Este estudio examinó la influencia de los farmacéuticos de Quebec, Canadá, para reevaluar el uso y la posible suspensión de medicamentos pertenecientes a una de las 4 clases de fármacos que potencialmente más afectan de forma negativa a los ancianos y para los que posiblemente existen alternativas más seguras: fármacos hipnóticos-sedantes, antihistamínicos-sedantes, glibenclamida y fármacos antinflamatorios no esteroideos (AINE).
En el grupo de intervención los farmacéuticos mandaron folletos educativos a >200 pacientes (≥65 años de edad, que tomaban ≥1 de los fármacos mencionados más arriba) y al mismo tiempo cada participante tenía a su disposición a un médico que le proporcionó opiniones farmacéuticas basadas en pruebas sobre las posibilidades de prescripción.
Una vez trascurridos 6 meses, la interrupción de fármacos del grupo de los hipnóticos-sedantes ocurrió en el 43 % de los pacientes en el grupo de intervención frente al 9 % en el grupo control; en el 31 % vs. 14 % ocurrió con la glibenclamida y, en el 58 % vs. 22 %, con la suspensión de los AINE. En el 38 % de los pacientes que redujeron las dosis de fármacos hipnóticos-sedantes aparecieron síntomas de abstinencia. Todas las diferencias entre los grupos fueron estadísticamente significativas.