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Los test utilizados normalmente en el diagnóstico de la pancreatitis aguda disponen de características útiles aunque no del todo perfectas.
El metaanálisis de Cochrane se basó en 10 estudios que incluyeron a más de 5000 pacientes con sospecha de pancreatitis. Casi un cuarto de estos pacientes se diagnosticaron finalmente de pancreatitis aguda. El diagnóstico se basó en uno de los estándares de referencia utilizados en estudios individuales. Las investigaciones que fueron objeto de análisis incluían test frecuentemente utilizados: para la lipasa y amilasa séricas; y otros utilizados con menos frecuencia: para tripsinógeno-2 y amilasa urinarios.
La elevación de 3 veces los niveles de lipasa sérica y amilasa sérica y la elevación >50 ng/ml del nivel de tripsinógeno-2 urinario tenían una sensibilidad de un 72 %, 79 % y 72 %, respectivamente. Eso significa que un cuarto de los pacientes que finalmente fueron diagnosticados de pancreatitis no lo hicieron con estos test debido a los umbrales proporcionados. Las especificidades eran similares para todas las pruebas: un 93 %, 89 % y 90 %, respectivamente. Entre los pacientes examinados se anotó una prevalencia de un 23 % de pancreatitis aguda, estas características significarían que aprox. 70 de cada 100 personas con un resultado positivo del test sufren pancreatitis y aprox. 8 de cada 100 personas con un resultado negativo del test también tienen esta enfermedad. Además, aprox. 1 de cada 10 pacientes examinados sin pancreatitis puede ser erróneamente diagnosticado de esta enfermedad.
Los autores subrayan la necesidad de tener cuidado a la hora de interpretar los resultados de estos test.
