La colchicina antinflamatoria a dosis bajas, administrada después de un infarto de miocardio agudo, redujo la frecuencia de eventos cardiovasculares isquémicos.
La inflamación se considera un factor importante en la patogenia de la ateroesclerosis y de la isquemia miocárdica. Los ensayos anteriores que evaluaron la eficacia de dos antinflamatorios, el metotrexato y el canakinumab (anticuerpo monoclonal que inhibe la interleucina 1β), aportaron resultados no concluyentes en la prevención de eventos cardiovasculares. El ensayo COLCOT (Colchicine Cardiovascular Outcomes Trial) evaluó si la colchicina, la cual ejerce efectos antinflamatorios mediante la inhibición de la polimerización de la tubulina y la generación de microtúbulos, reduce el riesgo de eventos cardiovasculares adversos en pacientes con un síndrome coronario agudo reciente. La colchicina se administra a los pacientes con artritis gotosa aguda o pericarditis aguda, normalmente a dosis de 1,2‑2,4 mg al día.
En el ensayo COLCOT, 4745 personas, en su mayor parte hombres, fueron aleatorizadas para administrarles 0,5 mg de colchicina o placebo en los 30 días posteriores a un infarto de miocardio (mediana de 13,5 días). Los criterios de exclusión clave incluyeron insuficiencia cardíaca grave (fracción de eyección de ventrículo izquierdo <35 %), infarto de miocardio tipo 2 (relacionado con la demanda de oxígeno), ACV previo (en el plazo de los últimos 3 meses) y cirugía de derivación coronaria planeada o previa (en el plazo de los últimos 3 años). Casi todos los pacientes recibieron tratamiento médico óptimo: el 98 % recibió terapia antiagregante doble (con ácido acetilsalicílico [AAS] e inhibidor del receptor P2Y12), el 99 % recibió una estatina, y el 89 % recibió un β-bloqueante. Además, el 93 % de los pacientes fueron sometidos a intervención coronaria percutánea relacionada con su primer infarto de miocardio. El resultado clínico primario fue la combinación de muerte cardiovascular, paro cardíaco recuperado, infarto de miocardio agudo, ACV y hospitalización urgente por angina con necesidad de revascularización.
Transcurrido el seguimiento de duración media de 22,6 meses, se observó una reducción en el resultado primario en pacientes asignados a recibir colchicina, frente a los que recibieron placebo: 5,5 % vs. 7,1 % (cociente de riesgos [CR], 0,7; IC 95 %: 0,61-0,96). Este beneficio se debió a una reducción en la hospitalización por angina con necesidad de revascularización (25 vs. 50 eventos, 1,1 % vs. 2,1 %; CR, 0,50; IC 95 %, 0,31-0,81) y en los ACV (5 vs. 19 eventos, 0,2 % vs. 0,8 %; CR, 0,26; IC 95 %, 0,10-0,70). No se produjo ningún efecto sobre la mortalidad general ni en la mortalidad por causas cardiovasculares (43 vs. 44 y 20 vs. 24 muertes, respectivamente). Tampoco hubo un incremento significativo en cuanto a la tasa global de eventos adversos serios o eventos gastrointestinales. En comparación con los pacientes que recibieron placebo, aquellos que tomaban colchicina registraron una frecuencia significativamente más alta de náuseas (1,8 % vs. 1,0 %), meteorismo (0,6 % vs. 0,2 %) y neumonía (0,9 % vs. 0,4 %), aunque la frecuencia de diarrea fue similar (9,7 % vs. 8,9 %). Aproximadamente, un 18 % de los pacientes en ambos grupos de tratamiento interrumpieron el tratamiento del ensayo.
Los autores llegaron a la conclusión de que el ensayo COLCOT aporta pruebas con respecto a la eficacia, seguridad y tolerancia de la colchicina a dosis bajas, administrada a la dosis diaria de 0,5 mg, siempre y cuando la misma se añada a una terapia médica óptima en pacientes con un infarto de miocardio reciente. Los resultados del uso de este fármaco de bajo coste apoyan la hipótesis en la que se identifica la inflamación como contribuyente a la patogenia de los síndromes coronarios agudos.