Actuación en la EPOC estable
Según el Informe GOLD 2021, durante la pandemia de COVID-19 se recomienda que los pacientes con EPOC estable:
1) continúen recibiendo los fármacos de acuerdo con las recomendaciones habituales, glucocorticoides inhalados incluidos
2) se vacunen contra la gripe
3) mantengan su actividad física.
Los datos sobre la influencia de los glucocorticoides inhalados en la COVID-19 son divergentes. Estos fármacos previenen las exacerbaciones de la EPOC en los pacientes con antecedentes, pero al mismo tiempo aumentan el riesgo de neumonía. Por lo tanto, no se puede descartar que en algunos pacientes también incrementen la susceptibilidad a la infección por SARS-CoV-2. En los análisis in vitro se ha demostrado que los glucocorticoides inhalados aumentan la producción de interferones de actividad antiviral y la replicación de los rinovirus y el virus de la gripe, pero pueden inhibir la replicación de los coronavirus, SARS-CoV-2 incluido. Sin embargo, no hay datos clínicos que permitan evaluar la influencia de estos fármacos en el riesgo y el curso de la infección por SARS-CoV-2. Tampoco hay datos convincentes sobre la influencia de otros fármacos inhalados, el roflumilast y los macrólidos, por eso se recomienda que los pacientes con EPOC sigan recibiendo el tratamiento farmacológico habitual. Asimismo, se recomienda continuar el mismo manejo no farmacológico, incluido el tratamiento paliativo. A causa de la pandemia de COVID-19, se han suspendido numerosos programas de rehabilitación, ya que el riesgo de infección en los centros de rehabilitación es alto. Por lo tanto, es necesario animar a los pacientes a que entrenen en casa. Los programas de rehabilitación doméstica y los apoyos en forma de vídeos y aplicaciones móviles pueden resultar útiles.
Los convalecientes de COVID-19 suelen quejarse de un empeoramiento de la tolerancia al esfuerzo, la disnea y la tos. Esta situación puede mantenerse durante semanas e incluso meses después de la infección. En un ensayo, solo un 65 % de los pacientes recuperaron el estado de salud previo a la infección en 2-3 semanas después del resultado positivo de la prueba de detección del SARS-CoV-2. Las alteraciones en las pruebas de imagen y el empeoramiento de la función pulmonar pueden mantenerse durante bastante tiempo. La recuperación tras la infección es más lenta en los pacientes con enfermedades concomitantes, lo cual también se aplica a la EPOC, pero probablemente no exista una relación específica con esta enfermedad. Se recomienda que los pacientes con EPOC que hayan contraído COVID-19 realicen una rehabilitación respiratoria y ejercicios en casa.