Viajes al extranjero durante la pandemia de COVID-19: enfermedades tropicales

25.08.2020
Podróze zagraniczne podczas pandemii COVID-19
Agnieszka Wroczyńska (MD, PhD), Anna Kuna (MD, PhD), Weronika Rymer (MD, PhD)

Cómo citar: Wroczyńska A., Kuna A., Rymer W., Viajes al extranjero durante la pandemia de COVID-19, Med. Prakt., 2020, 7‑8: 147‑156, 164

Siglas y abreviaturas: CDC — Centers for Disease Prevention and Control, COVID-19 (coronavirus disease) — enfermedad por coronavirus 2019, EASA — European Union Aviation Safety Agency, ECDC — European Centre for Disease Prevention and Control, ETG — encefalitis transmitida por garrapatas, IATA (International Air Transport Association) — Asociación Internacional de Transporte Aéreo, MERS-CoV (Middle East respiratory syndrome coronavirus) — coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio, NaTHNaC — National Travel Health Network and Centre, OMS — Organización Mundial de la Salud, SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2): coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave, UE — Unión Europea

¿De qué manera influye la pandemia de COVID-19 en el riesgo de contraer otras enfermedades infecciosas en el trópico?

Antes de la pandemia de COVID-19, la situación sanitaria en muchos países tropicales ya era insatisfactoria. Una gran parte de las enfermedades tropicales se conocen como desatendidas debido al bajo interés de los países desarrollados por las enfermedades que se propagan en las zonas de clima cálido. En los últimos años, ha sido posible elaborar un esquema de ayuda para mejorar la situación epidemiológica ligada a algunas enfermedades tropicales (p. ej. malaria, SIDA y tuberculosis) gracias a una gran movilización de recursos financieros obtenidos por organizaciones estatales e instituciones no gubernamentales. La pandemia actual de COVID-19 ha amenazado en gran medida la sostenibilidad de estos logros.

Debido al impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la lucha contra las enfermedades tropicales, pueden producirse o ya se han producido numerosas consecuencias negativas: interrupción de los programas humanitarios, suspensión del apoyo material y humano, sobrecarga de los servicios sanitarios por la afluencia de pacientes contagiados con SARS-CoV-2, reducción de recursos materiales y camas disponibles, ocupación de plazas de cuidados intensivos (si las hubiera) e interrupción de los tratamientos de pacientes individuales. En muchos países, la asistencia sanitaria es posible gracias al personal, los equipos médicos y los fármacos obtenidos del exterior gracias a proyectos humanitarios. Por consiguiente, su interrupción limita en gran medida que los servicios sanitarios sigan funcionando adecuadamente.

En los últimos meses, ya se ha registrado un aumento en el número de muertes por malaria en Zimbabue y Camerún, ya que el aislamiento y el cierre de fronteras a causa de la pandemia de COVID-19 han provocado un desabastecimiento de fármacos antimaláricos y una falta de acceso a la atención médica. Actualmente, la OMS advierte de la posibilidad de que se produzcan situaciones similares en países donde la transmisión de malaria es alta, sobre todo en África subsahariana, donde el número de muertes provocadas por esta enfermedad podría duplicarse. Por otro lado, en América del Sur (p. ej. en Perú y Bolivia), la aparición y el rápido aumento del número de infecciones por SARS-CoV-2 han coincidido con la epidemia de dengue en curso desde octubre de 2019, lo cual ha sobrecargado considerablemente los sistemas sanitarios en esta parte del mundo.

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