La Dra. Sharon Kolasinski (MD) es profesora de medicina clínica en el Departamento de Reumatología de la University of Pennsylvania, EE. UU. Como Jefa del Departamento de Reumatología del Penn Presbyterian Medical Center y Directora de Reumatología en el Penn Musculoskeletal Center, es responsable de la coordinación de cuidados reumatológicos en pacientes hospitalizados y ambulatorios.
¿Cuál es el papel de la suplementación de la vitamina D en la osteoartritis?
La suplementación de la vitamina D es un tema muy interesante porque una gran variedad de estudios sugiere sus potenciales beneficios en la osteoartritis. Primero, sabemos que la vitamina D es importante para la salud de los huesos. Es un tejido adyacente a las articulaciones, así que puede que haya una influencia. Pero, además, más recientemente hemos descubierto la presencia de los receptores de la vitamina D en los condrocitos. Es algo interesante porque se sabe que la pérdida de cartílago es típica de osteoartritis. Si los receptores de vitamina D están en los condrocitos, tal vez tengamos la oportunidad de intervenir, administrando vitamina D.
La pregunta sería, sin embargo, ¿cuál es la influencia de la vitamina D en los condrocitos? No lo sabemos por completo. Algunos creen que se trata de la relación con la síntesis de proteoglicanos, es decir, que [la vitamina D] puede estimular la síntesis de proteoglicanos. Eso sería algo bueno. Otra hipótesis es que la vitamina D participa en la autofagia. La autofagia es un mecanismo subcelular que permite mantener las células en funcionamiento, deshacerse de los productos degradados, prolongar la vida celular y prevenir la muerte celular. Eso también sería algo bueno, la influencia de la vitamina D en la autofagia, para que los condrocitos vivieran más tiempo. Dado que no se replican muy bien, sería bueno si vivieran más tiempo. Así que esa también es una opción interesante. Parece que, desde el punto de vista del mecanismo, la vitamina D puede ser útil en la osteoartritis.
Cuando uno mira los estudios en humanos, resulta que hay bastante variabilidad. En estudios a corto plazo, la suplementación de la vitamina D a dosis bastante altas durante períodos cortos de tiempo no se ha asociado con muchos resultados constantemente positivos. El resultado positivo más constante es la mejora del dolor de rodilla. Varios estudios sugieren que el dolor de rodilla puede mejorar con la suplementación a corto plazo de vitamina D administrada a dosis desde 400 UI/día durante 2-3 meses hasta 50 000 UI/semana durante un par de meses. Así que realmente no sabemos mucho sobre las dosis adecuadas de vitamina D de verdad capaces de aliviar el dolor de rodilla. Sin embargo, según otras investigaciones clínicas en humanos, la vitamina D no parece ser beneficiosa en el control del dolor de rodilla. Hay 2 estudios que vale la pena mencionar. El estudio de Framingham fue una observación epidemiológica de la ingesta de vitamina D de varios años de duración. En realidad no se observaron cambios estructurales en la osteoartritis. Así que, si la vitamina D realmente favoreciera el desarrollo o la preservación del cartílago, podríamos esperar algunos criterios de valoración radiográficos al cabo de un par de años. No había ninguno. El grupo de Tim McAlindon del Tufts miró un ensayo de intervención de 2 años y tampoco consiguió encontrar cambios estructurales ni preservación estructural asociados con la suplementación de la vitamina D.
Entonces, hay motivos para creer que la vitamina D puede ser beneficiosa en algunos pacientes, pero los datos han sido contradictorios. Por ahora, la recomendación es determinar los niveles de la vitamina D en todos los pacientes, en el marco de la evaluación de la salud ósea. Si los niveles de vitamina D son bajos, tiene sentido suplementar, y la mayoría de los pacientes se beneficia de un mínimo de 400 UI/día. Muchas personas toman ~1000-2000 UI/día y hay cierta variabilidad en cuanto a la eficacia de las diferentes dosis en el alivio de la deficiencia de vitamina D. Si se presenta un déficit, tiene sentido suplementar la vitamina D, para la salud general de los huesos y del cartílago. Sin embargo, los datos aún no respaldan una suplementación rutinaria de la vitamina D como intervención específica para la osteoartritis.