Antes de determinar la excreción urinaria de albúmina hay que realizar un examen general de orina con el fin de excluir la proteinuria (en caso de su detección la determinación de albuminuria ya no es necesaria) y de infecciones del tracto urinario, que suelen ser frecuentes en este grupo de enfermos.
Conforme a las recomendaciones de la Sociedad Polaca de Diabetes de 2017 para evaluar la albuminuria hay que determinar el cociente albúmina/creatinina (albumin/creatinine ratio, ACR) sobre la base de la realización de determinaciones cuantitativas en la muestra de orina, preferiblemente de la mañana. Los valores entre 30 y 300 mg/d (o mg/g de creatinina, lo cual equivale aproximadamente a la albuminuria diaria, sin errores relacionados con la recolección de orina de 24 horas) corresponden a la categoría A2, es decir, un nivel de albúmina en orina moderadamente aumentado (antes microalbuminuria). La categoría A3, es decir, un valor de ACR >300 mg/d, indica una proteinuria manifiesta (antes macroalbuminuria), mientras que un valor <30 mg/d indica un nivel de albúmina en la norma o ligeramente aumentado (categoría A1). La valoración de la albuminuria es un parámetro importante porque junto con el eGFR constituye un predictor independiente de riesgo cardiovascular y renal en diabéticos.
El otro método de valoración de la albuminuria es la determinación de la tasa de excreción de albúmina (albimin excretion rate, AER) sobre la base de las determinaciones cuantitativas de la concentración de albúmina en una muestra de orina de 24 horas o de una muestra tomada por la mañana. El resultado de la valoración de la albuminuria de una muestra de orina de 24 horas se debe tratar como un equivalente a la albuminuria determinada en mg por 1 g de creatinina.
Dos resultados positivos de tres obtenidos durante los últimos tres meses se consideran una base para el diagnóstico de albuminuria.
Entre los factores que aumentan la excreción de albúmina en orina hay que enumerar: ejercicio físico durante las últimas 24 horas antes del examen, infecciones, valores altos de glucemia y de presión arterial, así como insuficiencia cardíaca.
Se recomienda un control de la albuminuria anual en enfermos en los que se ha diagnosticado un aumento en la excreción de albúmina en orina y que no están recibiendo un tratamiento óptimo. Sin embargo, despierta dudas una valoración anual de la albuminuria en pacientes sometidos a un tratamiento óptimo.
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