El Dr. Dominik Mertz, profesor asociado en la División de Enfermedades Infecciosas de la McMaster University y director médico del Control y Prevención de Infecciones de la Hamilton Health Sciences, se encuentra con el Dr. Roman Jaeschke para unirse a un debate sobre las vacunas contra la COVID-19, la reapertura de escuelas y los viajes aéreos durante la pandemia.
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Roman Jaeschke (MD, MSc): Buenos días, bienvenidos a la siguiente edición de la McMaster Perspective y a un nuevo encuentro con el profesor Dominik Mertz. Muy recientemente hemos hablado sobre la epidemiología de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), las tasas de mortalidad, las diferencias entre países y en la mortalidad. Hoy me gustaría hablar sobre un par de temas candentes, siendo uno de ellos la vacunación. Dominik, ¿en qué punto nos encontramos ahora? ¿Podría presentarnos el estado de la situación en respecto a la vacunación?
Dominik Mertz (MD, MSc): Gracias, Roman. La vacunación es, por supuesto, uno de los temas de actualidad, ya que realmente esperamos regresar cuanto antes a nuestra antigua normalidad. Hay varias vacunas —que yo sepa, más de 10— que actualmente están siendo probadas en ensayos de fase 3 y en este caso se estudia su eficacia, lo que nos da una idea de cómo de protectoras serán. Todas estas vacunas, o candidatas a vacunas, produjeron unos resultados muy optimistas en las fases 1 y 2 en términos del nivel de inmunidad que son capaces de generar. Pero llegado este punto, realmente son necesarios los datos sobre la eficacia clínica.
Roman Jaeschke: Un breve comentario acerca de las fases 1, 2 y 3 para los no iniciados, como yo.
Dominik Mertz: La fase 1 estudia la búsqueda de la dosis adecuada y la seguridad básica. La fase 2 principalmente busca la obtención de una respuesta y los niveles de anticuerpos neutralizantes observados sirven como marcador de la misma. En la fase 3 se vacuna a decenas de miles de personas, luego se derivan al ámbito de la comunidad para que puedan continuar con su vida y se observa si los vacunados son menos propensos a contraer la COVID-19 que los demás.
Roman Jaeschke: Hemos llegado entonces a la fase 3, cuando los participantes son vacunados.
Dominik Mertz: Sí. Parece que los primeros estudios realizados tienen planificado completar la fase 3 para el otono de este año. La fecha mágica parece ser el final de octubre para el ensayo de Pfizer, así como probablemente para el de Moderna. Están muy cerca de compartir, con suerte, unos datos positivos, pero habrá que esperar a ver el resultado. Hay muchas más candidatas que todavía se encuentran en la fase 2 de ensayos, y aún más en la fase 1. Por lo tanto, si las vacunas que actualmente están en la fase 3 no funcionan debido a la falta de eficacia o por motivos de seguridad, tendremos que esperar a que estén disponibles las demás vacunas. Pero hay en preparación muchas más candidatas entre las cuales finalmente puede estar la única —o con suerte una de varias vacunas— de la que antes o después dispondremos.
Roman Jaeschke: Creo que he visto una base de datos de vacunas que incluía 120 pruebas controladas aleatorizadas (ECA) registradas en ese momento. Esta es una cantidad bastante impresionante. Veremos, por lo tanto, si obtenemos la vacuna y cuándo será esto. Algunas personas probablemente están muy interesadas en los resultados.
¿Cómo debemos comportarnos mientras tanto? Tengo reservado un vuelo para dentro de 4 semanas. ¿Cómo de seguro es esto? ¿Lo sabes?
Dominik Mertz: No hay nada completamente seguro. Cada vez que me preguntan “¿es seguro hacer X o Y?”, la típica respuesta es: “Bueno, no es totalmente seguro.” Pero la pregunta pasa a ser: “¿Cómo de seguro es esto en comparación con otras cosas que puedo hacer?” o “¿Qué puedo hacer para que esta cosa se realice de forma tan segura como sea posible?”
Si alguien necesita viajar en avión, para mí la pregunta más importante es cómo puede realizarlo de la forma más segura posible y qué debe considerar. Pero ciertamente el viaje aéreo destaca como algo que probablemente es mucho más seguro de lo que la mayoría de las personas podría pensar. Por supuesto, se conocen informes de casos de la limitada transmisión durante el viaje en avión; esto sí ocurre, no es perfectamente seguro, pero cuando consideramos cuántas veces escuchamos “ayer hubo uno u otro paciente con COVID-19 en el avión X o Y” y, luego, analizamos la investigación de casos o el seguimiento de otros pasajeros de dicho avión, en la inmensa mayoría de los casos no ha habido ninguna transmisión. Por lo tanto, el viaje aéreo parece muy seguro. Probablemente es mucho más seguro que otras cosas que hacemos a diario.
Dicho esto, en mi opinión, probablemente hay mucho más riesgo en usar el transporte público para el viaje al aeropuerto y de regreso, o en sentarse en un restaurante o un bar allí, que en el propio viaje en avión.
Roman Jaeschke: En resumen, no beber, solo ir en avión.
Dominik Mertz: No beber antes de subir al avión. Sí.
Roman Jaeschke: Bien. El tema siguiente, y probablemente el más candente estos días, son las escuelas. Las respuestas pueden ser sencillas o complejas y sé que probablemente no son lo que universalmente se consideraría como respuestas verdaderas, pero ¿cuál es su opinión al respecto?
Dominik Mertz: Si miramos lo que está ocurriendo en el mundo, Canadá parece ser uno de los últimos países en reabrir las escuelas, por lo que creo que en mi mente esto constituye una pieza del rompecabezas. Muchos países europeos abrían las escuelas poco después de la primera ola o ahora, cuando las vacaciones de verano ya han terminado y los estudiantes volverían a las escuelas. Obviamente pueden destacarse —y no necesito entrar en detalles— todos los efectos positivos de la escolaridad de los niños; en caso contrario, este concepto no se habría inventado no sé hace cuánto tiempo.
Por otro lado, la reapertura de escuelas ciertamente aumenta el riesgo. Por lo tanto, es imposible que no haya ningún estudiante positivo de COVID-19 que vaya al colegio, o ningún profesor u otro miembro del personal de la escuela con un resultado positivo, por lo que tendremos exposiciones. No creo que esto pueda evitarse. Se darán transmisiones. Estaría muy sorprendido si esto no sucediera. Hay que tener en cuenta todo esto o sopesar considerando los aspectos positivos de la vuelta de niños al colegio.
La pregunta que surge es, otra vez, similar a lo que hemos comentado con respecto al viaje aéreo. En vez de preguntar: “¿Es seguro llevar de vuelta a mis niños al colegio?”, creo que la pregunta pasa a ser: “¿Qué podemos hacer para que la escuela sea lo más segura posible?” o “¿Qué necesito considerar a nivel individual? Dentro de mi círculo o de mi propia familia ¿me merece la pena correr este riesgo adicional?” Creo que el segundo elemento es relativamente fácil de abordar en términos de principios. Si ninguno de los hermanos o padres corre un alto riesgo de desarrollar complicaciones por COVID-19, probablemente los riesgos relacionados con enviar al niño a la escuela se ven compensados por los potenciales beneficios para este estudiante en particular. Si uno tiene a su padre o madre crónicamente enfermo o en la misma casa viven sus abuelos, este equilibrio puede desplazarse y es posible tomar una decisión o desear tomarla, si se puede, de no enviar al niño al colegio. Pero estas son decisiones muy personales.
Los motivos dominantes que deben afectar a estas decisiones son: “¿Cómo es la transmisión en la comunidad donde vivo?” No parece que las escuelas sean los principales factores determinantes en la transmisión comunitaria, pero una vez se presenta, tarde o temprano estos casos llegarán a la escuela y puede haber transmisiones por ahí. Por lo tanto, cuanto más baja sea la transmisión en la comunidad —con esto realmente me refiero a una transmisión incontrolada en el sentido de que hay clases de personas en las que no se sabe dónde contrajeron la COVID-19— mayor será el riesgo de que algo pueda ocurrir en el colegio. En mi opinión, por cada riesgo o cada decisión tomada, hay algo que debemos tener en cuenta.
Roman Jaeschke: No existe una respuesta simple para todos.
Esta probablemente sea la última pregunta de esta parte, que combina todas las cuestiones mencionadas. Alguien que estaba de viaje me preguntó si debemos llevar una pantalla, como protector de ojos o pantalla facial, frente a las gafas protectoras y las mascarillas. ¿Cuál sería tu respuesta a esta pregunta?
Dominik Mertz: La respuesta fácil es que en este caso no hay respuesta fácil, ya que en la mayoría de las situaciones, sobre la base de la legislación, reglamentos internos o normas —por ejemplo al subir al avión— normalmente se requiere llevar mascarilla y no se aceptaría una pantalla facial ni gafas como sustituto. Y no se tiene la opción de elegir si llevar o no la mascarilla; simplemente, hay que ponérsela. En la mayoría de los casos, creo que llevar mascarilla realmente ya no es una decisión que podemos o tenemos que tomar, diría.
La pregunta que surge es más bien: “¿Debo llevar algo más? ¿Debo llevar una mascarilla más una pantalla facial o gafas?” Ciertamente, es verdad que en el ámbito de la atención médica, realmente recalcamos la necesidad de llevar una protección ocular aparte de una mascarilla, ya que nos ocupamos de pacientes sintomáticos con tos, etc. Hay un gran riesgo de que las gotitas entren no solo en las vías respiratorias, sino también en los ojos. Y creo que realmente nadie cuestiona el hecho de que los ojos puedan ser un punto de entrada para el virus. Las pantallas faciales o la protección ocular, en general, tienen probablemente una relevancia mucho menor en el entorno comunitario, donde si las personas se atienen más o menos a las normas y se quedan en casa en caso de estar enfermas, solamente se entra en contacto con portadores presintomáticos o asintomáticos y estos normalmente no tosen. Pueden expulsar gotas de saliva mientras hablan, tal como aprendimos de nuestro primer ministro, lo que obviamente conlleva ciertos riesgos, pero el beneficio incremental de llevar protección ocular en la comunidad probablemente no es tan significativo.
Roman Jaeschke: Muchas gracias por ofrecernos toda esta información. Dependiendo del momento en que obtengamos la vacuna y del grado de protección que esta nos ofrezca, quizá recurra de nuevo a sus conocimientos para hacernos una idea de cómo debemos comportarnos y de cómo es el mundo en un momento dado. Mientras tanto, muchas gracias por su tiempo.
Dominik Mertz: Gracias, Roman.
Roman Jaeschke: Adiós.