Síndrome de la úlcera rectal solitaria

Es una enfermedad relativamente rara, que ocurre comúnmente en personas jóvenes. La falta de coordinación de los músculos responsables de la defecación, y una tensión excesiva de los músculos del piso pélvico y de los esfínteres del ano (defecación disinérgica), pueden conducir a la hipertrofia de la capa muscular de la mucosa, y alterar el aporte sanguíneo, dando lugar a la aparición de lesiones isquémicas ulcerativas. Las lesiones suelen localizarse en la pared anterior del recto, a unos 3-10 cm de la línea pectínea. A pesar de la denominación, la ulceración aparece tan solo en ~40 % de los casos (no necesariamente aislada); puede presentar diferentes aspectos, desde una mucosa plana enrojecida hasta una lesión elevada polipoide.

PERSPECTIVA COLOMBIANA

Análisis retrospectivos muestran que hasta un 26 % de los casos son subdiagnósticados y tratados como enfermedad inflamatoria intestinal.

El diagnóstico se confirma mediante la anamnesis y sigmoidoscopia con biopsia (histología característica), lo que permite diferenciarlo de carcinoma, EII, otras colitis, tuberculosis, amebiasis, enfermedades de transmisión sexual y ulceración causada por supositorios que contienen ergotamina.

Manifestaciones: sangrado anal, presencia de moco en las heces, estreñimiento crónico o deposiciones frecuentes de bajo volumen, sensación de evacuación incompleta, dolor en la región anal o en el hipogastrio, prolapso de la mucosa rectal. En ~30% de los enfermos el curso es asintomático.

Diagnóstico: la endoscopia permite detectar la lesión y tomar muestras (incluyendo mucosa sana para descartar una enfermedad inflamatoria). En la histología se aprecia fibrosis de la lámina propia de la mucosa rectal, hipertrofia de las fibras de la capa muscular con infiltración característica hacia las criptas, lo que ocasiona la alteración de su estructura. Los estudios complementarios (previos al tratamiento quirúrgico) comprenden la defecografía, manometría anorrectal, electromiografía y la ecoendoscopia (permite objetivar un aumento del grosor del esfínter anal interno). Diagnóstico diferencial: inflamaciones inespecíficas del intestino grueso, colitis isquémica, cáncer colorrectal.

Tratamiento

1) conservador: regulación del ritmo defecatorio (dieta rica en fibra, laxantes que aumentan el volumen de las heces, tratamiento conductual que incorpora el entrenamiento de la defecación utilizando técnicas de biorretroalimentación), evitar traumatismos mecánicos del recto, y discutir los factores psicológicos concomitantes, si los hay; enemas de glucocorticoides, aminosalicilatos o sucralfatos alivian los síntomas, pero no se ha demostrado claramente su eficacia

2) quirúrgico: extirpación de la úlcera, tratamiento del prolapso rectal, resección del recto y colostomía en enfermos con prolapso rectal y cuando el tratamiento conservador no resulta eficaz.