Cáncer de laringe

El más frecuente (>95 %) es el carcinoma epidermoide, sobre todo en hombres >50 años fumadores de tabaco (presenta sinergismo con el abuso de alcohol). Puede estar precedido leucoplaquia (displasia epitelial) o paquidermia (engrosamiento del epitelio). Factores de riesgo: entre otros, tabaquismo, consumo de alcohol e infección por VPH.

Manifestaciones: disfonía crónica, odinofagia irradiada al oído, disfagia, ocasionalmente tos, disnea y tumoración cervical a la palpación. Una congestión nasal unilateral o ulceración en la boca también son indicaciones de consulta otorrinolaringológica.

Diagnóstico: realizar exploración física del cuello (evaluar los ganglios linfáticos y la movilidad laríngea) y derivar al otorrinolaringólogo. En la laringoscopia se observa un tumor, infiltrado e inmovilidad de una o de ambas cuerdas vocales. La base del diagnóstico es el examen histológico. Estadificación: TC, ecografía con valoración de ganglios linfáticos cervicales (eventualmente con biopsia) y del espacio preepiglótico, radiografía de tórax en 2 proyecciones y —dependiendo de las indicaciones— TC de tórax, RMN de cuello y PET.

Tratamiento: irradiación (estadios tempranos), cirugía de cuerdas vocales, técnicas conservadoras de la laringe (incluidas las microcirugías endoscópicas, con uso de láser), cirugía de la epiglotis o una laringotomía parcial o total (en este caso es necesaria la traqueotomía), con mayor frecuencia asociada a la extirpación de ganglios linfáticos cervicales y radio- o quimioterapia (p. ej. cisplatino), terapia molecular dirigida (cetuximab) o inmunoterapia (inhibidores de PD-L1). Después de la laringotomía total se emplea la rehabilitación del habla (técnicas del habla esofágica, apertura de una fístula traqueoesofágica con prótesis de voz, electrolaringe).