Siglas y abreviaturas: COVID-19 (coronavirus disease 2019) — enfermedad por coronavirus de 2019, SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2) — coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave
Introducción
La mayoría de los pacientes con COVID-19 sufren una enfermedad leve o moderada, mientras que un 10-15 % desarrollan una infección por SARS-CoV-2 grave, y un 5 % crítica. El tiempo medio de recuperación después de la COVID-19 es de 2-3 semanas, en función de la gravedad de los síntomas de la infección. Sin embargo, en 1 de cada 5 pacientes, los síntomas pueden durar ≥5 semanas independientemente de la gravedad de la infección, mientras que en 1 de cada 10 pacientes los síntomas pueden persistir ≥12 semanas. Los síntomas que refieren los enfermos después de una infección por SARS-CoV-2 se conocen como COVID persistente (long COVID).
Objetivo del trabajo
El objetivo del estudio ha sido resumir los datos actuales sobre la prevalencia de los síntomas, las secuelas y el tratamiento de la COVID persistente, así como señalar las áreas de investigación prioritarias.
Métodos
Tipo de estudio: revisión llevada a cabo en febrero de 2021Parámetros analizados: los investigadores utilizaron la base de datos de la Living Systematic Review para encontrar artículos sobre los síntomas persistentes de la COVID-19. La investigación abarcó 27 artículos científicos en total.
Resultados
Según el análisis de datos sobre la prevalencia de los síntomas de la COVID persistente, los 10 síntomas reportados con más frecuencia fueron fatiga, disnea, mialgia, artralgia, cefalea, tos, dolor torácico, trastornos olfativos, trastornos gustativos y diarrea. Otros síntomas comunes fueron trastornos cognitivos, pérdida de memoria, ansiedad y trastornos del sueño. Además, los pacientes con COVID persistente adolecieron con frecuencia de un empeoramiento de la calidad de vida, problemas de salud psicológica y dificultades para encontrar trabajo. La presencia de más de cinco síntomas en la primera semana de la infección por SARS-CoV-2 estuvo relacionada con el desarrollo del síndrome de COVID persistente, independientemente de la edad y el sexo. Asimismo, el análisis ha demostrado que la edad avanzada, el sexo femenino, el ingreso hospitalario en el momento de aparición de los síntomas, la disnea de inicio, el dolor torácico, las anomalías en la auscultación del tórax y las enfermedades concomitantes (sobre todo el asma) son factores que se asocian a un riesgo elevado de desarrollar síntomas persistentes de COVID-19.
Resumen
La diversidad de las manifestaciones clínicas y las secuelas que pueden desarrollar los pacientes con COVID persistente ponen de manifiesto la necesidad de entender mejor el curso de la enfermedad. El estudio realizado destaca que los pacientes con COVID persistente pueden precisar de una atención interdisciplinaria que incluya, entre otras cosas, un seguimiento a largo plazo de los síntomas para identificar las posibles secuelas, rehabilitación y apoyo psicológico/psiquiátrico.