Cómo citar: Wroczyńska A., Kuna A., Rymer W., Viajes al extranjero durante la pandemia de COVID-19, Med. Prakt., 2020, 7‑8: 147‑156, 164
Siglas y abreviaturas: CDC — Centers for Disease Prevention and Control, COVID-19 (coronavirus disease) — enfermedad por coronavirus 2019, EASA — European Union Aviation Safety Agency, ECDC — European Centre for Disease Prevention and Control, ETG — encefalitis transmitida por garrapatas, IATA (International Air Transport Association) — Asociación Internacional de Transporte Aéreo, MERS-CoV (Middle East respiratory syndrome coronavirus) — coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio, NaTHNaC — National Travel Health Network and Centre, OMS — Organización Mundial de la Salud, SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2): coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave, UE — Unión Europea
¿Cómo valorar el riesgo sanitario individual en los viajes internacionales durante la pandemia?
Los viajes internacionales, sobre todo a los trópicos y los países en vías de desarrollo, están ligados a un riesgo sanitario elevado independientemente de la pandemia de COVID-19. La presencia de patógenos endémicos, la expansión de infecciones ligadas a las condiciones sanitarias y los factores ambientales del destino (p. ej. clima, altitud) influyen significativamente sobre la salud del viajero. Dada la pandemia actual, los viajeros se exponen de forma adicional a la infección por SARS-CoV-2 durante el transporte y la estancia en el país de destino. Hay numerosos factores que influyen en el riesgo de enfermar de COVID-19 durante el viaje, como la intensidad de la transmisión del SARS-CoV-2 en las regiones visitadas, la eficacia a la hora de combatir la epidemia o el uso de medidas de prevención en la población del país de destino. Dicho riesgo también depende de la protección implementada por el transportista, las actividades y las medidas de prevención individuales del viajero.
Evaluar de forma precisa el riesgo de infección por SARS-CoV-2 es complicado y requiere rigurosidad, ya que depende de la intensidad de la transmisión en la región de destino. La OMS y los ECDC publican datos de prevalencia de la COVID-19 actualizados para cada país. No obstante, deben interpretarse con cautela y teniendo en cuenta la información relativa a la estrategia nacional y regional de diagnóstico de infecciones por SARS-CoV-2. Es posible que el número de casos reportados sea conservador y no refleje la cantidad real de habitantes infectados en cada región. Sin embargo, a veces ocurre lo contrario: un foco de COVID-19 grande pero limitado aumenta el número de infecciones publicadas por un país, lo cual puede ser irrelevante a la hora de evaluar el riesgo individual de exposición durante el viaje. Como no existen normas universales para realizar test de COVID-19, las pruebas no son de libre acceso, en algunos países no se pueden realizar y no hay estudios de población a nivel europeo y global, es difícil valorar con precisión el riesgo en viaje durante la etapa actual de la epidemia.
Desde hace poco, las instituciones de salud pública de algunos países se encargan de analizar el riesgo de infección por SARS-CoV-2 y publican información para viajeros. En la Gran Bretaña, la Public Health England (agencia gubernamental de salud pública) y el National Travel Health Network and Centre (NaTHNaC) han elaborado conjuntamente una escala de riesgo de exposición al SARS-CoV-2 durante el viaje (diferenciando riesgo bajo, moderado y alto) y recomendaciones para las personas que planeen viajar a ciertos países. El NaTHNaC desaconseja a todo el mundo viajar a los países en los que dicho riesgo se haya definido como alto. Los viajeros que presenten factores que incrementen el riesgo de contraer COVID‑19 de curso grave deben considerar aplazar su viaje a regiones con riesgo de exposición moderado. Por otro lado, no hay restricciones para viajar a regiones de riesgo bajo. Los CDC (Centers for Disease Control and Prevention) estadounidenses también llevan varias semanas publicando información detallada para viajeros. Cabe esperar que, a largo plazo, la evaluación integral del riesgo de COVID-19 en la región de destino se convierta en un elemento básico del asesoramiento médico antes de un viaje internacional, y que el uso de portales actualizados que ofrezcan datos fiables se utilice de forma cotidiana en la práctica clínica de la medicina del viajero (recuadro 1).
Recuadro 1
Páginas web que publican información sobre restricciones en cuanto al cruce de fronteras nacionales durante la pandemia de COVID-19, normas de transporte aéreo y recomendaciones de viaje
- OMS: recomendaciones de viaje www.who.int/travel-advice
- CDC: recomendaciones de viaje www.cdc.gov/travel
- IATA : www.iatatravelcentre.com
- NaTHNaC: www.travelhealthpro.org.uk
Además de los riesgos ligados al itinerario y el carácter del viaje, en la evaluación individual del riesgo sanitario en viaje se debe considerar la información sobre el estado de salud del viajero, la cual es relevante a la hora de elegir vacunas y otras medidas de prevención, y en algunas situaciones puede suponer una contraindicación al viaje. Actualmente, de acuerdo con la posición de los ECDC, por lo general se desaconseja viajar a las personas con factores de riesgo de COVID-19 de curso grave (p. ej. edad avanzada, enfermedades crónicas cardiovasculares y respiratorias, diabetes mellitus, inmunodeficiencia) si las condiciones de viaje no permiten cumplir las normas de distanciamiento físico ni implementar medidas de protección personal contra la infección por SARS-CoV-2 durante el transporte y la estancia completa en la región de destino.
Además de las consecuencias sanitarias directas de la infección por SARS-CoV-2 durante el viaje, debido a la pandemia puede haber dificultades en el transporte y el acceso a los servicios médicos, lo cual puede afectar negativamente a la salud del viajero (recuadro 2).
Recuadro 2
Aspectos del riesgo a considerar al planificar un viaje durante la pandemia de COVID-19
1) la situación epidemiológica variable y la posibilidad de que aparezca de repente un nuevo foco de infecciones de SARS-CoV-2 a lo largo del viaje
2) la posibilidad de que, estando de viaje, de repente se implementen restricciones, sea obligatorio guardar cuarentena (incluida aquella ligada al contacto con una persona infectada durante el viaje) o las fronteras de un país se cierren y por lo tanto sea complicado volver al país de origen
3) la posibilidad de que se cancelen vuelos —sobre todo internacionales— de forma repentina
4) los posibles impedimentos a la hora de acceder a servicios médicos y fármacos en la región de destino en caso de que el sistema de atención sanitaria se haya sobrecargado a causa de la epidemia
5) la posibilidad de que aumente el riesgo de contraer enfermedades tropicales, en caso de que el país de destino sufra dificultades para implementar sus programas locales contra dichas infecciones debido a la pandemia de COVID-19
6) la oferta limitada de seguros médicos (costes de tratamiento, repatriación) que contemplen los gastos efectuados por el viajero en caso de COVID-19.