Nota del editor: El artículo recopila las respuestas a las preguntas presentadas por los participantes de la XVII Conferencia de Formación de la Sociedad de Médicos Internistas Polacos “Avances en las enfermedades internas: INTERNA 2018”, realizada el 6-7 de abril en Varsovia y el 18-19 de mayo en Cracovia.
¿Se puede explicar la mayor incidencia de enfermedades autoinmunes, como la enfermedad de Hashimoto, por el uso masivo de herbicidas en el cultivo de plantas? ¿Se está buscando el impacto de algún factor ambiental?
Los factores ambientales pueden desempeñar un papel importante en la creciente incidencia del hipotiroidismo, incluyendo también la enfermedad de Hashimoto. Se indica (informes individuales), entre otros, la relación entre la exposición a disruptores endocrinos (PCB, DDT, DDE) y los niveles séricos de hormona tiroidea. Sin embargo, se desconoce si esta exposición puede inducir un proceso autoinmune y producir anticuerpos antitiroideos. Es importante tener en cuenta que la obtención de estos datos es extremadamente difícil, no solo por la multitud de factores ambientales potencialmente dañinos, sino también por el largo tiempo que transcurre entre la exposición a los mismos (que además puede ser de diferente intensidad) y la aparición y el diagnóstico de la tiroiditis autoinmune. Una dificultad adicional puede ser la diferente sensibilidad a estos factores en cada individuo, dependiendo de la predisposición genética. Esto significa que algunos factores ambientales pueden ser indiferentes para algunas personas y, en otras genéticamente predispuestas a la enfermedad, pueden contribuir a su desarrollo. Por lo tanto, es imposible responder a la pregunta sobre los herbicidas, pero la contaminación química de los alimentos, el agua y el aire puede plantear numerosos riesgos para la salud de los seres humanos, que no son inmediatamente visibles.
Entre otros factores potencialmente significativos considerados en la patogenia de la enfermedad de Hashimoto, la deficiencia de selenio y vitamina D también se menciona cada vez más. También se observa que la genisteína, un componente de la leche de soja modificada, bloquea la tiroperoxidasa, lo que puede estar asociado con una mayor incidencia de la enfermedad de Hashimoto en los niños que la tomaban.