaxis mecánica.
El número de casos confirmados de infecciones por coronavirus, junto con la localización, así como el número de casos mortales puede consultarse en el mapa del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins