Suplementación de vitamina D y fracturas en adultos de mediana edad y adultos mayores
Contexto: la suplementación de vitamina D es común en personas de mediana edad y adultos mayores con el fin de mantener la salud general de los huesos, y debido a las supuestas propiedades anticancerígenas y potenciadoras de la inmunidad, pero no está claro si los suplementos de vitamina D previenen fracturas.
Métodos: este estudio, que fue el componente auxiliar del ensayo VITAL (Vitamin D and Omega‑3 Trial), examinó si la suplementación de vitamina D puede reducir el riesgo de fracturas. VITAL es un ensayo factorial de 2 × 2, con aleatorización y control con placebo que investigó si la suplementación de vitamina D3 (2000 UI/d), de ácidos grasos n-3 (1 g/d), o de ambos previene cáncer y enfermedades cardiovasculares en hombres de ≥50 años y mujeres de ≥55 años. Los participantes no fueron identificados según la presencia de déficit de vitamina D, masa ósea baja u osteoporosis. Las fracturas accidentales fueron documentadas mediante cuestionarios anuales que se repartían entre los participantes y sometidas a una revisión de historia clínica independiente y centralizada. Los principales criterios de valoración fueron: número total de fracturas, número de fracturas no vertebrales y número de fracturas de cadera. Se aplicaron modelos de riesgo proporcionales para estimar el efecto terapéutico al utilizar el análisis por intención de tratar.
Resultados: en el estudio participaron 25 871 personas (el 50,6 % fueron mujeres), y la mediana de seguimiento fue de 5,3 años. El número total de 769 fracturas se produjo en 12 927 participantes del grupo de vitamina D, mientras que en el grupo de placebo de 12 944 participantes se produjeron 782 fracturas. La diferencia no fue estadísticamente significativa (hazard ratio [HR] 0,98; IC 95 % 0,89‑1,08). Tampoco hubo diferencia significativa en cuanto a fracturas no vertebrales (HR 0,97; IC 95 % 0,87‑1,07) y fracturas de cadera (HR 1,01; IC 95 % 0,70-1,47). No se observó ninguna modificación del resultado de tratamiento según las características basales, como edad, sexo, raza o grupo étnico, índice de masa corporal (IMC) o niveles de 25‑hidroxivitamina D. No hubo diferencias sustanciales entre los grupos en cuanto a efectos adversos, lo que se evaluó en el ensayo primario. Los análisis de subgrupos demostraron una falta de efecto similar sobre el riesgo de fracturas según el sexo, edad, raza o grupo étnico, e IMC.
Conclusiones: los autores concluyeron que la suplementación de vitamina D3 no disminuyó significativamente el riesgo de fracturas en comparación con placebo en adultos de mediana edad y adultos mayores generalmente sanos, cuya participación en el estudio no se debió al déficit de vitamina D, masa ósea baja u osteoporosis.
Comentario de los editores de McMaster: tanto en este estudio, como en los estudios afines (doi: 10.1210/clinem/dgaa311; doi: 10.1016/J.cct.2011.09.009) no hubo subgrupos de pacientes que se beneficiaran de la suplementación de vitamina D, incluso entre aquellos con insuficiencia (niveles de 25‑hidroxivitamina D <30 ng/ml) o déficit (<20 ng/ml) de vitamina D. Asimismo, esto cuestiona el enfoque actual de tamizaje generalizado y suplementación de vitamina D. Puede que la vitamina D ayude a reducir el riesgo de fracturas en pacientes seleccionados, como aquellos con exposición limitada a la luz solar o con variaciones genéticas en la absorción, metabolismo o función de los receptores de vitamina D. No obstante, es un estudio que supone un cambio de paradigma, especialmente en cuanto al valor limitado de tamizaje generalizado del déficit de vitamina D.