¿Cuáles son las exploraciones complementarias mínimas requeridas en el diagnóstico de las causas de la diarrea crónica en una persona joven sin síntomas de alarma, en caso de sospechar diarrea funcional con base en el historial y la exploración? En la práctica, se suelen encargar tanto gastroscopias como colonoscopias. ¿Está justificado este diagnóstico en todos los casos?
En la situación descrita en la pregunta, las guías de la British Society of Gastroenterology de 2018 recomiendan realizar un hemograma de sangre periférica (de haber anemia, también una determinación de la concentración de ferritina), una prueba de proteína C-reactiva, una prueba de tirotropina, estudios serológicos de enfermedad celíaca (autoanticuerpos antitransglutaminasa tisular tipo 2 en la clase IgA, junto con una valoración de la concentración total de IgA), un estudio parasitológico de heces (en las últimas guías de la American Gastroenterological Association de 2020, en caso de sospechar síndrome de intestino irritable con diarrea, no se recomienda realizar de forma rutinaria un estudio parasitológico de heces; solo se considera justificable analizar las heces en busca de G. duodenalis si se presentan factores de riesgo de infección), un análisis de heces en busca de Clostridioides difficile (anteriormente Clostridium difficile), una determinación de calprotectina en heces y una prueba inmunoquímica para detectar sangre oculta en heces (FIT). En función de la situación clínica, se pueden realizar las siguientes determinaciones de forma opcional: vitamina B12, ácido fólico, calcio, albúmina, anticuerpos anti-VIH e inmunoglobulinas. En una persona joven sin síntomas de alarma, con resultados normales en las pruebas mencionadas y que cumpla los criterios de diagnóstico de la diarrea funcional o del síndrome de intestino irritable con diarrea, no hay indicaciones para realizar pruebas endoscópicas, a no ser que se presenten otras indicaciones distintas a la diarrea crónica.