Retinopatía diabética

Etiopatogenia y cuadro clínicoArriba

La mayoría de los pacientes con diabetes desarrolla retinopatía diabética (prácticamente todos los casos de diabetes tipo 1 de ≥15 años de evolución). La hiperglucemia y la hipertensión arterial tienen una importancia fundamental. Clasificación según la OMS:

1) retinopatía no proliferativa sin maculopatía (leve, solo microaneurismas; moderada y grave, con microhemorragias y/o dilataciones venosas arrosariadas)

2) retinopatía no proliferativa con maculopatía (maculopatía leve, lesiones alejadas del centro de la mácula; moderada y grave, lesiones en el centro de la mácula)

3) retinopatía preproliferativa (anomalías microvasculares intrarretinianas [IRMA])

4) retinopatía proliferativa

5) retinopatía proliferativa con complicaciones.

Diagnóstico y observaciónArriba

En pacientes con diabetes tipo 1, realiza el primer examen oftalmológico en los 5 años siguientes al diagnóstico. En personas sin retinopatía, realizar exámenes de control 1 x año; en la fase inicial de la retinopatía no proliferativa 2 x año; en fases más avanzadas, cada 3 meses; durante el embarazo y el puerperio 1 x mes (independientemente del estadio de retinopatía). En diabéticos tipo 2, realizar el primer examen oftalmológico en el momento del diagnóstico; en los pacientes sin alteraciones en el fondo de ojo y con buena compensación metabólica, cada 3 meses; y con mayor frecuencia en caso empeorar el control de la diabetes o si se diagnostica retinopatía.

Por lo general, basta con realizar un examen de agudeza visual y reconocimiento de colores, un examen oftalmoscópico minucioso (siempre tras dilatación pupilar) y una observación del fondo de ojo. En los estadios más tempranos de la retinopatía (neurodegeneración), pueden producirse solo trastornos de la visión de colores y contrastes. El método básico para el diagnóstico y observación del edema macular es la tomografía de coherencia óptica. En determinados casos se recomienda realizar exámenes especializados, p. ej. la angiografía fluoresceínica del fondo del ojo, útil en estadios muy tempranos de la retinopatía (indetectables mediane oftalmoscopio), maculopatía (edema macular diabético), retinopatía preproliferativa y para valorar la eficacia de la terapia con láser. La tomografía de coherencia óptica (OCT) es un procedimiento no invasivo de utilidad para evaluar el compromiso macular y retiniano.

Prevención y tratamientoArriba

1. Son de máxima importancia la detección y control precoz de la diabetes, así como el tratamiento eficaz de la hipertensión arterial y la hiperlipidemia.

2. En la retinopatía no proliferativa, el tratamiento básico que puede inhibir la progresión de las alteraciones vasculares es la fotocoagulación retiniana con láser. La retinopatía proliferativa avanzada (hemorragias vítreas, proliferación del tejido conectivo) es una indicación para vitrectomía, a menudo precedida de tratamiento con fármacos anti-VEGF. En los estadios graves del edema macular, se aplican inyecciones intravítreas de ranibizumab, un compuesto que contiene anticuerpos monoclonales dirigidos selectivamente contra el factor de crecimiento endotelial vascular tipo A (VEGF A). La fotocoagulación láser supone un tratamiento complementario. El ranibizumab es el fármaco de primera elección en todos los casos de edema macular diabético con afectación de la fóvea. También se utilizan los últimos inhibidores de la angiogénesis: el bevacizumab y el aflibercept (actualmente se considera el más eficaz). Los anti-VEGF también se pueden administrar en forma de implantes intraoculares con liberación lenta de fármaco. Si no se consigue el efecto deseado, se puede considerar la corticoterapia intravítrea.