Siglas y abreviaturas: TC — tomografía computarizada
La hernia abdominal interna es definida como una protrusión del intestino u otro órgano a través de orificios naturales o adquiridos en la cavidad peritoneal. Los defectos del peritoneo adquiridos son principalmente la consecuencia de cirugías abdominales, p. ej. gastrectomía o bypass en Y de Roux. La hernia abdominal interna puede conducir a la estrangulación, encarcelamiento o necrosis. Los síntomas clínicos pueden ser poco característicos, por lo que el diagnóstico de esta hernia puede ser difícil. También las lesiones en las pruebas de imagen asociadas a la hernia abdominal interna pueden resultar difíciles de interpretar. Las dificultades mencionadas conducen a la demora en el diagnóstico y, en consecuencia, a la isquemia, gangrena, perforación e infección del peritoneo. El encarcelamiento de la hernia interna se asocia a un riesgo de muerte de >50 %.
Los autores del presente trabajo presentan un caso de paciente con hernia abdominal interna, cuyos síntomas agudos se presentaron a consecuencia de equitación.
Un hombre de 34 años, previamente sano, fue admitido al servicio de cirugía por dolor abdominal agudo, con sospecha de obstrucción intestinal. Durante la admisión se confirmó la presencia desde hacía varias horas de náuseas, vómitos, dolor abdominal agudo, retención de gases y retención fecal. Dos días atrás, después de una sesión intensiva de equitación, se presentó dolor abdominal agudo y recurrente. Al día siguiente, el hombre acudió al servicio hospitalario de urgencias más cercano. El paramédico le asignó el segundo nivel de urgencia (nota de la editorial: color naranja). Tras la administración de relajantes se observó una mejoría del estado clínico del enfermo. Debido a la resolución del dolor, el paciente fue dado de alta a petición propia.
Al día siguiente el dolor empeoró y el enfermo acudió al servicio de urgencias de nuestro hospital. En la exploración física se observó meteorismo y dolor abdominal difuso, de mayor intensidad en la fosa ilíaca derecha. Además se constató la presencia del signo de Blumberg positivo con defensa muscular aumentada en este lugar y una evidente falta de peristaltismo en la auscultación. La única información clínicamente importante relativa al historial médico fue una apendicectomía realizada 20 años atrás. La radiografía abdominal panorámica en bipedestación evidenció las asas del intestino delgado ensanchadas (hasta 3,4 cm) con niveles de líquido (fig. 1A). En la TC de abdomen se confirmó la obstrucción intestinal (fig. 1B). Las lesiones observadas indicaron la presencia de isquemia del intestino delgado provocada por la hernia interna, y se diagnosticó la causa probable de este estado (fig. 1C). En las pruebas de laboratorio se observó un aumento del recuento de leucocitos hasta 23 × 103/µl (valores normales 4‑10 × 103) y una ligera elevación de la proteína C‑reactiva hasta 6,99 mg/l (valores normales <5). Los resultados de las demás pruebas de laboratorio fueron normales. Debido a los síntomas abdominales agudos, el enfermo fue clasificado para una cirugía urgente. A consecuencia de una descompresión ineficaz del intestino mediante una sonda nasogástrica, lo que sería indispensable para realizar una anastomosis intestinal laparoscópica segura, se tomó la decisión de realizar una laparotomía. Durante la cirugía se confirmó la torsión, anudamiento y protrusión del intestino delgado a través de un estrecho defecto del mesenterio yeyunal en la fosa ilíaca derecha, lo que causó isquemia intestinal en un segmento de 15 cm (fig. 2 y 3).