Entre casi 4000 fumadores con antecedentes de trastornos psiquiátricos (~70 % con trastorno afectivo bipolar, un 20 % con ansiedad, un 10 % con psicosis, 1 % con trastornos de personalidad), la probabilidad de no fumar entre las semanas 9 y 12 del estudio fue del 29 % en pacientes que recibían vareniclina, ~20 % en pacientes sometidos a terapia de reemplazo de nicotina o en los que recibían bupropión, y del 11 % de los pacientes que recibían placebo. La probabilidad de no fumar hasta la semana 24 fue, respectivamente, del 18 %, ~13,5 % y 8 %. La frecuencia de síntomas neuropsiquiátricos fue del 6,4 % en el grupo de vareniclina, del 6,6 % en caso de bupropión, del 5,2 % en la terapia de reemplazo de nicotina y del 4,8 % en caso de placebo (todas las comparaciones sin significación estadística). El número de pacientes con eventos específicos (cada uno ligeramente por encima de 1000 fumadores), fue respectivamente: para depresión, 6, 4, 7, 6; para agitación, 25, 29, 21, 22; para psicosis, 4, 2 ,3, 1; para ideación suicida, 5, 2, 3, 2.
Los autores concluyeron que la vareniclina y el bupropión pueden usarse en fumadores que se han encontrado psiquiátricamente estables en los últimos 6 meses, y sin cambios en su tratamiento en los 3 meses previos.