Respuesta a la pregunta de la página 1
Respuesta correcta: B
Comentario
La documentación ecográfica de la lesión quística es incompleta, puesto que falta una evaluación detallada de la pared. En cada lesión anecoica se debe evaluar detalladamente la estructura de su pared, lo que permite determinar si se trata de quiste o pseudoquiste. Si las condiciones anatómicas están favorables, primero se debe intentar realizar un examen con sonda lineal de alta frecuencia. Si la lesión está fuera de su alcance, queda el uso de la opción zoom en el aparato ecográfico.1
En el caso presentado, el uso de sonda lineal permitió obtener una imagen satisfactoria (fig. 2), correspondiente con el signo de Leo Rigler, también denominado signo de la doble pared.1-4 Este signo no tiene que presentarse en todo el perímetro del quiste de duplicación intestinal; se observa en >50 % de las lesiones.3 Aunque es característico de esta patología, no es patognomónico. Este signo fue observado en la torsión de un quiste ovárico, quiste mesentérico, teratoma quístico, divertículo de Meckel, o como artefacto.1-3 El signo de la doble pared se compone de la capa interna hiperecogénica del quiste, conformada por la membrana mucosa y submucosa, y de la capa externa hipoecogénica que se corresponde con la membrana muscular.4 En raras ocasiones, en la anomalía del desarrollo de este tipo se puede observar una estructura de la pared de 5 capas. A veces, en quistes complicados de este tipo, especialmente si se acompañan de una infección o cuando están aislados del tracto digestivo, la pared se compone de una capa hiperecogénica.1
Otro signo importante de quiste de duplicación intestinal es el signo de disección de la pared o disposición en "Y" que —aunque sea más específico de aquel descrito más arriba— es difícil de observar. Se trata del lugar de unión del quiste con la pared del tracto digestivo, donde la lámina muscular se dispone en esta configuración.1,5 En la paciente descrita no se pudo visualizar este signo.
La movilidad poco pronunciada del quiste de duplicación en una observación más larga se considera altamente específica para esta patología. Este signo también fue observado en el divertículo de Meckel.5,6 Según Kitami, en este caso resulta más útil aplicar presión con la sonda.5 Ante esto, a diferencia de otras lesiones quísticas, no es posible separar el quiste de duplicación del intestino. En el caso descrito realicé esta maniobra, pero no pude separar el quiste del colon.
También vale la pena saber que los quistes de duplicación normalmente son esféricos (80 %), más raramente tubulares (20 %), y por lo general se encuentran en la inserción del mesenterio. En la primera configuración, estos quistes no tienen unión con el tracto digestivo, mientras que dicha unión es más frecuente en los quistes de forma alargada y, en casos excepcionales, cuando las lesiones son intraparietales y pueden abultarse hacia la luz intestinal.7 En un 1‑7 % de los casos este tipo de quiste se presenta en forma múltiple. En la mayoría de los casos la luz de esta lesión es anecoica o hipoecogénica. Sin embargo, a veces pueden observarse ecos internos debidos a la presencia de sangre, infección, proteína precipitada y/o moco. En estas lesiones raramente se observan tabiques o pseudonódulos.
En casos de duplicación intestinal la transformación neoplásica es muy rara.1 Una de las complicaciones más frecuentes de la duplicación es el sangrado al quiste, la formación de la ulceración e incluso perforación. Esto se debe a la presencia de la mucosa gástrica que se observa en un 20‑30 % de las lesiones. Más raramente se encuentra el tejido pancreático. A veces, la lesión descrita puede manifestarse como obstrucción intestinal, más a menudo a consecuencia de la herniación. En el diagnóstico diferencial de esta zona se debe tomar en cuenta sobre todo el cistoadenoma mucinoso apendicular (fig. 3). En ambas patologías es importante saber identificar el colon, el apéndice y el ciego. Los lectores pueden encontrar más información sobre esta anomalía del desarrollo, que se diagnostica principalmente en niños pequeños (<3 años), en la bibliografía abajo citada.1-8
Fig. 2. Fig. 3.
Bibliografía:
1. Nebot C.S., Salvador R.L., Palacios E.C. y cols., Enteric duplication cysts in children: varied presentation, varied imaging findings, Insight Imaging, 2018; 9: 1097‑11062. Van Zitteren L.M., Ruppert M, de Beeck B.O., Wojciechowski M.: Infected enteric duplication cyst, BMJ Case Rep., 2017, doi: 10.1136/bcr‑2017‑222 391
3. Arraiza M., Metser U., Vajpeyi R. y cols.,Primary cystic peritoneal masses and mimickers: spectrum of diseases with pathologic correlation, Abdom. Imaging, 2015; 40: 875‑906
4. Cheng G., Soboleski D., Daneman A. y cols., Sonographic pitfalls in the diagnosis of enteric duplication cysts, Am. J. Roentgenol., 2005; 184: 521‑525
5. Kitami M.: Dynamic compression – a new and practical technique for the sonographic diagnosis of enteric duplication, Ultrasound Q, 2019; 35: 385‑391
6. Gerscovich E.O., Sekhon S., Loehfelm T.W. y cols., A reminder of peristalsis as a useful tool in the prenatal differential diagnosis of abdominal cystic masses, J. Ultrason., 2017; 17: 129‑132
7. Paradiso F.V., Merli L., Silvaroli S. y cols., Intraluminal duplication of the terminal ileum with ectopic gastric mucosa in an infant: a rare of intussusceptions, Case Rep. Pediatr., 2020; doi: 10.1155/2020/6 898 795
8. Ozel A., Uysal E., Tufaner O. y cols., Dudenal duplication cyst: a rare cause of acute pancreatitis in children, J. Clin. Ultrasound, 2008; 36: 584‑586