En su último informe epidemiológico sobre las infecciones por SARS-CoV-2, la OMS advierte del gran aumento de la incidencia y las muertes por COVID-19 en el Sudeste Asiático. Principalmente, este aumento se debe a la nueva ola de infecciones en India, que no ha dejado de crecer desde marzo. En estos momentos, el país asiático registra el mayor número de casos diarios de COVID-19 a escala global, que es aproximadamente 10 veces superior al número de infecciones reportadas por Turquía, EE.UU. y Brasil, es decir, los siguientes países que más infecciones han reportado en abril. Desde hace unas semanas se están diagnosticando más de 300 000 nuevas infecciones por SARS-CoV-2 por día, lo que ha saturado el sistema de atención sanitaria en muchas regiones del país. La Comisión Europea ha puesto en marcha un programa humanitario para ayudar a la India a luchar contra la COVID-19. Durante la rueda de prensa de la OMS del abril de 2021, se abordó la importancia de la variante B.1.617 del SARS-CoV-2, que es la que afecta a la India, en el marco de la preocupante situación epidemiológica actual.
¿Qué sabemos de la variante B.1.617?
La variante B.1.617 se identificó por primera vez en India en el tercer trimestre de 2020. Actualmente se detecta en un 70 % de las muestras que India ha analizado y enviado a la base de GISAID. La mayoría de muestras de esta variante proceden de los estados de Maharashtra (el segundo más poblado de India) y Bengala Occidental. No obstante, la variante B.1.617 también se ha detectado en muchas otras regiones del país. Los epidemiólogos de Public Health England subrayan que es complicado estimar la importancia de estas observaciones, ya que se están secuenciando muy pocas muestras de SARS-CoV-2 en comparación con el número total de infecciones en India.
Los análisis de esta variante realizados hasta la fecha han indicado la presencia de más de diez mutaciones. Las dos que se consideran las más importantes afectan a la proteína S (E484Q y L452R). Sin embargo, no tiene sentido llamar a esta variante una "mutación doble", como han hecho algunos medios de comunicación últimamente. Las mutaciones en el genoma de la variante B.1.617 pueden causar preocupación, ya que es posible que eluda la respuesta inmunitaria y presente una mayor capacidad de transmisión. Se ha visto en estudios experimentales que algunas muestras de plasma convaleciente presentaban una menor capacidad de neutralización en caso de presentarse la mutación E484Q. La mutación L452R está presente p. ej. en la variante B.1.429, que los CDC han clasificado como variante preocupante (variant of concern, VOC). La variante B.1.429 identificada en EE.UU. se caracteriza por una mayor capacidad de transmisión (aprox. un 20 %). Además, está asociada a una menor eficacia de los anticuerpos monoclonales que se administran en EE.UU. para tratar la COVID-19, así como a una actividad más débil de los anticuerpos neutralizantes que se producen como resultado de la infección natural o la vacunación. Se sospecha que la mutación P681R presente en el genoma de la variante B.1.617 también aumenta su transmisibilidad.
Hasta ahora no se ha determinado si el aumento de casos de COVID-19 que se ha registrado en India en las últimas semanas se debe al aumento de prevalencia de la variante B.1.617. Se han mencionado otros factores que podrían estar detrás de la situación actual en India, como las grandes aglomeraciones de gente y el hecho de que no se hayan respetado las normas de protección contra la infección por SARS-CoV-2, p. ej. durante los peregrinajes de millones de personas, que se han ido sucediendo desde enero de 2021, con motivo de una festividad religiosa que se celebra cada 12 años.