Siglas y abreviaturas: ERC – enfermedad renal crónica
Pregunta 1. ¿Qué es la “acidificación del organismo”? ¿Se trata de un concepto fisiológico o de una invención de la pseudociencia?
La acidificación del organismo en el contexto de una dieta, en términos pseudocientíficos, se relaciona con un concepto erróneo de que las propiedades acidificantes o alcalinizantes de los productos alimentarios serían capaces de influir de forma clínicamente significativa en el pH de los fluidos corporales en personas sanas. Los partidarios de esta teoría afirman que la “acidificación del organismo” da origen a varias enfermedades crónicas no infecciosas y entonces recomiendan la dieta alcalina para prevenirlas. La presencia de propiedades acidificantes y alcalinizantes en los alimentos es un hecho científico basado en que los productos alimentarios contienen minerales alcalinos (sodio, potasio, calcio, magnesio) y elementos químicos acidificantes (fósforo, cloro, azufre). La predominancia de minerales alcalinos es característica sobre todo en las frutas y verduras, mientras que la carne, los quesos, los cereales y los huevos aportan proporcionalmente más elementos acidificantes.1
En las pruebas experimentales dedicadas a influir en el equilibrio ácido-base a través de la manipulación dietética el pH sanguíneo variaba en 0,01-0,02 (también en el caso de la dieta cetógena)2 y el pH de orina en 0,2-1,23. Entonces teóricamente hay indicios para sospechar que la “acidogenicidad” de la dieta puede influir sobre todo en el riesgo de las enfermedades de las vías urinarias y en la densidad mineral ósea (a través de una resorción ósea intensa, gracias a la cual se obtiene calcio a fin de neutralizar los productos resultantes del metabolismo de alimentos ácidos).
Se han realizado pocos estudios acerca de este tema, que son sobre todo estudios observacionales, y por esta razón disponemos de escasas evidencias en el contexto de la posibilidad de evaluar su impacto en los puntos finales clínicamente relevantes. No se demostró conexión entre dicha dieta y el riesgo de osteoporosis4, ni del desarrollo de tumores de vejiga.3,5 Se llevaron a cabo estudios de cohortes aislados sobre la conexión entre las dietas “acidificantes” y el riesgo de diabetes mellitus tipo 26, de aparición de enfermedad renal crónica (ERC) en la población general,7 y sobre la progresión a insuficiencia renal terminal en la población con ERC.8 Hasta que no se realice un número considerable de este tipo de estudios y posteriormente no se obtengan pruebas convincentes de los metaanálisis y datos óptimamente coherentes de los estudios de intervención (los cuales no siempre se pueden llevar a cabo en el ámbito de las ciencias de la alimentación), no será posible sacar conclusiones sobre la relación causal. Hasta el momento no se ha demostrado una importancia clínica de la teoría sobre los efectos en el organismo de los productos alimentarios acidificantes.
A modo de conclusión, teóricamente, la conexión entre la “acidogenicidad” de la dieta y sus diversos efectos sobre la salud es posible. Los datos científicos disponibles, incluidos los criterios objetivos de valoración, son limitados, y, lo que es más, no es posible separar los efectos del potencial acidificante de la dieta de los efectos que producen determinados productos alimentarios. Si asumimos que la dieta "alcalinizante" se caracteriza por un alto consumo de frutas y verduras y una ingesta limitada de productos animales, de acuerdo con las recomendaciones actuales para dietas para la prevención de enfermedades no infecciosas, si sus efectos beneficiosos para la salud incluirán mecanismos independientes o dependientes del pH continuará siendo en gran medida un mero debate académico. Los datos científicos con toda certeza no justifican pruebas diagnósticas ni complementos alimenticios encaminados a la “acidificación del organismo”.
Bibliografía:
1. Schwalfenberg G.K., The alkaline diet: is there evidence that an alkaline pH diet benefits health?, J. Environ. Public Health, 2012, 727 630.2. Yancy W.S. Jr, Olsen M.K., Dudley T., Westman E.C., Acid-base analysis of individuals following two weight loss diets, Eur. J. Clin. Nutr., 2007, 61 (12): 1416-1422.
3. Fenton T.R., Huang T., Systematic review of the association between dietary acid load, alkaline water and cancer, BMJ Open, 2016, 6: e010 438.
4. Fenton T.R., Tough S.C., Lyon A.W. y cols., Causal assessment of dietary acid load and bone disease: a systematic review & meta-analysis applying Hill’s epidemiologic criteria for causality, Nutr. J., 2011, 10: 41.
5. Wright M.E., Michaud D.S., Pietinen P. y cols., Estimated urine pH and bladder cancer risk in a cohort of male smokers (Finland), Cancer Causes & Control, 2005, 16 (9): 1117-1123.
6. Kiefte-de Jong J.C., Li Y., Chen M. y cols., Diet-dependent acid load and type 2 diabetes: pooled results from three prospective cohort studies, Diabetologia, 2017, 60 (2): 270-279.
7. Rebholz C.M., Coresh J., Grams M.E. y cols., Dietary acid load and incident chronic kidney disease: results from the ARIC study, Am. J. Nephrol., 2015, 42 (6): 427-435.
8. Banerjee T., Crews D.C., Wesson D.E., Centers for Disease Control and Prevention Chronic Kidney Disease Surveillance Team. High dietary acid load predicts ESRD among adults with CKD, J. Am. Soc. Nephrol., 2015, 26 (7): 1693-1700.