En estudios observacionales, la apnea obstructiva del sueño (AOS) se asocia a un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, y su tratamiento puede mejorar el pronóstico.
El estudio actual, realizado en personas con AOS moderada o severa, proporciona una mayor evidencia experimental que confirma los efectos beneficiosos del uso de la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) en cuanto a la disminución de la somnolencia, mejoría del bienestar físico y emocional, y una mejoría general de la calidad de vida. Al mismo tiempo, no existía una prueba de que tal tratamiento previniera la muerte general, la muerte cardiovascular, el infarto de miocardio o la enfermedad cardiovascular.
Estos hallazgos tienen repercusiones en el manejo de pacientes asintomáticos sin otros factores más graves, como la somnolencia grave durante el día (somnolencia en la escala de Epworth >15, con resultados comprendidos entre 0 y 24), hipoxemia severa (saturación de oxígeno <80 % durante >10 % del tiempo de registro), riesgo elevado de accidentes por quedarse dormido, o respiración de Cheyne-Stokes.