Diagnóstico
El protocolo de diagnóstico del asma expuesto en las guías de la GINA no ha sufrido cambios. Para diagnosticar la enfermedad es necesario observar sus manifestaciones, detectar obstrucción bronquial en la espirometría (≥1 durante el proceso de diagnóstico) y confirmar su variabilidad. La excepción son aquellas situaciones en las que está indicado el tratamiento urgente y es muy improbable otro diagnóstico. Entonces, las pruebas de diagnóstico se deben realizar después de 1-3 meses de tratamiento.Las guías del NAEPP incluyen una recomendación sobre el uso de las determinaciones de la fracción exhalada de óxido nítrico (FENO). Cuando los datos de la exploración física, la anamnesis y la espirometría no permitan diagnosticar asma de forma concluyente (así como en los casos en los que no se pueda realizar la espirometría), se sugiere considerar la determinación de FENO en el proceso de diagnóstico [D/M]. Una concentración de FENO elevada aumenta la probabilidad de asma, y una concentración baja la reduce. Sin embargo, esta prueba es inespecífica: no permite ni confirmar ni descartar esta enfermedad. Según las guías del NAEPP, los enfermos que no están recibiendo glucocorticoides y tienen una FENO >50 ppm probablemente presenten una inflamación eosinofílica de las vías respiratorias. En estos casos, la probabilidad de diagnóstico de asma y de respuesta al tratamiento con glucocorticoides inhalados es mayor. En los pacientes con FENO <25 ppm, la probabilidad de asma es menor (puede ser asma sin inflamación eosinofílica o asma tratada con glucocorticoides). La especificidad de la prueba para los valores <20 ppm se ha valorado en el 77 %. Por lo general, un resultado que se enmarque en el intervalo de 25-50 ppm es poco útil para el diagnóstico. La prueba siempre se debe interpretar junto con la valoración clínica y los resultados de otras pruebas auxiliares. En algunas situaciones clínicas, las determinaciones de la FENO también se pueden utilizar para medir el cumplimiento del enfermo (es decir, para comprobar que esté tomando el glucocorticoide inhalado prescrito).
En los enfermos con asma alérgica en los que haya dudas con respecto a la elección del tratamiento, el seguimiento o la adaptación del tratamiento antinflamatorio sobre la base de los datos de la exploración física, la anamnesis y la espirometría, se sugiere añadir la determinación de la FENO como un componente de seguimiento y una estrategia de adaptación del tratamiento en la que se les valore con frecuencia [D/B]. No se recomienda usar la FENO como única herramienta para evaluar el control de la enfermedad, prever el riesgo de exacerbaciones o valorar su gravedad [F/B]. La determinación de la FENO puede utilizarse como un complemento al resto de métodos de seguimiento del asma (valoración de síntomas, pruebas funcionales y valoración del cumplimiento); en algunos pacientes, puede reducir el riesgo de exacerbaciones, pero no influye significativamente en otros marcadores del control de la enfermedad. Sin embargo, es necesario realizar controles clínicos frecuentes con valoración de la FENO (cada 2-3 meses). Las guías del NAEPP mencionan varias situaciones clínicas en las que este protocolo puede ser útil, como en los pacientes con asma mal controlada que estén recibiendo un glucocorticoide inhalado (solo o con un agonista β2 de acción prolongada [LABA], montelukast u omalizumab) o en los pacientes con asma alérgica.
Cabe recordar que la medición de la FENO no es clínicamente útil en los pacientes con asma sin inflamación mediada por linfocitos Th2.