Caída desde altura

Upadek z wysokości
Dr. Tomasz Madej

La caída desde altura afecta con mayor frecuencia a los niños menores de 5 años, especialmente varones y con mayor frecuencia durante el período de vacaciones. Los factores que la favorecen incluyen: supervisión inadecuada, barandillas rotas y la curiosidad (típica de este grupo etario).

Las lesiones debidas a la caída desde una altura dependen de tres factores: la altura desde la que se cayó la víctima, la parte del cuerpo que recibió el impacto y el tipo de superficie sobre la que se cayó. Al caer desde una altura, los niños con mayor frecuencia sufren traumatismos craneales, ya que en su caso la cabeza es la parte del cuerpo más pesada y en general es la primera en recibir el impacto. Los traumatismos graves son raros en caso de caídas de <70 cm. Los traumatismos de la columna cervical son raros antes de la adolescencia. Los niños de edad escolar tienen la pared torácica muy elástica, por lo que en este grupo etario raramente se observan fracturas de costillas, aunque esto no descarta traumatismos de los órganos internos del tórax (principalmente de los pulmones).

Actuación

En primer lugar evaluar si el lugar del accidente es seguro y si hay otras personas en peligro de caída de altura.

Luego, se debe pedir auxilio, llamando al número de emergencia. Si se dispone de guantes, hay que ponérselos. Acercarse a la víctima de tal manera que en todo momento permanezcamos delante de su campo visual (esto limitará los movimientos de la cabeza) e iniciar la evaluación de su estado. Adicionalmente, es importante controlar un eventual sangrado externo. Si es necesario, se debe presionar suavemente sobre el lugar del sangrado hasta detener la hemorragia. Hay que verificar de vez en cuando si la presión aplicada es suficiente. En caso de traumatismo de una extremidad, su elevación puede disminuir o detener el sangrado.

Si la víctima está consciente, hay que prohibirle que se mueva y, en especial, que se levante. Se debe controlar el miedo y la preocupación del niño, ya que la ansiedad y el llanto aumentan el requerimiento de oxígeno. Si la víctima está inconsciente, no levantarla ni moverla, a no ser que el lugar del accidente sea peligroso. Se debe intentar limitar la movilidad del cuello. Durante la espera al equipo médico de emergencia hay que evaluar periódicamente el estado de la víctima. En niños que sufrieron un traumatismo pueden presentarse náuseas y vómitos, por lo que hay que estar preparado para ello.

Actuación posterior

El equipo médico de emergencia estabilizará la columna cervical, evaluará el estado de conciencia, la respiración y la circulación, realizará un examen con el fin de detectar traumatismos de compromiso vital, tomará una decisión sobre la necesidad eventual de administrar oxígeno y de permeabilizar las vías respiratorias, y colocará un collarín (o utilizará otros métodos para estabilizar la columna cervical). Se utilizará un equipo especializado para inmovilizar a la víctima. Dependiendo de las lesiones observadas, pueden ser necesarias otras intervenciones en el lugar del accidente o durante el transporte al hospital. Teniendo en cuenta el bienestar psíquico y la sensación de seguridad del niño, se debe procurar que sea acompañado por un cuidador. El equipo en el hospital tomará la decisión acerca de la actuación posterior, tras examinar a la víctima, diagnosticarla y realizar su estabilización inicial.