La aspirina es ampliamente utilizada como prevención secundaria en pacientes que han padecido un síndrome coronario agudo o un ACV isquémico, puesto que la reducción del riesgo de eventos cardiovasculares recurrentes que confiere su uso es mayor que el aumento del riesgo de hemorragia de importancia clínica (grave).
El beneficio clínico neto de la aspirina para la prevención primaria en pacientes sin antecedentes de eventos cardiovasculares previos es menos claro, sobre todo en ancianos. Con el fin de abordar esta incierta cuestión, el ensayo ASPREE (ASPirin in Reducing Events in the Elderly) incluyó a 19 114 ancianos ambulatorios sanos (de ≥70 años) sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, demencia u otras enfermedades crónicas que puedan limitar la supervivencia a <5 años. Los pacientes fueron asignados de manera aleatoria a recibir aspirina a dosis de 100 mg diarios o al placebo, y a continuación se realizó su seguimiento prospectivo, con una mediana de seguimiento de 4,7 años. En el ensayo ASPREE la aspirina no confirió ningún beneficio terapéutico estadísticamente significativo, pero se asoció con un riesgo significativamente mayor de padecer hemorragia importante (hazard ratio [HR] 1,38; IC 95 % 1,18-1,62).
El presente ensayo se centraba en la evaluación del riesgo de hemorragia gastrointestinal (GI) abundante asociada al uso de la aspirina, definida como hemorragia resultante en una transfusión, hospitalización, operación quirúrgica o muerte, y en los factores de riesgo asociados a tal hemorragia. Este conocimiento es clínicamente relevante, puesto que el tracto GI es el sitio más frecuente donde ocurre la hemorragia asociada al uso de la aspirina y los pacientes de edad avanzada pueden no manifestar los síntomas típicos de erosión de la mucosa GI (p. ej., dolor abdominal posprandial), mientras que en su caso la presentación inicial puede ser una hemorragia potencialmente mortal o síntomas relacionados con la anemia grave.
En toda la población estudiada, hubo 137 casos de hemorragia GI superior (89 en el brazo de aspirina y 48 en el brazo de placebo; HR 1,87; IC 95 % 1,32-2,66) y 127 casos de hemorragia GI inferior (73 en el brazo de aspirina y 54 en el brazo de placebo; HR 1,36; IC 95 % 0,96-1,94). El análisis de regresión multivariable identificó como factores de riesgo el envejecimiento, el hábito tabáquico, la hipertensión, la enfermedad renal crónica y la obesidad. El riesgo absoluto a 5 años de hemorragia GI fue del 0,25 % (IC 95 % 0,16-0,37) en una persona de 70 años sin ninguno de los factores de riesgo mencionados que no recibía aspirina, y de hasta un 5,03 % (IC 95 % 2,56-8,73) en una persona de 80 años con ≥1 factor de riesgo que estaba tomando aspirina.
Estos datos cuantifican y resaltan los riesgos asociados al uso de aspirina en los ancianos y pueden ayudar a los médicos y pacientes en la toma de decisiones fundadas en cuanto a la aspirina, cuando se emplea como prevención primaria de la enfermedad cardiovascular.