La Dra. Zainab Samaan, profesora asociada del Departamento de Psiquiatría y Neurociencias del Comportamiento de la McMaster University, habla con el Dr. Roman Jaeschke sobre la terapia cognitivo-conductual (TCC) y el papel de los programas con terapeuta y de autoayuda para tratar los trastornos del estado de ánimo.
Recursos adicionales
- moodgym, un programa de autoayuda disponible en línea
- BounceBack, un programa gratuito de desarrollo de destrezas elaborado por la Canadian Mental Health Association
- MindShift CBT, una aplicación móvil gratuita elaborada por la Anxiety Canada
- Big White Wall, un servicio y una comunidad en línea
- La TCC también está disponible a través del programa Mood Disorders en el St Joseph’s Healthcare Hamilton (se requiere derivación sanitaria)
Roman Jaeschke (MD, MSc): Buenas tardes. Bienvenidos a otra edición de McMaster Perspective. Lo que impulsó la entrevista con la doctora Samaan fue un artículo en el que se presentó un tipo de psicoterapia denominada terapia cognitivo-conductual (TCC) aplicada a través de medios electrónicos de comunicación, debido a la crisis de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), en vez de con presencia física entre personas. Esto me intrigó, pero el otro aspecto que me intriga es la frecuencia con la que escucho hablar sobre la TCC, así como, en cierta medida, la falta de conocimiento, tanto por mí parte como por mis compañeros de profesión, de lo que realmente significa la TCC. Entonces decidí preguntárselo a la doctora Samaan. Tiene la palabra.
Zainab Samaan (MSc, PhD): Gracias. La terapia cognitivo-conductual o TCC, es un término muy frecuente que se viene utilizando desde hace mucho tiempo. En realidad, consta de varios componentes, no se trata de una única entidad y hay diferentes maneras de aplicar la terapia.
Partiendo de su nombre, “cognitivo” aborda lo que pensamos sobre nosotros mismos y sobre el mundo, y los pensamientos negativos que tenemos y que nos entristecen, deprimen y provocan una sensación de falta de sentido en la vida. El componente “conductual” se refiere a nuestras acciones y conductas que perpetúan el bajo estado de ánimo y la tristeza. Estas conductas inadaptadas, lo que no se hace para mejorar el estado de ánimo, son el objeto de la terapia.
Hay diferentes modelos y diferentes componentes en cada modelo. Para empezar, la TCC es un programa semanal y los participantes asisten a una sesión por semana. Dependiendo del progreso de cada persona, la duración es de 12 semanas, a veces más y a veces menos. Implica mucho compromiso en tiempo, pero también en trabajo individual. La premisa de la terapia es que, si cambiamos el modo de pensar sobre ciertas cosas, sobre nosotros mismos y sobre el mundo en que vivimos, y actuamos de otra manera, contribuimos a mejorar nuestro estado de ánimo. Así tenemos más comportamientos antidepresivos y nos involucramos más en nuestra vida. Volvemos al nivel de funcionamiento y satisfacción que teníamos antes de la depresión.
Por lo tanto, la TCC engloba muchos aspectos diferentes. No es una cosa sencilla, algo como “Hablemos sobre tu pasado” o “Hablemos sobre lo que te está preocupando”. Trata de enfocarse en pensamientos específicos, por ejemplo, en pensamientos automáticos. Los pensamientos automáticos son los que vienen a nuestra mente cuando hacemos algo y no nos va bien, por ejemplo, al suspender un examen o al no conseguir el trabajo que uno desea. El pensamiento automático sería: “Así soy yo. Soy un desastre. Soy una mala persona. No lo he hecho bien. No lo merezco”. Y esto alimenta cada vez más ese pensamiento negativo. El modo de comportarse y reaccionar ante esas situaciones será la renuncia. La próxima vez no voy solicitar el trabajo. No voy a volver a realizar esta prueba porque simplemente no puedo. Esto perpetúa la depresión.
La TCC se dirige a esos pensamientos automáticos. Por ejemplo, durante la TCC tengo que llevar un registro de pensamientos [y apuntar] lo que pasaba por mi mente al hacer algo o cuando me sentí mal. ¿Por qué esta mañana estaba de tan mal humor? ¿Qué estaba pensando antes? ¿A qué se refería mi pensamiento automático? ¿Y qué hice en reacción a lo sucedido? ¿Simplemente cerré la puerta y me dije: “No voy a salir, no voy a hacer nada, no me voy a relacionar con nadie”? Esto es mucha autorreflexión y mucho reconocimiento del pensamiento y del comportamiento.
Es una terapia excelente para algunas personas, aunque no para todas, ya que es un proceso que requiere involucrarse y comprometerse bastante. Y también requiere un aprendizaje progresivo. Es como aprender una habilidad. Es una terapia basada en enseñar a las personas acerca de sus propios sentimientos y creencias esenciales, lo que ha estado arraigado a lo largo de su vida. Todos hemos ido creciendo en diferentes ámbitos. A todos nosotros, tanto de niños como de adultos, nos están diciendo cuáles de las cosas que hacemos son buenas o malas. Todo eso queda arraigado en nosotros en forma de creencias esenciales.
La psicoterapia, en su parte cognitiva, se dirige en gran medida a nuestras creencias esenciales y se centra en síntomas de depresión, tales como la culpa. Si algo va mal, siempre es culpa mía. Me siento responsable de esto. No soy una buena persona. No soy competente. Esto surge de estas creencias esenciales y pensamientos negativos.
Además, también están las conductas. Por ejemplo, si tengo planeado hacer algo y dejo que mi estado de ánimo dicte esa acción, si no me siento muy bien no hago lo que iba a hacer, y vuelvo al ciclo de negatividad: estoy evitando, estoy teniendo comportamientos depresivos. En la parte conductual de la TCC decimos: “Sigue el plan, no el estado de ánimo”. Si estás pensando en hacer algo, hazlo, ignora tu estado de ánimo. Con el tiempo esto empieza a ser una acción automática que se hace sin esfuerzo, pero cuando uno está en medio de la terapia, necesita mucho esfuerzo y compromiso. El objetivo de esto es que cuanto más practiques, mejores resultados conseguirás. Y luego esto se convierte en una reacción normal en tu vida diaria.
Roman Jaeschke: Está hablando sobre la mejora del estado del paciente, ¿verdad? Entonces, ¿uno puede controlar de manera eficaz lo que determina su comportamiento y cambiarlo?
Zainab Samaan: Exactamente.
Roman Jaeschke: Trabajo en una clínica de obesidad. He visto a muchas personas. Obviamente estamos hablando sobre la depresión, pero probablemente el mecanismo será el mismo en caso de ansiedad o trastornos de peso, etc. Uno se siente mal, come y su estado de ánimo empeora más. Y esto se va perpetuando.
Zainab Samaan: Exactamente. Estas son las conductas depresivas. El modelo de la TCC puede adaptarse a todos estos distintos problemas, pero los ejemplos y el enfoque se centrarían en la patología del problema.
[Echemos un vistazo a] su ejemplo —la conducta alimentaria— cuando uno se siente mal sobre sí mismo. A veces también trabajo en una clínica de obesidad y la gente dice: “¿Qué sentido tiene eso? Si ya tengo el problema, bien podría seguir comiendo”. Esto alimenta las conductas automáticas negativas, pero también esa creencia esencial de que realmente no voy a lograrlo. Simplemente no será posible.
Por lo tanto, la TCC puede ser una habilidad muy buena para que los pacientes, los médicos, los terapeutas y realmente cualquiera, puedan descubrir por qué se sienten de cierta manera. ¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy reaccionando de esta manera? Pensar mucho y realizar muchos cambios de comportamiento puede ayudar, sobre todo si se padece un trastorno depresivo. Pero esto también es de ayuda en la vida diaria de personas que no tienen un trastorno tan grave que requiera de tratamiento.
Roman Jaeschke: ¿Hay algunos recursos que la gente pueda usar electrónicamente sin necesidad de interacción? Porque esto consume muchísimo tiempo, también por parte del terapeuta. ¿Hay algún sitio así?
Explicaré por qué estoy preguntando esto. He anotado la definición de la TCC incluida en su capítulo [véase Trastornos depresivos, disponible en inglés] y esta trata sobre la identificación y el tratamiento de la conducta inadaptada, la distorsión cognitiva y de la visión negativa de sí mismo, del mundo y del futuro. Me da la impresión de que de vez en cuando, si no la mayoría de las veces, a todos nosotros nos tocan esos problemas. Sería muy útil poder dirigirse a algún lugar donde uno obtuviera ayuda para hacer frente a ellos. ¿Existe un lugar así?
Zainab Samaan: Sí. Es realmente una buena observación. Este fue el propósito por el que realizamos la revisión que usted ha mencionado antes en la entrevista. Puesto que esta terapia consume tiempo y requiere mucho compromiso tanto por parte del terapeuta como de la persona que la necesita, queríamos saber si la TCC aplicada de manera electrónica sería al menos tan buena como la terapia en presencia física. En nuestra revisión, una vez identificados y realizados metaanálisis de 14 ensayos diferentes, observamos que ambas formas de terapia fueron útiles en la reducción de síntomas depresivos y, además, la terapia mediante medios informáticos demostró incluso una mayor utilidad. Aunque en los ensayos no se menciona por qué podría ser mejor, muy probablemente sea lo que acaba de decir: tiempo, compromiso e involucración. Una persona no puede dedicar 2 horas el mismo día de la semana para participar en sesiones de terapia, porque tiene trabajo a tiempo completo u otras responsabilidades. Por eso es cuestión de disponibilidad y flexibilidad.
Las terapias que hemos comprobado en nuestra revisión fueron aplicadas por un terapeuta, lo que significa que hay un elemento humano y responsabilidad. No es simplemente una aplicación o un programa que se genera automáticamente. Creo que esto también es una ventaja. Cuando se asiste a estas terapias, la motivación basada en que habrá alguien que supervise las tareas, proporcione retroalimentación y guíe a lo largo del proceso es un gran incentivo para los que participan en estas terapias. Si la terapia es una aplicación móvil o de ordenador, la persona puede continuar o dejarla, ya que nadie está revisando el progreso.
Sin embargo, hay muchos recursos que están disponibles en línea, que no requieren necesariamente el control de un terapeuta. Por ejemplo, el programa moodgym es una aplicación muy buena que las personas utilizan para el seguimiento del estado de ánimo y fomentar la programación de actividades. Tener una estructura es parte de la TCC. Tener una forma organizada, un propósito y compromiso dan cierta motivación para seguir adelante. Por lo tanto, el moodgym es uno de esos recursos. También hay muchas otras cosas.
Roman Jaeschke: Quizá podría pedirle 1 o 2 nombres para poner en la pantalla al final de la entrevista, para que los oyentes puedan anotarlos.
Pero hablando en términos generales, por otro lado, es mejor que haya un terapeuta. Sus explicaciones me han resultado muy útiles para entender. A lo mejor yo mismo echaré un vistazo a una de las aplicaciones que recomienda.
Vamos a ver si recibimos alguna pregunta o reacción por parte de nuestros oyentes. Mientras tanto, realmente le agradezco por su tiempo. Muchas gracias. Me siento mejor. Ha sido una sesión útil.
Zainab Samaan: Muchas gracias. Gracias también por invitarme.
Roman Jaeschke: Gracias, Dra. Samaan. Hasta pronto.