Siglas y abreviaturas: EPOC — enfermedad pulmonar obstructiva crónica, OPEP — presión espiratoria positiva oscilante (dispositivos que facilitan la tos mediante los cambios de presión en las vías respiratorias durante la espiración)
Metodología: estudio de observación (de registro y encuestas)
Población y resumen del estudio: se obtuvo la información sobre el número de recetas prescritas de acetilcisteína y los equipos OPEP para los enfermos de EPOC que figuraban en la base de datos de pacientes de los médicos de familia y especialistas en medicina interna entre 2013 y 2015. Además, se envió por vía electrónica a los miembros de la ACPRC (Association of Chartered Physiotherapist in Respiratory Care – asociación de fisioterapeutas respiratorios colegiados) un cuestionario digital relativo al conocimiento de los fisioterapeutas sobre OPEP y a su enfoque de uso.
Resultados: en los años 2013-2015, entre 1,07 millones de enfermos de EPOC (un total de 3,21 millones de pacientes-año) se prescribieron en total 422 744 pacientes-año de tratamiento con acetilcisteína (13,2 %). Simultáneamente, en este período se prescribieron 4989 dispositivos que facilitan la tos (0,16 %). Los costes de estas intervenciones fueron de 73 millones de libras esterlinas y 187 000 libras esterlinas, respectivamente. Los resultados obtenidos de 116 encuestados demuestran, entre otras cosas, que:
- aproximadamente el 95 % de fisioterapeutas conocía la existencia de los dispositivos OPEP
- el 72,9 % de fisioterapeutas recomienda de forma habitual o continuada el uso de OPEP en los enfermos de EPOC en los que se observa a diario un esputo viscoso difícil de expulsar
- el 83,8 % de fisioterapeutas no recomienda nunca o casi nunca el uso de OPEP en los enfermos que expulsan el esputo durante las agudizaciones de EPOC que se presentan una vez al año o nunca.
Conclusiones: los datos científicos disponibles examinan solo los beneficios a corto plazo del uso de OPEP, por lo que las guías actuales relativas al tratamiento de EPOC no incluyen el uso de estos dispositivos. Los resultados del estudio en cuestión demuestran, sin embargo, una evidente desproporción entre el número de los dispositivos prescritos y de los enfermos que —en opinión de los clínicos— podrían disfrutar de su uso.