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El uso de probióticos en los pacientes tratados con antibióticos reduce el riesgo de infección por Clostridium difficile (ICD) aproximadamente a la mitad. Los efectos pueden variar según el momento de su administración (se recomienda administrarlos lo antes posible).
En este metaanálisis los autores recogieron 19 estudios que incluían a más de 6200 pacientes. El riesgo de una ICD en el grupo control oscilaba entre 0 % y 40 % con una mediana de aprox. 4 %, mientras que en el grupo con probióticos era de 0-11 %. El uso de probióticos resultó disminuir el riesgo de la ICD aproximadamente a más de la mitad, en concreto del 3,9 % al 1,6 % (riesgo relativo [RR], 0,42; 95 % intervalo de confianza [IC], 0,30-0,57). En los estudios en los que los probióticos se administraron a los 2 días posteriores a empezar con la antibioticoterapia la reducción del riesgo parecía mayor (RR, 0,32; 95 % IC, 0,22-0,48). La demora en la administración de probióticos parecía disminuir su eficacia (RR, 0,70; 95 % IC, 0,40-1,23).
Los autores no consiguieron evaluar los efectos de la intervención dependientes de formulaciones de probióticos únicas, de la forma farmacéutica de administración (líquido, cápsulas) ni según la dosis. Sin embargo, apuntan una tendencia positiva de baja confianza asociada con el uso de Lactobacillus solo, en combinación con Streptococcus o en combinación con Streptococcus y Bifidobacterium.
