El Dr. Jean-Louis Vincent, profesor de Cuidados Intensivos en la Universidad Libre de Bruselas, expresidente de la Federación Mundial de Sociedades de Medicina Crítica y Terapia Intensiva (World Federation of Societies of Intensive and Critical Care Medicine) y de la Sociedad Europea de Medicina Intensiva (European Society of Intensive Care Medicine [ESICM]), además de autor e investigador reconocido, analiza con el Dr. Roman Jaeschke las opciones de tratamiento disponibles actualmente para tratar la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).
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Roman Jaeschke (MD, MSc): Profesor Vincent, me parece que está muy convencido de que no hay ningún fármaco contrastado o listo para usar de forma generalizada, recomendar o ni siquiera sugerir. También me queda claro que preferiría que los fármacos potenciales se usaran en ensayos aleatorizados controlados (EAC).
Déjeme que le formule otra pregunta. Hay mucha gente que no podrá acceder fácilmente a los EAC, no sabrá cómo participar en ellos y estará abrumada por la asistencia clínica. Sus pacientes les preguntarán al respecto y les pedirán acceder a algunos de los tratamientos que estén disponibles. ¿Cómo deberían enfrentarse a esta situación? ¿Deberían ofrecer estos tratamientos?
Jean-Louis Vincent (MD, PhD): En nuestro país [Bélgica], la gente ha oído muchas cosas sobre la hidroxicloroquina. Saben que no es muy tóxica, ya que la hemos usado para prevenir la malaria sin problemas importantes, y les gustaría recibirla. En Bélgica la administramos frecuentemente a los pacientes porque, como bien apunta, es muy frustrante decirles "no tenemos ningún tratamiento específico, lo sentimos pero no vamos a darle nada". A la gente eso le sienta fatal. Quieren recibir algún medicamento o, más bien, sus familiares quieren que sus seres queridos reciban algún medicamento.
Creo que debemos ser estrictos e intentar evitar estas situaciones. En nuestro departamento tuvimos un paciente VIP. Había ciertas personas que querían interferir en el tratamiento. Un oncólogo de nuestro centro afirmó que el paciente tenía que recibir tocilizumab, que se administra en los casos de leucemia cuando tiene lugar una reacción excesiva del sistema inmune, por lo que podría tener efectos positivos. Nos negamos. Derivaron al paciente a otro centro y administraron ese tratamiento. El paciente no se vio beneficiado y, por desgracia, falleció. Pero no dimos nuestro brazo a torcer. Nos negamos categóricamente, no íbamos a administrar ese fármaco porque no había evidencia suficiente y podía causar más daños que beneficios. Creo que debemos mantenernos fieles a nuestros principios.
Roman Jaeschke: Aprecio sinceramente su punto de vista. Intentaré entrevistar a personas con diferentes opiniones. Permítame que le pregunte: ¿conoce a alguien con un punto de vista notablemente distinto que podamos entrevistar? ¿O a alguien que se atreva a contradecirle?
Jean-Louis Vincent: Puede invitar al profesor Didier Raoult, de Marsella. No es intensivista, pero defenderá a la hidroxicloroquina de un modo muy inteligente. Es un hombre competente, no cabe duda, pero cree firmemente en lo que ha descubierto y afirma que en Marsella el coronavirus no supone un gran problema. Aunque las estadísticas muestran que es un problema igual de relevante que en cualquier otro sitio.
Roman Jaeschke: Muchas gracias. Intentaré ponerme en contacto con usted en unos días o semanas, y espero que uno de estos tratamientos haga maravillas de verdad. Muchas gracias.
Jean-Louis Vincent: Esperemos tener un tratamiento para entonces. Gracias, amigo mío. Un placer.