El grado de elevación de la cabeza en las primeras horas tras el ictus no tiene influencia en el futuro estado de los pacientes.
La posición de los pacientes con ictus —en decúbito supino o semisentado con la cabeza elevada a 30 grados— despierta controversias. En este estudio se incluyeron más de 11 000 pacientes con ictus (isquémico o hemorrágico, pero no subaracnoideo) y los hospitales de forma individual fueron asignados para mantener en dichos pacientes una de las dos posiciones mencionadas. Había que mantener la posición indicada durante el mayor tiempo posible en el período de las primeras 24 horas tras la inscripción en el estudio (en promedio, aprox. a las 14 horas tras la aparición de los primeros síntomas), también mientras los pacientes comían, bebían y hacían sus necesidades. En la evaluación del estado final de los pacientes se tomaron en cuenta la mortalidad y la Rankin score modificada, esto es la escala de 6 puntos: 0 (sin síntomas), 2 (discapacidad leve), 4 (discapacidad moderada, se requiere asistencia en la vida cotidiana), 5 (discapacidad severa, paciente encamado e incontinente), 6 (muerte).
En el estudio se observaron una tasa de mortalidad muy similar (un 7,3 % entre los pacientes en decúbito supino y un 7,4 % entre los semisentados) no hubo diferencias significativas entre los grupos examinados en los resultados de la Rankin score.