NAFLD en la diabetes mellitus tipo 2 y en la enfermedad cardiovascular

07.01.2019
thelancet.com

La prevalencia de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD) está aumentando en todo el mundo. En algunos pacientes con NAFLD la esteatosis pura puede transformarse en una esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y evolucionar a fibrosis, aumentando el riesgo de cirrosis y de carcinoma hepatocelular (CHC). Además, se considera que la NAFLD forma parte de la patogenia de trastornos comunes, como la diabetes mellitus tipo 2 y la enfermedad cardiovascular.

Un estudio publicado en la versión electrónica de la revista The Lancet analiza nuevos conceptos relativos al diagnóstico, el pronóstico del riesgo y el tratamiento de la NAFLD. Debido al carácter heterogéneo de la NAFLD y a que sus estadios avanzados parecen influir considerablemente en las enfermedades coexistentes, como es el caso de resistencia a la insulina en la diabetes mellitus tipo 2, es necesario utilizar con anterioridad métodos de diagnóstico fiables y no invasivos, especialmente en pacientes con resistencia a la insulina y con diabetes, a fin de identificar los diversos estadios de dichas enfermedades.

Aunque los alelos de riesgo genético más fuertes para la NAFLD (es decir, el alelo 148Met en PNPLA3 y el alelo 167Lys en TM6SF2) se asocian a un incremento de grasa en el hígado, y una progresión hacia la NASH y la cirrosis hepática, sin embargo estos sorprendentemente se han relacionado con un papel protector contra la enfermedad cardiovascular. Si esta vinculación es invariable en varias poblaciones, la no conformidad de la prevención del riesgo de la NAFLD dentro de la enfermedad hepática y fuera de ella exigiría ser considerada en el tratamiento de la NAFLD.

Además, los fármacos utilizados en la terapia de la NAFLD parecen variar en cuanto a la eficacia cardiometabólica y antifibrótica, lo que sugiere la necesidad de un reconocimiento más preciso y de ir adaptando el tratamiento o la combinación de sus métodos. El nuevo concepto puede ser útil para los endocrinólogos y los hepatólogos, encargados de establecer una estrategia multidisciplinaria para el tratamiento de la NAFLD.