Vacunación de personas con trastornos de la coagulación

Debido al riesgo de formación de hematomas después de la inyección, en personas con trastornos de la coagulación las vacunas IM se administran a menudo VSc o por vía intradérmica, siempre y cuando la ficha técnica lo permita (p. ej. las vacunas contra la COVID-19 están registradas únicamente para la administración IM) o se ha demostrado la eficacia de la vacunación tras administrarla por vía distinta a IM. Los trastornos de la coagulación, incluido aquellos causados por el uso de anticoagulantes, no son contraindicación para la vacunación IM, aunque puede ser necesario modificar la técnica de vacunación. La inyección IM probablemente sea segura si el recuento de plaquetas es ≥30 000-50 000/µl. Si el enfermo está recibiendo factores de coagulación de los que carece u otro tratamiento similar, se puede vacunar IM poco después de recibir dicho tratamiento. En hemofílicos se debe evitar la vacunación el día de la administración del factor de coagulación, ya que esto puede aumentar el riesgo de aparición de inhibidores exógenos del factor de coagulación. Para la vacunación IM es necesario utilizar una aguja fina (≤0,5 mm [≥23 G]). A los 5 minutos antes de la vacunación se puede aplicar a la piel en el lugar de inyección un apósito con gel refrigerante y después aplicar una presión firme durante ≥2 min (hay que presionar y no frotar). Informar al paciente sobre el riesgo de aparición de hematomas y que en caso de indicaciones para utilizar antipiréticos o analgésicos paracetamol es el fármaco de elección (se deben evitar los AINE). Algunos expertos recomiendan administrar la vacuna a los pacientes con enfermedad de Von Willebrand en la región del músculo del muslo (su masa es significativamente superior a la del músculo deltoides).

Preparación para la vacunación depende de la gravedad de diátesis hemorrágica. En caso de pacientes con diátesis hemorrágicas congénitas, puede ser necesario administrar un concentrado del factor de coagulación el día de la vacunación (el procedimiento puede realizarse en la casa del paciente) o de desmopresina antes de administrar la vacuna, mientras que en caso de enfermos con hemofilia A que reciben profilaxis con emicizumab la vacunación IM debe realizarse a las 48 h después de la administración de la última dosis del fármaco. Las mismas normas de administración de las vacunas IM se aplican tanto a las personas que reciben anticoagulantes como a las que presentan trastornos de la coagulación. Antes de tomar la decisión sobre vacunar al paciente es necesario estimar la duración del tratamiento anticoagulante (p. Ej. con warfarina o heparina de bajo peso molecular [HBPM]) y si el tratamiento va a ser corto (en estados agudos) se debe considerar aplazar la vacunación hasta su conclusión. En caso de tratamiento anticoagulante crónico con un antagonista de la vitamina K (p. ej. warfarina) se puede realizar la vacunación IM si el resultado del último control de INR es ≤3, y desde entonces el paciente no ha tenido síntomas de diátesis hemorrágica (púrpura, sangrado). El uso profiláctico de HBPM en enfermos inmovilizados no es una contraindicación para la vacunación IM. Los pacientes que reciben profilaxis con antiagregantes (ácido acetilsalicílico o clopidogrel) en monoterapia pueden ser vacunados IM. En caso de enfermos durante la terapia de mantenimiento VO con un inhibidor directo del factor Xa (p. ej. apixabán, rivaroxabán, edoxabán, dabigatrán), HBPM o fondaparinux, el día de la vacunación IM el fármaco se puede administrar a modo de precaución después de la inyección.