La Dra. Kim Legault es profesora asociada de medicina en la Facultad de Ciencias de la Salud de la McMaster University, reumatóloga y coautora de las recomendaciones de la Canadian Rheumatology Association sobre lupus eritematoso sistémico.
Si tuviera que mencionar los 3 avances recientes más importantes en el tratamiento del lupus eritematoso sistémico (LES), ¿cuáles serían?
Kim Legault (MD, MSc): Para mí, últimamente, la mayoría de avances importantes en el manejo del lupus giran en torno al desarrollo y el descubrimiento de nuevos agentes terapéuticos. Después del éxito de las terapias biológicas en otras enfermedades autoinmunes, como los fármacos antifactor de necrosis tumoral en la artritis reumatoide, tanto los pacientes afectados como los médicos que trabajan con lupus han estado esperando éxitos similares y el desarrollo de biológicos eficaces para reducir la actividad del LES. Sin duda esto ha sido todo un reto, ya que muchas de las terapias que se usan en la artritis reumatoide no han demostrado la misma eficacia en el lupus. Sin embargo, últimamente hemos celebrado algunos éxitos que nos han animado bastante. Hace unos años, belimumab (un inhibidor del estimulador de los linfocitos B) fue el primer biológico aprobado para el tratamiento del lupus. Hace menos tiempo, en 2020, se publicó un ensayo controlado aleatorizado controlado sobre el biológico anifrolumab, un anticuerpo monoclonal humano dirigido contra el receptor del interferón tipo 1. En este ensayo, el fármaco cumplió el criterio de valoración primario de eficacia. Este medicamento actúa sobre la ruta de interferón tipo 1 en lupus, una ruta que desde hace años sabemos que parece estar implicada en la patogenia de la enfermedad. Esperamos que el anifrolumab demuestre más éxitos en el manejo de los pacientes con lupus.
El segundo avance fascinante son las nuevas terapias que hemos añadido al arsenal para la nefritis lúpica, así como el éxito de los ensayos clínicos. La primera es voclosporina, un inhibidor de la calcineurina. Después de AURORA, un estudio de fase 3 realizado en 2020, este fármaco ha demostrado una mayor respuesta renal en los pacientes en los que se combinó con el tratamiento estándar de micofenolato. Por otro lado, belimumab, que como decía se aprobó hace años para el tratamiento del LES no renal, también ha demostrado una mayor respuesta renal al añadirse al tratamiento estándar de la nefritis en un ensayo controlado aleatorizado. En estos momentos se está tramitando la aprobación de estas indicaciones, tras lo cual se establecerán las cuestiones de financiación. No sé si estos agentes se añadirán a nuestro arsenal, pero espero que podamos usarlos pronto.
El último avance es metodológico, y hasta cierto punto es un trabajo en proceso, pero creo que es importante destacar las labores que se están llevando a cabo para desarrollar mediciones válidas y fiables de la actividad del lupus que se puedan usar en ensayos clínicos. Una preocupación que ha habido con muchos ensayos clínicos sobre el lupus en la última década es que los medicamentos no consiguen ayudar a tratar la enfermedad, pero quizás nosotros, los investigadores, no estemos captando la mejoría en la actividad de la enfermedad, lo que conduce a falsos negativos en los estudios. Espero que el desarrollo de nuevas mediciones de resultados, como un resultado potencial del sistema LFA-REAL y la definición de actividad baja de la enfermedad establecida en los últimos años, mejoren nuestra capacidad para estudiar adecuadamente a los pacientes con lupus.